Bolsa, mercados y cotizaciones

La industria vuelve a pagar por no fallar, no por acertar


    Joaquín Gómez
    Madrid,

    Vienen años en los que la industria de la inversión va a sufrir una enorme metamorfosis. En cuanto el depósito reaparezca como un producto de consumo habitual por parte de los ahorradores muchas grandes gestoras van a ver cómo el patrimonio que gestionan mengua sustancialmente. Por el momento no hay ningún dato contundente que lo corrobore, pero sí algunos indicios que obliguen a pensar en ello.

    El saldo final gestionado por parte de la banca en depósitos ha aumentado un 42% desde que el Banco Central Europeo (BCE) comenzase a subir los tipos de interés para meter en cintura la inflación, hasta 126.000 millones, desde los 88.000 millones que hogares y empresas tenían en junio del pasado año.

    En el final de la crisis de liquidez cuando se rompía el euro, cuando los bancos tenían serios problemas de financiación y, en el caso concreto español Banco Popular abría guerras de remuneración -que luego acabaron demostrando lo que había bajo las alfombras-, la cifra en depósitos de hogares y empresas llegó a superar el medio billón de euros. Era el año 2013.

    La preferencia de los españolitos por el depósito como producto esencial de la dieta de inversión cuando hay remuneraciones atractivas mermó el patrimonio de los fondos de inversión en España hasta los 150.000 millones. Hoy, este se ha reconstruido hasta los 330.000 millones.

    Toda la industria de la inversión vive a la sombra de la banca, y para ésta lo mejor es tratar de retrasar el mayor plazo la recuperación del depósito en el escaparate comercial mientras no haya grandes necesidades de financiación. Además, es más rentable vender fondos objetivo que, al menos, generan pequeñas comisiones. Pero la remuneración del depósito ya ha regresado para los clientes de banca privada. Un millón de euros ya se remunera al 3,5%.

    Con esta rentabilidad sobre la mesa; Letras a casi el 4%; y deuda de calidad crediticia máxima al 5%, como asesor, para qué vas a introducir mucho riesgo en la cartera de los clientes con renta variable con expectativas de rentabilidad de 7-8% en índices, o incluso de doble dígito en el value. Hasta la gestión alternativa, siempre cerrada en sus valores liquidativos y el largo plazo firmado a fuego con los clientes, parece ahora menos atractiva.

    Uno de los economistas que más admiro y mayor capacidad didáctica de formación tiene en finanzas me decía esta semana que "vienen tiempos en los que lo que el cliente va a consumir es gestión pasiva de renta fija con complementos, un 80% en renta fija a vencimiento y un 20% con productos artesanos, en fondos como vuestro Tressis Cartera Eco30... El objetivo será ganar algo más que lo que le ofrezca un depósito. Ten en cuenta que a mí no me pagan por acertar, me pagan por no fallar".