Bolsa, mercados y cotizaciones

Cuidado porque septiembre puede venir con caídas aunque no haya un catalizador obvio, avisa Citi

  • Los impuestos, los costes, el 'tapering' y la inflación, serias amenazas
Imagen: Dreamstime

elEconomista.es

Si precisamente estos días algunos analistas se han desmarcado del consenso argumentando que agosto no tiene por qué ser un mal mes para los mercados, otros empiezan a temer que lo sea septiembre.

Agazapado tras el mes estival por antonomasia, el de regreso a la 'normalidad' tras las vacaciones puede traer sorpresas desagradables a las que estar atentos pese a no haber un gran catalizador en el horizonte que justifique estos temores.

Para desentrañar esta teoría, lo primero es fijarse en los resultados de las compañías. Parece quedar claro que a medida que aumentan las ganancias, también lo hacen los precios de las acciones.

Esa idea, a priori bastante obvia, se ve confirmada en el gráfico inferior, donde se muestra cómo, con un desfase de tres trimestres, las ganancias corporativas han avanzado más o menos los precios de las acciones. Es otra forma de decir que el mercado de valores ha hecho un buen trabajo al descontar las ganancias futuras.

Trasladado al momento actual, mientras las empresas lo han estado haciendo bien en el segundo trimestre (el 85% de las compañías del S&P 500 han superado las estimaciones de ganancias), la pregunta con la que los mercados realmente están lidiando es cuánto de optimistas son las perspectivas para 2022.

Para responder a esa pregunta, en MarketWatch han contactado con Tobias Levkovich, jefe de estrategia en renta variable estadounidense de Citi, quien asegura que hay una sensación casi "palpable" de que cada caída del 1% es una oportunidad de compra. "Nosotros no estamos tan convencidos", matiza.

"Los administradores de fondos reconocen plenamente que el ritmo de expansión de los beneficios caerá, pero la mayoría teme más problemas de rendimiento positivo y relativo que una caída de dos dígitos en este momento, aunque prefieren una inclinación hacia una mayor calidad en las carteras", añade.

Lo bueno no puede durar siempre. Levkovich mantiene su objetivo de precio de 4.000 para el S&P 500 a final de año, lo que significa que cree que el mercado puede caer un 10%. Y tiene en mente un mes específico en el que podría, si no desmoronarse, al menos volverse inestable: septiembre.

Catalizadores no, preocupaciones sí

"La escasez de catalizadores inmediatos para un retroceso se cita con frecuencia, aunque nos preocupa que la subida de impuestos, las presiones de los costes que afectan a la rentabilidad, la reducción gradual de los estímulos y una inflación más persistente se unan en septiembre (normalmente el mes más difícil para el S&P 500)", afirma.

Todas estas preocupaciones se han visto reflejadas en los últimos días, ya que el Congreso debate cómo financiar el gasto en infraestructuras, Clorox se ha unido a otras empresas de consumo básico para advertir de que la inflación está afectando a la demanda así como a sus propios costes y el gobernador de la Reserva Federal Christopher Waller ha dicho que el tapering podría comenzar ya en octubre.

En la misma línea, el vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, dijo este miércoles que las condiciones necesarias para elevar los tipos se habrán cumplido a finales de 2022. A las pocas horas, la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, indicó que ve probable que puedan iniciar el tapering hacia finales de este año o principios del próximo.