Bolsa, mercados y cotizaciones
La 'sangría' de Wall Street llega a los hogares: los americanos perdieron más de siete billones de dólares en el segundo trimestre
- El patrimonio neto de las familias se redujo en 6,1 billones de dólares
- El mayor 'agujero' es por la caída de las acciones ante una Fed agresiva
- Se espera que el fuerte empleo y lo ahorrado en pandemia hagan de 'colchón'
Mario Becedas
Aunque Wall Street y la economía real ('Main Street') hacen unas vidas más separadas de lo que muchas veces se quiere ver, la 'sangría' de este 2022 en las bolsas se ha dejado notar en las familias. La riqueza de los hogares de EEUU experimentó en el segundo trimestre la mayor caída registrada hasta la fecha debido a la agresiva actuación de la Reserva Federal para controlar la rápida inflación, que ha provocado el desplome de las acciones. Es la primera arista del afilado discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, en Jackson Hole, desde donde avanzó "dolor" para los ciudadanos.
El patrimonio neto de los hogares estadounidenses se redujo en 6,1 billones de dólares en el periodo entre abril y junio, es decir, un 4,1%, después de haber caído unos 147.000 millones de dólares en el primer trimestre del año, según mostró el viernes un informe de la Fed. Estos descensos trimestrales consecutivos han llevado el patrimonio neto total a 143,8 billones de dólares, el más bajo en un año. El mayor 'agujero' se detecta en el valor de las acciones, que se redujo en el periodo en 7,7 billones de dólares. Mientras, el valor de los bienes inmuebles en manos de los hogares aumentó en 1,4 billones de dólares.
Los temores de recesión se multiplicaron en el segundo trimestre del año, ya que la inflación empeoró, los precios de la gasolina se dispararon hasta alcanzar máximos históricos y la Fed desplegó subidas de tipos consecutivas de magnitud histórica. Esto hizo que el índice S&P 500 se desplomara más de un 16% entre abril y junio.
Del lado inmobiliario, aunque el valor de las casas todavía sigue subiendo, el mercado de la vivienda -una fuente clave de riqueza para los estadounidenses- sigue deteriorándose rápidamente. Cada indicador nuevo que se publica evidencia nuevas grietas ante el endurecimiento de los costes de financiación con el nuevo rumbo de la Fed, lo que ahoga la demanda.
"La economía y el mercado de trabajo de EEUU han repuntado con fuerza en los últimos dos años, recuperando toda la producción y los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia. Los mercados de activos se han comportado aún mejor. Los precios de la vivienda a nivel nacional han subido más de un 40% con respecto a los niveles anteriores a la pandemia, mientras que el S&P 500, incluso después de los recientes descensos, ha subido alrededor de un 20% desde ese mismo punto y ha aumentado más de un 80% con respecto a su mínimo del 23 de marzo de 2020. No obstante, la recesión técnica del primer semestre y la preocupación por las perspectivas de crecimiento y beneficios empresariales han hecho que los precios de las acciones se vean presionados últimamente. Esto, junto con el aumento de la deuda hipotecaria, ha provocado este descenso de la riqueza", pone en situación James Knightley, economista internacional de ING.
"Aunque la Fed no tiene como objetivo directo los precios de las acciones, los responsables políticos saben que los tipos más altos suelen perjudicar a las acciones y que la pérdida de riqueza en Wall Street es una de las principales formas en que la Fed puede afectar a la economía en 'Main Street'. El gasto de los consumidores podría reducirse en cientos de miles de millones de dólares durante el próximo año a través de este efecto riqueza", aclara el periodista financiero estadounidense Rex Nutting en su última columna de opinión.
No todo son datos negativos en el informe de la Fed. También recoge que los depósitos de los hogares, es decir, el dinero que los estadounidenses tienen en cuentas corrientes, de ahorro y del mercado monetario, se dispararon hasta alcanzar un nuevo récord de casi 4,9 billones de dólares. Los depósitos han crecido a medida que los cheques de estímulo primero de la Administración Trump y después de la de Biden así como las restricciones por el covid llevaron a muchos estadounidenses a ahorrar más. Más recientemente, la rigidez del mercado de trabajo también ha impulsado un sólido crecimiento de los salarios de las personas en todos los sectores e ingresos.
"El estímulo fiscal y monetario masivo -5.000 millones de dólares de pagos directos a los hogares a través de cheques de estímulo y prestaciones de desempleo ampliadas y aumentadas, además de otros 5.000 millones de dólares de flexibilización cuantitativa- desempeñó un papel importante. También lo hizo el ahorro involuntario causado por las restricciones de movimiento impuestas durante la pandemia. El resultado fue que el dinero que se habría gastado en bienes y servicios acabó canalizándose hacia activos financieros y no financieros", explica Knightley.
Ese 'colchón' financiero, aunque se concentra en los hogares más ricos, es posible que ayude a apuntalar el gasto de los consumidores en los próximos meses. Sin embargo, la elevada inflación está obligando a las familias a gastar más en necesidades como la alimentación.
Más 'ricos' que antes del covid
Se resiste a verlo por el lado pesimista el analista de ING. Knightley subraya en primer lugar que la riqueza de los hogares sigue siendo muy superior a los niveles anteriores a la pandemia. "Aunque este descenso de la riqueza no es precisamente una buena noticia, hay que contraponerlo a la enorme ganancia neta de 27.000 billones de dólares en la riqueza de los hogares durante la pandemia en general. Incluso tras el descenso del segundo trimestre, el patrimonio neto se sitúa en cerca de 144 billones de dólares", desliza.
"Con la intensificación de las fuerzas de la recesión, tanto en el exterior, por la crisis energética europea y la debilidad de la actividad china, como en el interior, por la subida de los tipos de interés, la fortaleza del dólar y el debilitamiento del mercado inmobiliario, el consumidor desempeñará un papel muy importante en la duración y la profundidad de la recesión. Afortunadamente, el mercado de trabajo sigue siendo sólido, con más de dos ofertas de empleo por cada desempleado estadounidense, mientras que las cifras de riqueza de hoy sugieren que el sector de los hogares se encuentra en una posición fundamentalmente sólida: los saldos de efectivo parecen especialmente buenos", añade.
El economista también destaca que, como proporción de los ingresos disponibles, los activos de los hogares son del 880%, mientras que los pasivos son "solo" del 102%. "Se trata de una posición mucho mejor que la de cualquier otro entorno recesivo anterior y significa que el sector del consumo debería ser más capaz de soportar la intensificación de los vientos en contra de la economía", aventura. En consecuencia, concluye, "seguimos esperando que una probable recesión en 2023 sea modesta y de corta duración, suponiendo una rápida relajación de la política monetaria por parte de la Fed".