Bolsa, mercados y cotizaciones
La industria más segura se convierte en la gran amenaza para el sistema financiero global
- El FMI pone el foco en las aseguradoras como catalizadoras de una crisis bancaria
- La quiebra de la italiana Eurovita ha puesto el foco en el sector
- Por qué las aseguradoras irrumpen en el capital de los bancos
Álvaro Moreno, Vicente Nieves
La industria de los seguros tiene como objetivo (más allá de obtener beneficios) reducir los riesgos de sus beneficiarios. Son empresas que, a través de la estadística y millones de datos obtienen un beneficio a la vez que cubren riesgos que serían inasumibles en caso de materializarse de forma individual para sus clientes. Aunque resulte un tanto paradójico, esta industria experta en la seguridad podría ser la punta de lanza de una crisis de solvencia que sacuda al sistema financiero mundial.
La industria de los seguros de vida ha sido tradicionalmente estable. Frente al negocio de los bancos, focalizado en lo que se conoce como maturity transformation (captan depósitos a corto plazo y prestan a largo, generando de forma cuasi inherente un descalce en sus balances), el negocio de las aseguradoras no presentaba este tipo de formato. El descalce se produce cuando tu pasivo es de corto plazo (depósitos, por ejemplo) y el activo está invertido a largo plazo. Si los pasivos 'huyen' se produce un descalce que puede llevar a la empresa a la iliquidez.
Por otro lado, los expertos solían destacar que los bancos están institucionalmente interconectados; operan a través de exposición directa del balance entre sí en forma de préstamos interbancarios garantizados y no garantizados. Esto genera un riesgo sistémico que, en principio, la industria de los seguros no tenía. Sin embargo, en cuestión de pocos años, la situación parece haber cambiado ante la irrupción de ciertas empresas en el capital de las aseguradoras.
Un ejemplo de eso es el caso de Apollo. La firma compró en 2021 Athene Holding por 11.000 millones de dólares. Este sería su brazo en el negocio de los seguros de vida y jubilación y, al poco tiempo, ya se ha convertido en su gran buque insignia. En el año 2022 Athene representó 236.000 millones de dólares de los activos bajo gestión de Apollo, suponiendo así casi la mitad de los 548.000 millones de todo el grupo. BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, también ha apostado fuerte por este segmento y, junto a Carlyle y KKR posee el 9% del sector en activos, es decir, unos 774.000 millones de dólares.
El FMI advertía en su último informe de supervisión financiera global que el sector de seguros de vida está cambiando la esencia de su funcionamiento y tomando más riesgos ante la entrada de otras firmas en su capital: "Las empresas de capital privado han aumentado su presencia en el sector de seguros de vida, un sector que se considera cada vez más importante para su crecimiento estratégico… Las aseguradoras de vida, influidas por el capital privado, parecen tener una exposición significativamente mayor a inversiones menos líquidas que otras aseguradoras. Estas exposiciones incluyen activos de crédito estructurado, como obligaciones de préstamos garantizados, préstamos hipotecarios y valores privados respaldados por hipotecas comerciales y residenciales", advierte el informe del FMI.
De este modo, la industria de los seguros de vida se está comenzando a incurrir en un riesgo similar al del sistema bancario: "Estas inversiones aumentan la incertidumbre en materia de valoración, el riesgo crediticio y el riesgo de liquidez a través de descalces entre activos y pasivos para las aseguradoras de vida. Los riesgos se ven agravados aún más por el apalancamiento inherente a las inversiones en crédito estructurado", según advierte el informe del FMI.
Por si todo lo anterior fuera poco, el FMI destaca que "algunas firmas de capital privado han creado recientemente una suerte de reaseguradoras offshore (fuera del territorio que opera la matriz), aprovechando el arbitraje regulatorio a costa de una menor transparencia en comparación con las aseguradoras de vida nacionales", advierten estos expertos.
Estas preocupaciones se han disparado tras la quiebra de Eurovita. La aseguradora italiana especializada en vida propiedad de Cinven, tuvo que ser rescatada después de que un amplio grupo de ahorradores quisieran cambiar su plan a otra firma que ofrecía mejores condiciones. Ante la salida de liquidez, la firma transalpina tuvo que vender bonos a pérdidas, quedándose en una situación de insolvencia en una situación con grandes paralelismos con el colapso de Silicon Valley Bank.
