Bolsa, mercados y cotizaciones

Cuidado con los 'pequeños' vigilantes de los bonos: el 'rey' Bill Gross explica la masacre en la renta fija de EEUU

  • La caída de los bonos a 10 años se acerca a la de las puntocom en los 2000
  • Los tipos más altos, el QT de la Fed y el creciente déficit explican el golpe
  • Pero Gross apunta también a los inversores minoristas y los ETF de bonos
El 'rey de los bonos', Bill Gross. Foto: Bloomberg

elEconomista.es

Las pérdidas de los bonos del Tesoro a más largo plazo están empezando a rivalizar con algunos de los desplomes de mercado más notorios de la historia de EEUU. Los bonos con vencimiento a 10 años o más se han desplomado un 46% desde que tocaron techo en marzo de 2020, según datos de Bloomberg. Esa cifra es apenas inferior al desplome del 49% de las acciones estadounidenses tras la quiebra de las cotizadas puntocom a principios de siglo. El desplome de los bonos a 30 años ha sido aún peor, con una caída del 53%, cercana a la del 57% de la renta variable durante los peores momentos de la Gran Crisis Financiera.

Como cada vez que el suelo tiembla bajo los pies de la renta fija, todas las miradas se han dirigido a la 'leyenda', el apodado 'rey de los bonos' Bill Gross, fundador de la gigante gestora de renta fija Pimco hace décadas y retirado del campo de batalla de la gestión de activos desde 2019. En unas declaraciones hechas esta semana a Bloomberg Television, Gross da con la tecla: los inversores minoristas en fondos cotizados (ETF) se han unido a las filas de los celebérrimos "vigilantes de los bonos" y su fuerte retirada la semana pasada ha provocado un mercado sobrevendido.

Los particulares que poseen ETF de bonos por valor de cientos de miles de millones de dólares se han "asustado" por las recientes pérdidas, y están "uniéndose a la multitud en términos de venta", ha explicado Gross. "Estamos viendo un mercado un poco sobrevendido", ya que los rendimientos del Tesoro a 10 años se acercan al 5%, ha insistido.

Para el 'rey de los bonos', estos rendimientos al 5% proporcionarían un "valor decente", pero no "grande", ya que la inflación sigue siendo elevada. La nota soberana a 10 años subió hasta el 4,88% el miércoles, antes de dar marcha atrás y caer por debajo del 4,75% tras la débil lectura de empleo privado en septiembre en la encuesta mensual de ADP.

Los reembolsos por parte de inversores particulares, a los que Gross llama "pequeños vigilantes de los bonos", profundizaron la caída durante la semana pasada, ya que los ETF se vieron obligados a vender participaciones. El economista Ed Yardeni acuñó la expresión "vigilantes de los bonos" en la década de los 80 para describir a los inversores que amenazan con deshacerse de una gran cantidad de bonos para asustar a los gobiernos para que impongan disciplina fiscal. Los inversores retiraron 516 millones de dólares del ETF iShares Core US Aggregate Bond, de 89.000 millones de dólares, la semana pasada, la mayor cantidad en un año, según datos recopilados por Bloomberg.

Ampliando más zoom en la actual fotografía, Gross concluye que la reciente venta masiva en el mercado de bonos se deriva de las presiones de la oferta para financiar el creciente déficit presupuestario del Gobierno, la reducción de las tenencias de bonos de la Reserva Federal (proceso de reducción de balance, QT por sus siglas en inglés) y su compromiso de mantener los tipos elevados durante más tiempo.

Aunque Gross reconoce que llamar a los inversores de ETF los 'vigilantes' modernos puede ser "un poco exagerado", su venta, sin embargo, ha sido lo suficientemente significativa como para mover el mercado. "Lo que veo son estos pequeños justicieros uniéndose al Tesoro y a la Fed en términos de presión negativa" sobre los bonos, remacha.

En cualquier caso, la magnitud de las pérdidas en la renta fija es un claro recordatorio del riesgo que entraña la inversión en bonos a largo plazo, cuyos precios son los más sensibles a las variaciones de los tipos de interés. Ese era parte del atractivo de los valores, ya que la Fed ha pasado la mayor parte de la última década reduciendo los costes de endeudamiento a niveles cercanos a cero.

Una combinación dolorosa

Pero como el banco central ha llevado a cabo el endurecimiento más agresivo de la política monetaria en décadas para frenar la inflación galopante, la mezcla de rendimientos iniciales históricamente bajos, deuda a largo plazo y tipos en rápido aumento ha demostrado ser una combinación dolorosa.

Thomas di Galoma, codirector de negociación de tipos globales de BTIG y veterano del mercado desde hace cuatro décadas, afirma: "Es algo extraordinario. Para ser sincero, nunca había pensado que volvería a ver pagarés a 10 años al 5%. Nos vimos atrapados en un entorno posterior a la crisis financiera mundial en el que todo el mundo pensaba que los tipos iban a seguir bajos".

Las pérdidas actuales de la deuda a largo plazo duplican con creces el siguiente mayor desplome, registrado en 1981, cuando la campaña del entonces presidente de la Fed, Paul Volcker, para acabar con la inflación llevó los rendimientos a 10 años a casi el 16%.

También supera la pérdida media del 39% en siete mercados bajistas de renta variable estadounidense desde 1970, incluido el desplome del 25% del S&P 500 el año pasado, cuando la Fed empezó a subir los tipos desde casi cero. Quizá el mejor ejemplo del asombroso dolor infligido a los inversores sea la caída del bono del Tesoro a 30 años vendido al 1,25% en mayo de 2020. El bono ha perdido más de la mitad de su valor desde que se emitió, cotizando a unos 45 centavos de dólar.

"Hay mucho sufrimiento en las carteras", remata di Galoma. "Se han visto grandes movimientos, pero no parecen durar. Esta vez, la cosa simplemente continúa. Es como desafiar a la gravedad".