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La avalancha de dinero conservador se precipita más a Letras del Tesoro que a fondos

  • La deuda a corto plazo atrae un 40% más que los productos de bajo riesgo
  • Para el largo plazo se prefieren los vehículos de inversión de bancos y gestoras
Las colas en el Banco de España a principios de año para comprar Letras. Foto: Europa Press

Isabel Blanco

Aparcar el dinero que no se necesita en una cuenta corriente dejó de tener menos sentido si cabe hace meses. Incluso para los ahorradores más conservadores, con más aversión al riesgo, se ha abierto todo un abanico de posibilidades en las que encontrar cierta rentabilidad, superando en algunos casos a la inflación. Aunque son muchas las opciones, hay un activo de inversión que prácticamente no ha tenido rival en los últimos meses: las Letras del Tesoro. El dinero que se ha dirigido a la deuda a corto plazo supera en un 40% al que ha entrado en los fondos considerados más conservadores.

La compra directa de renta fija a corto plazo alcanzó casi los 15.900 millones de euros en el primer semestre del año, un récord según los últimos datos publicados por Inverco, que recopila un histórico desde 2001. Aquí básicamente se recoge lo que los españoles han destinado a adquirir ellos mismos, sobre todo, Letras -ya sea acudiendo a las subastas del Tesoro o comprando en el mercado secundario, tras las emisiones, a través de una entidad-. Mientras, las categorías de fondos de inversión de rentabilidad objetivo, de renta fija a corto plazo, monetarios y garantizados de rendimiento fijo también lograron suscripciones netas considerables, pero por valor de unos 11.300 millones en el mismo periodo de tiempo.

Es más, con los últimos datos de entradas de dinero en fondos de cierre de septiembre, en nueve meses la cifra se quedaría aún ligeramente por debajo de lo captado por las Letras en solo seis meses (aquí los datos son hasta junio).

El patrimonio en deuda a corto plazo supera los 18.000 millones de euros, batiendo la cifra del saldo en bonos a largo plazo (12.000) por primera vez en décadas. Esto no había sucedido en los últimos años, ni siquiera en la crisis de deuda. "La notable recuperación de los tipos de interés ha alentado las adquisiciones de activos como la renta fija a corto plazo (casi 16.000 millones en la primera mitad del año) y depósitos a plazo (20.664 millones hasta junio)", destacan desde Inverco en su informe sobre el Ahorro financiero de las familias españolas.

El aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha hecho más atractivas las rentabilidades de la deuda pública. Tanto que en las nuevas emisiones de Letras a 12 meses, el Tesoro ha pagado este año un interés medio del 3,35% -en la última subasta alcanzó el 3,86%-.

"Las Letras del Tesoro se han consolidado en los últimos meses como un activo muy demandado por los inversores particulares. Los mensajes ofrecidos por el BCE, además, apuntan a que los tipos de interés se van a mantener elevados a corto y medio plazo, lo que favorece la rentabilidad de las Letras. Otras opciones, como los depósitos bancarios, ofrecen todavía un rendimiento mucho menor", comenta Sofía Antón, directora de Aurigabonos.

Buen año en fondos

Todo esto no quita que los fondos de inversión, en general, también estén viviendo un buen año. Estos vehículos para canalizar el ahorro de forma más diversificada encadenan 35 meses consecutivos de suscripciones netas -es decir, que entra más dinero del que sale-. Entre enero y septiembre, los fondos atrajeron casi 17.000 millones de euros en España, rozando ya a la cifra que lograron en todo el año 2022.

El dinero claramente se dirige hacia los productos más conservadores que ofrecen bancos y gestoras. La categoría que más dinero recibe este año es la de renta fija a largo plazo (más de 12.000 millones hasta septiembre) mientras que la inversión directa en este tipo de activos está siendo mucho más residual pese a crecer. La lectura, por tanto, es que, para el largo plazo, los inversores prefieren acudir a los fondos que a comprar directamente bonos.

Las siguientes categorías que más capital captan este año, después de la renta fija a largo plazo, son precisamente las que engloban a ese ahorro más conservador: los de rentabilidad objetivo; renta fija a corto plazo; monetarios y los garantizados de rendimiento fijo. Por el lado contrario, los vehículos con más reembolsos netos que más sufren desde enero son los globales; de renta fija mixta internacional; de renta variable internacional; de renta variable euro y de bolsa nacional.

El peso en el ahorro financiero

Aunque las Letras se hayan convertido en el activo estrella de 2023, no hay que perder de vista que todavía son una parte muy pequeña de los 2,81 billones de ahorro financiero de las familias españolas. Han pasado de suponer un 0% a un 0,6%; toda la inversión directa en renta fija vuelve a superar el 1% siete años después.

La parte más significativa continúa en cuentas corrientes y a la vista, efectivo y depósitos (37,6%), mientras los fondos suponen un 14,9% (el récord de cierre de año fue en 2021 con un 15,3%) y la inversión directa en bolsa un 9,6% (mucho menos de la mitad de su máximo).