Bolsa, mercados y cotizaciones
BBVA recupera en una década el 60% de la inversión de Garanti
- El mercado castiga al banco por su exposición a emergentes
- La hiperinflación y el desplome de la lira dificultan la contribución de la filial
Laura de la Quintana
A BBVA se le ha atragantado el aumento de su participación en Garanti, filial turca donde controla ya el 86% del capital tras la opa cerrada el pasado mes de mayo. Si en el año la entidad que preside Carlos Torres es la más bajista del sector financiero en España, con caídas del 19% en bolsa, desde que se conociera el resultado de la operación -el pasado 18 de mayo- sus acciones ceden más del 13% y ha abierto un gap con respecto a las entidades nacionales de 12 puntos porcentuales en ese mismo periodo.
BBVA arrancó su andadura en Turquía en el año 2011, momento en el que se hizo con el 24,9% del capital de Garanti por 4.195 millones de euros reportados hace más de una década. En noviembre de 2014 incrementó su porcentaje en Garanti hasta el 39,9%, un 14,89% más por el que desembolsó otros 1.988 millones, y en febrero de 2017 rozaba ya el 50%, tras adquirir un 9,95% por 859 millones de euros, según comunicó la entidad entonces. La última operación se ha articulado a través de una opa por la cual BBVA aspiraba a comprar todo el capital restante, aunque finalmente ha alcanzado el 86%. En total, el banco ha desembolsado cerca de 8.450 millones de euros a lo largo de los últimos doce años. De este importe ha recuperado por la vía del beneficio un 60%, con un resultado atribuido aportado por Turquía en este periodo de algo más de 5.100 millones de euros.
La cuestión que planea ahora sobre el mercado es cuándo será capaz de recuperar el dinero pagado por su filial turca, en vista del contexto actual que atraviesa el país. Turquía ha entrado en un escenario hiperinflacionista, a tenor de una tasa de IPC que cerró mayo en el 73%, niveles no vistos desde 1998. Carlos Torres, presidente del grupo, reconoció la semana pasada que ya en el segundo trimestre del año la entidad aplicará en su contabilidad un escenario de hiperinflación por el que contempla un impacto neutro de cara a las cuentas de 2022, ya que beneficiará a la ratio de capital al tiempo que reducirá el beneficio neto.
Los expertos coinciden en que llevará años pensar en recuperar el desembolso realizado por Garanti, teniendo en cuenta que el beneficio neto mermará los próximos ejercicios a tenor del desplome de la lira y de la hiperinflación del país. Los objetivos lanzados por la entidad a 2024 mencionan un crecimiento de los ingresos del 15% (en divisa local), una ratio de eficiencia del 40% y un coste del riesgo medio del periodo por debajo de los 200 puntos básicos -era de 88 puntos en el momento en el que dieron sus previsiones-.
Los analistas de JP Morgan hablan de un resultado neto para Garanti en 2022 de 27 millones de euros frente a los 740 millones que aportó en 2021, cuando la participación del grupo en la filial era inferior, del 49,9% frente al 86% del que es propietario en este momento. "Rebajamos la previsión de crecimiento del BPA (beneficio por acción) un 5% para el periodo 2022-2024 debido a la menor contribución de Turquía, que se ve parcialmente compensada por un viento de cola de la subida del peso mexicano", afirman los expertos de la firma estadounidense.
El escenario ha cambiado de manera notable en un país donde la dirección del Banco Central ha pasado por cuatro manos distintas en los últimos dos años por deseo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, obsesionado con bajar los tipos de interés a pesar de la disparadísima inflación, dicen los expertos que para favorecer la expansión económica antes de las elecciones que se celebrarán en 2023, aunque esta teoría se cae con tasas superiores al 70% en los precios. Ahora bien, el pasado jueves el Banco Central decidió mantener sin cambios los tipos de interés, en el 14%, a pesar de las intenciones del presidente Erdogan. Los han rebajado 400 puntos básicos desde agosto del año pasado, cuando alcanzaron el 19%. Durante el Investor Day celebrado por BBVA el 18 de noviembre del año pasado, la entidad recogía las previsiones del consenso de un IPC que se calculaba entonces cerraría 2022 en el 18% y mantendría una tendencia descendente hasta el 12% de 2024. El objetivo oficial se sitúa en el 5%.
Al impacto de la hiperinflación en las cuentas de BBVA, para quien Turquía representó el 15% del beneficio atribuido del grupo hasta marzo, hay que sumar la devaluación sin freno que sufre la lira, que encarrila su octavo año consecutivo de caídas frente al euro (desde 2015) y en lo que va de 2022 se deja otro 17%, hasta intercambiarse por 0,05 euros.
El mantra repetido por la entidad es que Turquía es su nuevo México y, sin duda, las tasas de crecimiento lo respaldan. Solo en el primer trimestre del año, el crecimiento de los préstamos concedidos por su filial fue del 40,8% en divisa local, frente al 10,6% medio del grupo y el 8,9% de México.
BBVA, en mínimos de 2011
La caída de casi el 20% que acumula BBVA en bolsa en lo que va de año, con las previsiones todavía casi intactas en su beneficio, le ha conducido a cotizar al menor PER (veces que la acción recoge el resultado neto previsto) desde la crisis de deuda de la eurozona del año 2011. Ha caído hasta el nivel de 5,5 veces, para una ganancia neta prevista de 4.900 millones de euros a cierre de 2022 y las previsiones se mantienen por el momento.
De hecho, desde que arrancó el ejercicio, el consenso de mercado recogido por Bloomberg ha mejorado un 14% sus estimaciones para este año y otro 12% de cara a 2023, cuando se estima que supere un beneficio de 5.000 millones de euros. Esta semana CaixaBank, con la mitad de beneficio previsto para 2022 -unos 2.500 millones- ha llegado a superar (y ahora a igualar) su capitalización.