La firma estuvo en un limbo hasta que en verano se anunció un acuerdo de 25 instituciones, como Generali, Intesa Sanpaolo, Poste Vita, UnipolSai y Allianz, para invertir conjuntamente 10.000 millones de dólares en una compañía a la que serían transferidos cerca de 500.000 asegurados que estaban bajo el paraguas de Eurovita. A pesar de que, a diferencia de en EEUU, este no fue el inicio de una sucesión de pérdidas, la realidad es que puso el foco de los reguladores en este tipos de empresas. De hecho, la Autoridad Federal de Supervisión Financiera, afirmó ante Bloomberg que monitoriza la situación después de que una de las grandes firmas del sector, Lincoln National, anunciara un golpe sorpresa de 2.200 millones de dólares debido a sus productos de 'seguro de vida'.
"El rápido ascenso de los tipos ha creado una serie de problemas a corto plazo como la caída del valor de los bonos o el capital contable"
A pesar de que estos no advertían de un contagio al sistema financiero, los expertos ya avisaban desde comienzos de año de los riesgos que se plantea para las aseguradoras con unos tipos interés especialmente altos. Un ejemplo de ello es el último informe de PwC sobre el sector que, pese a no dar la voz de alarma, explicaba que "cualquier aumento posterior en los tipos podría provocar escenarios muy problemáticos a medida que sus acuerdos (altamente apalancados) se vean sometidos a presión". Además, los expertos de la consultora explicaban que "la última vez que hubo un entorno de alta inflación y tipos de interés elevados, las aseguradoras vieron un deterioro muy importante de sus activos en renta fija, tendencias de siniestralidad impredecibles y un rendimiento deficiente".
Algo parecido advertían los expertos de Fitch a comienzos de 2023, durante el mes de abril. La calificadora insistía en que, aunque unos tipos altos parecen en general positivos, "el rápido ascenso de los tipos ha creado una serie de problemas a corto plazo como la caída del valor de los bonos o el capital contable". En ese sentido, se trata de un problema que evoca a lo que sucedió a comienzos de año con la quiebra de diversos bancos (First Republic, SVB o Signature Bank), donde la caída del valor contable de los bonos y la necesidad de financiarse las empresas tuvieron que asumir enormes pérdidas. Al mismo tiempo Fitch remarca que también habría problemas derivados de "reducciones en los activos bajo gestión, ingresos por comisiones e ingresos por inversiones".
Por su parte, en uno de los informes de Nomura a comienzos de año, el analista Anthony Morris explicaba que en caso de suceder un problema de liquidez en este sector "sería equivalente a lo ocurrido con el colapso bancario (de SVB)". En ese sentido, explicaba que "el verdadero problema aquí es que la inflación no termina de bajar y conducirá a tipos aún más altos, lo que apretara por completo las tuercas a algunas compañías del sector asegurador".
Una sucesión de problemas
Además, el FMI advierte de que estas empresas que han entrado en el sector "han comenzado a usar dichas reaseguradoras para reasegurar sus propios negocios de seguros de vida y de aseguradores de vida de terceros… Esta operativa permite a las empresas de capital privado emitir productos de seguros, reasegurarlos y gestionar las primas, al tiempo que limita la capacidad de los reguladores para analizar los riesgos". En teoría, este sistema redistribuye los riesgos entre diferentes agentes, pero también genera una mayor interconexión entre los aseguradores, creando un riesgo sistémico y pudiendo generar un efecto dominó en el peor de los casos. Aunque las comparaciones son odiosas, la historia recuerda sobremanera a lo ocurrido con los CDO (obligaciones colateralizadas que empaquetabas activos en otros activos).
Lo más peligroso, quizá, es que este es un mercado importante en tamaño. Las reaseguradoras, influidas por el capital privado, han contribuido al fuerte crecimiento de los activos de reaseguros de vida domiciliados en el extranjero, por ejemplo en las Bermudas, que superan ya el billón de dólares, lo que supone alrededor del 4% del total de activos de seguros de vida a nivel mundial.