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El BCE y la Fed acuden al rescate de Suecia: una remontada histórica en su moneda pone en jaque a la inflación

Estocolmo (Dreamstime)

Álvaro Moreno

La economía sueca es una de las que está saliendo peor parada este 2023. Con una crisis inmobiliaria galopante y una inflación resistente, el país nórdico se encuentra ya, oficialmente, en una recesión técnica al haber acumulado dos trimestres consecutivos de contracción de su PIB (0,8% en el segundo trimestre y 0,3% en el tercero). Con una previsión de cerrar el año con un retroceso del 0,7%, se trata de la segunda peor perspectiva de toda Europa, solo superada por Estonia, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional. En este contexto tan complicado, su moneda ha sido uno de los principales focos de preocupación para el país, pues esta se ha desplomado este año frente a un BCE y una Fed restrictivas, dando alas a la inflación y, en consecuencia, amenazando con extender la sombra de la recesión.

En este contexto, todo parecían malas noticias en la recta final del año para Estocolmo. Los tipos altos de Lagarde y Powell habían venido para quedarse y su banco central tuvo que seguir subiendo el 'precio del dinero' pese a su precaria situación. Sin embargo, un rayo de esperanza se ha filtrado en el 'hombre enfermo' del norte gracias, precisamente, a la corona sueca. La divisa báltica se ha encontrado a partir de mediados de noviembre con una auténtica fiebre alcista frente al dólar y al euro, disparando la euforia de que su problemático descenso deje de presionar su economía.

La corona sueca ha vivido en el penúltimo mes del año la mayor revalorización de la última década avanzando un 6% frente al dólar. Un hito que no se había visto desde 2010, cuando las diferencias entre las medidas del Riksbank y la Fed para aplacar la crisis de Lehman Brothers provocaron que su moneda se revalorizase con contundencia. Además, las subidas no han hecho más que incrementar en diciembre, llegando a un alza del 8,7% contando también esta primera quincena. También ha subido frente al euro, aunque con menor intensidad un 5,5% desde sus mínimos del 31 de octubre hasta ahora. En cualquier caso, gracias a esta remontada, la moneda sueca ya 'solo' acumula unas pérdidas del 0,4% desde el uno de enero respecto al euro y, en el caso de la divisa norteamericana, se ha logrado el hito de volver al terreno positivo en lo que llevamos de año.

Los expertos tienen claro que este cambio ha venido de la mano del Riksbank, que, mientras en el resto del mundo ya comienzan a contarse los meses para un posible recorte, optó por subidas de tipos y reforzar las amenazas de nuevas alzas. A pesar de que el banco central dejó el 'precio del dinero' en el 4% en la última reunión, su gobernador Erik Thedéen, alertó de nuevas subidas para el año que viene con el fin de derrotar definitivamente a la inflación. A diferencia del resto de Europa, donde el IPC ya está acercándose a su objetivo al tocar el 2,4% en noviembre, según EuroStat, en el caso de Suecia esta aún está en el 5,8%.

Sin embargo los analistas señalan que la revalorización de la corona no es únicamente un asunto de las medidas del Riksbank. Para muchos expertos la euforia ha venido de qué puntos de presión para la corona como su debilidad económica o la desaceleración del crecimiento, "están empezando a remitir", según explican desde Union Bancaire Privee. Un ejemplo que da la firma en su último informe es la inflación pues, a pesar de que sigue siendo alta, esta ha remitido con fuerza en los últimos meses dando esperanzas al banco central de una recuperación más rápida de lo esperado.

La inflación es "la raíz de los problemas"

El IPC sueco comenzó el año en un preocupante 11,7%. Los temores se multiplicaron porque más allá de estas cifras tan elevadas, solo un mes después este no descendía, sino que repuntaba hasta el 12%. Desde entonces las bajadas muy moderadas seguían sembrando la duda con un 9,3% en julio. Ahora, con un caída al 5,8% en noviembre desde un 6,5% en el que parecía haberse estancado han vuelto a traer algo de optimismo.

"La inflación es la raíz de muchos de los problemas económicos que estamos viendo ahora", explicó tras los últimos datos la ministra de finanzas, Elisabeth Svantesson. "Ahora hay señales positivas y es una satisfacción que el pico haya quedado atrás. Pero, en mi opinión, aún no hemos terminado". Por ello unos mejores datos de inflación están siendo gasolina para unas mejores perspectivas económicas y, en consecuencia, para la fortaleza de la corona sueca.

