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La AIE anuncia el fin de una era: "La demanda de petróleo dejará de crecer al final de la década"

  • En el peor escenario, la demanda de crudo no se recuperaría hasta 2027
  • De 2030 en adelante, si la demanda crece será un aumento residual

elEconomista.es

"La era del crecimiento de la demanda mundial de petróleo llegará a su fin en la próxima década", ha asegurado el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, en las Perspectivas Energéticas Mundiales de la agencia. Este ha sido un mensaje más firme que el del informe del año pasado, que enfatizó que "no había un pico definitivo" en el horizonte. El mundo ha llegado al punto que temían todos los productores: el peak oil demand.

Además, en el corto plazo la situación tampoco será sencilla. El consumo global de petróleo no volverá hasta 2023 al máximo que se alcanzó en 2019 si hay una recuperación económica rápida, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que considera que esta próxima década será la última de crecimiento de la demanda petrolera.

En un escenario en que la recuperación económica tardara más y el producto interior bruto (PIB) mundial no igualara el de 2019 hasta 2023, el consumo de petróleo no volvería al nivel anterior a la crisis del coronavirus hasta 2027, indicó este martes la AIE en la presentación de su informe anual de perspectivas.

Fatih Birol confirmó que "la era del crecimiento (del petróleo) tocará a su fin en los próximos diez años" e insistió en que para impedir ese aumento hacen falta medidas por parte de los gobiernos.

El crecimiento a largo plazo de la demanda de petróleo será moderado por el cambio a vehículos más eficientes o eléctricos, pronosticó la AIE. El consumo aumentará en unos 750.000 barriles por día cada año para llegar a 103,2 millones por día en 2030. Eso es aproximadamente 2 millones por día menos de lo previsto en el informe del año pasado.

La OPEP se queda sola

El aumento se concentrará por completo en las naciones en desarrollo, especialmente India, y estará dominado por materias primas para plásticos y otros productos petroquímicos, en lugar de combustible para el transporte por carretera. Después de 2030, el crecimiento anual se reducirá a solo 100.000 barriles por día en todo caso.

Las perspectivas de la AIE y de las compañías petroleras internacionales hacen que las proyecciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo —que la semana pasada proyectó que la demanda de petróleo seguirá creciendo durante otras dos décadas— sean un tanto singulares. La OPEP se ha quedado sola con su optimismo.

Birol hizo notar que las ventas de vehículos eléctricos (cuyos motores no utilizan derivados del petróleo) este año serán un 2,5% del total pero al mismo tiempo los todocaminos (SUV), que por su peso consumen más combustible, representarán un 42%.

Para que se pudiera alcanzar en 2050 un volumen 0 de emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) que limitara el calentamiento climático a 1,5 grados centígrados, la AIE considera que habría que cambiar de forma radical de políticas energéticas en los diez próximos años, sobre todo para favorecer las energías renovables en detrimento de los combustibles fósiles.

Entre otras cosas, la producción de hidrógeno debería subir de 0,45 millones de toneladas este año a 40 millones en 2030; las ventas de coches eléctricos deberían pasar de 2,3 a 50 millones de unidades; y la inversión en electricidad limpia debería subir de 380.000 millones de dólares a 1,6 billones.

Birol subrayó que "la crisis del covid ha trastocado el sector de la energía más que cualquier otro acontecimiento en la historia y creo personalmente que esta crisis dejará cicatrices durante muchos años".

De acuerdo con los cálculos de la agencia, la demanda energética se reducirá globalmente un 5% este año, con caídas del 8% del petróleo, del 7% del carbón y del 3% del gas natural, mientras que habrá una ligera progresión de las renovables.