Bolsa, mercados y cotizaciones
La bolsa argentina se convierte en líder mundial incluso con una inflación desatada
- Los rendimientos del Merval más que duplican al segundo índice más alcista del mundo
- El valor refugio tradicional apenas resiste la embestida de la inflación
Álvaro Moreno, Víctor Ventura
La inflación no hace prisioneros en Argentina y eso ha provocado una eclosión bursátil con pocos precedentes. La bolsa del país sudamericano lleva dos años viviendo en un trance histórico que le ha llevado a una revalorización del 142% en 2022 y del 113% solo en lo que llevamos de 2023. Con las subidas de precios establecidas en el país, los argentinos de a pie y los altos patrimonios se han lanzado en plancha al parqué de Buenos Aires para evitar que, solo con el paso del tiempo, todo lo que tienen en la cuenta en pesos pierda por completo su valor. En ese sentido, aquellos que han buscado refugio en la renta variable de su propio país han conseguido no solo derrotar a la inflación sino que, incluso descontándola, están logrando encontrar las mejores rentabilidades del mundo, más que duplicando las ganancias del segundo mejor índice.
El año pasado ya fue el mayor retorno de la historia del principal selectivo y este 2023 apuntaría a cotas incluso mayores. Solo con el avance en los seis primeros meses del ejercicio ya superaría a los mejores retornos de la historia, solo por detrás de los de 2022 y los del año 2009 (114,95%). Se quedaría a un escaso punto de ser ya la segunda mayor rentabilidad registrada solo con la primera mitad del año. Además, ya es el mejor índice del mundo superando de forma clara a la bolsa griega (35%) y al Nasdaq 100 (33,93%), sus principales perseguidores.
Sin embargo, la bolsa de buenos aires tiene una trampa: su vínculo con el volátil peso argentino. A pesar de que suele apuntarse importantes alzas, estas siempre suelen ser un engaño debido a que, descontando la inflación, realmente nos encontramos con sonoras caídas. De hecho, el último informe de Quantum Finances muestra como en los últimos 25 años, quitando la inflación, la bolsa argentina se ha dejado un 25%, mientras que en ese periodo el S&P 500 ganó un 313%, frente a un 153% en caso de la bolsa de Brasil o más de un 100% en el caso de el índice paneuropeo, el Eurostoxx 50.
No es el caso de este ejercicio, lo que indica que algo ha cambiado radicalmente. El Merval argentino es el mejor índice del mundo incluso descontando la inflación. El IPC acumulado desde enero ha sido del 42%, frente a la evolución de tres cifras por parte de los rendimientos de la bolsa de buenos aires. Por lo tanto, teniendo en cuenta la inflación, el avance de la bolsa argentina habría tenido una rentabilidad real en lo que llevamos del año del 63,1%.
El dólar ya no arrasa
Lo más sorprendente, sin embargo, es que el tradicional 'activo refugio' de los argentinos, el dólar, apenas logra seguirle el ritmo a la inflación. Prácticamente todos los habitantes del país apuestan por guardar todos sus ahorros en dólares para esquivar la inflación y, en muchos casos, incluso sacar beneficios, ya que el peso suele devaluarse más rápido aún.
Sin embargo, en lo que va de año, el dólar oficial y el llamado 'dólar blue' (el del mercado paralelo, el único al que pueden acceder libremente los ciudadanos) solo han ganado un 45%, clavando a la inflación. El tipo de cambio oficial ha pasado de 184 pesos por dólar a 266, y el paralelo, de 342 a 496.
¿Por qué se ha dado la vuelta a la tortilla inversora? ¿Por qué la bolsa argentina ha pasado a vencer al activo preferido de todas las personas con ahorros que invertir? Las claves son dos: la reorganización del panorama político de cara a las elecciones de este segundo semestre y una marea al alza que levanta a todos los barcos en los países emergentes.
¿Fin del peronismo?
Los inversores están ilusionados ante el más que probable final de cuatro años de caótica gestión por parte del Gobierno peronista de Alberto y Cristina Fernández. Los dos han renunciado a presentarse a las elecciones, cuya campaña ya ha comenzado de cara a la primera vuelta, que se celebrará el 13 de agosto (la segunda vuelta será en octubre y, si hace falta para las presidenciales, habrá una tercera en noviembre).
De los tres grandes partidos, el peronismo apostará muy probablemente por Sergio Massa, el 'superministro' de Economía que ha intentado calmar a los mercados en el último año tras el desbarajuste provocado por los ceses repentinos de sus predecesores, Martín Guzmán y Silvina Batakis. Massa es el 'mal menor' y probablemente el candidato más ortodoxo dentro del peronismo, que no se caracteriza precisamente por llevarse bien con los inversores.
Aun así, las esperanzas de los mercados están puestas en la coalición opositora Juntos por el Cambio, una unión antiperonista entre el centro-derecha (Pro) y el centro-izquierda (UCR) tradicionales que lidera las encuestas. De sus dos candidatos, que irán a la primera vuelta para decidir cuál de ellos será su abanderado presidencial definitivo, el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, promete las reformas más incrementales; mientras que su rival, la exministra del Interior Patricia Bullrich, promete una revolución económica mucho mayor, con una fuerte devaluación del peso que elimine la complejísima maraña de tipos de cambio diferentes que existe y una reorganización del gasto público que reduzca el gran déficit que sufre el país. Ambos prometen dar independencia al Banco Central y abrir el país al comercio internacional, ya que Argentina es uno de los países más proteccionistas del mundo.
Como tercera opción está el diputado y tertuliano anarco-capitalista Javier Milei, que propone la dolarización inmediata del país y la eliminación del peso y del Banco Central, así como un fuerte recorte de impuestos y la liberalización de mercados como la venta de órganos. Si bien su imagen para los mercados es bastante radical, Bullrich ha avanzado que está dispuesta a cooperar con él para liberalizar la política económica del país. La posibilidad de una clara derrota del peronismo, especialmente a manos de Larreta o Bullrich, está ilusionando a los mercados.
Auge de los emergentes
Otro de los motivos que ha dado un espaldarazo a Argentina ha sido el repunte general de los mercados emergentes por la situación macroeconómica de Estados Unidos y Europa. A pesar de estar lastrado por un débil repunte de China, el MSCI Emerging markets sube un 7,7% en el cómputo global del año.
Con una inflación disparada en Estados Unidos y en Europa, los inversores ponen su foco en países donde consideran que pueden encontrar cotizaciones más baratas. Según el último informe de Lazard, las empresas de mercados emergentes tienen una relación deuda-capital de solo 1,5, mucho más baja que sus pares de mercados desarrollados. Además, un dólar más fuerte por las subidas de tipos (al igual que un euro más fuerte), impulsa las exportaciones de sus principales empresas, que son las de materias primas.