Un ejemplo de ello es el último informe de Danske Bank, que han revisado al alza la perspectiva económica del país negando lo que todos dan por hecho, que la recesión continuará en 2024. Según el banco nórdico, la inflación bajará en 2024 hasta el 2,3% y, con ese problema cerca de resolverse o, al menos, con un rumbo ya trazado hacia el éxito, Suecia viviría un repunte de 1,3% de su economía. Este previsión contrasta con la práctica totalidad de los analistas como Nordea, que apunta a una nueva contracción del 0,5%, Swedbank, que cree que será del 0,4% al igual que SEB y el propio Riksbank, que estima en su último informe que habrá otra contracción pero más leve, del 0,2%.

Desde la Comisión Europea coinciden en una contracción del 0,2% para 2024, pero señalan a la inflación como el gran problema que ha sacudido a su economía y, en ese sentido son incluso más optimistas, alegando que llegará al 1,8% en 2024 con un Riksbank pisando el acelerador. "La contracción de 2023 se produjo, principalmente, por una caída en el consumo privado y la construcción, problemas impulsados por la alta inflación". En ese sentido el último informe de la UE señala que este problema podría resolverse parcialmente pero "las condiciones financieras estrictas seguirán restringiendo la demanda interna en 2024 y la riqueza neta estará bajo presión por una caída en el mercado inmobiliario". Este es el motivo por el que mantiene su perspectiva de una recesión en 2024 a pesar de que el IPC mejore con claridad.

Por su parte, los argumentos de Danske Bank, más allá de la inflación se mantienen porque "a pesar de la caída del sector inmobiliario, varios sectores (y en particular la industria) siguen siendo fuertes" Además señalan que el consumo y las ventas minoristas se han estabilizado y que mejorarán los próximos meses. Además, creen que las exportaciones al exterior se mantendrán fuertes a pesar de la contracción económica de la industria que recogerá los frutos de la debilidad de la corona estos últimos meses y que, de hecho, ha llevado a que el mes de octubre sea positiva y se sitúe en los 8.900 millones de dólares.

Pero, buena parte de los recientes movimientos se centran en una Reserva Federal que ha cambiado por completo su discurso. En la última reunión del banco central, su hoja de ruta mostró una proyección de tres recortes para 2024 lo que, a pesar de ser menos de los cinco que esperaba el mercado, ha encendido el optimismo debido a que hasta ahora el banco central se negaba a valorar un posible recorte y ahora lo ha puesto sobre la mesa abiertamente.

"A medida que se fortalezca la divisa, será cada vez más difícil para los inversores no comprar"

Por su parte el BCE no se ha expuesto y hablado oficialmente de un recorte, mostrando un sesgo más restrictivo en su última reunión. Sin embargo, el Banco Central Europeo ha rebajado las perspectivas de la inflación hasta el 2,7% para 2024 en sus estimaciones, una mejora que favorece un movimiento en ese sentido. En cualquier caso, aunque no hayan moderado el tono tanto como su contraparte de EEUU, los mercados esperan también que los recortes no se hagan esperar y eso también impulsa a divisas como la de Suecia.

A esto hay que sumarle el optimismo de que el propio peso del mercado acaba siendo un factor positivo para su corona. "El debilitamiento que ha sufrido la ha hecho rentable para los inversores extranjeros" explican los expertos de SEB. A pesar de que la incertidumbre económica y la inflación eran veneno para estos compradores "a medida que se fortalezca la divisa, será cada vez más difícil para ellos no comprar, por lo que creemos que el mercado va a favorecer este repunte". El propio Gobernador del Riksbank, Erik Thedéen, comentaba en su peor momento en un panel en la Escuela de Economía de Estocolmo que "la divisa está infravalorada". El propio FMI comentaba en su último informe que existe un infraponderación del 10% en la divisa sobre su comercio y sus fundamentos económicos.

En cualquier caso, también hay vientos en contra y dudas entre los expertos. Los analistas de ING, por ejemplo, destacan que "el incentivo clave es la comunicación agresiva del Riksbank, pero no hay otro anuncio hasta febrero, y cualquier discurso 'hawkish' puede verse cuestionado por la recesión económica y una inflación más moderada". Debido a estas amenazas, el banco neerlandés cree que esta amenaza de nuevas alzas en el precio del dinero desaparecerá y que, de hecho, realizará su primer recorte en septiembre. Este cambio de perspectiva hará que las subidas de la moneda "sean más relajadas".