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Powell enfatiza la capacidad de la Fed por hacer más para paliar "una recesión sin precedentes" en la historia moderna

  • La crisis es peor que cualquier recesión desde la II Guerra Mundial

José Luis de Haro
Nueva York,

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha asegurado, en un discurso ya publicado que ofrece ante la Comisión Bancaria del Senado, que "el alcance y la velocidad de esta recesión no tienen precedentes modernos y son significativamente peores que cualquier recesión desde la Segunda Guerra Mundial".

El máximo funcionario del banco central de EEUU ha comparcido virtualmente en la Cámara Alta junto al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para explicar a los legisladores la evolución de las distintas medidas tomadas para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia. Ambos se han enfrentado a las dudas y preguntas de los senadores republicanos y demócratas.

"La respuesta de la Reserva Federal a este período extraordinario está guiada por nuestro mandato de promover el máximo empleo y garantizar la estabilidad de los precios para los estadounidenses, junto con nuestras responsabilidades de promover la estabilidad del sistema financiero", ha afirmado.

En este sentido explica que la Fed está comprometida a utilizar toda su gama de herramientas para apoyar la economía, "incluso cuando reconocemos que estas acciones son solo una parte de una respuesta más amplia del sector público", ha aclarado al referirse a los estímulos fiscales del Capitolio.

El presidente de la Fed ha recalcado que la aprobación de la Ley CARES por parte del Congreso (el paquete de estímulo de más de 2 billones de dólares rubricado por el presidente de EEUU, Donald Trump el pasado 27 de marzo) ha sido "fundamental" para permitir que la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro establezcan programas de préstamos de emergencia de la economía real con una capacidad de más de 2,6 billones de dólares.

Powell recuerda que buena parte de los distintos planes instaurados desde el pasado marzo se han utilizando bajo la autoridad que otorga la sección 13 (3) de la Ley de la Reserva Federal al banco centra "en tiempos de emergencia". Es por ello que señala que "cuando las condiciones económicas y financieras mejoren, volveremos a colocar estas herramientas en su caja".

El capitán de la Fed se ha comprometido a "ser lo más transparente posible", especialmente en un momento en que el banco central de EEUU cuenta con una responsabilidad y alcance mucho mayor dada la emergencia instigada por la pandemia. "Divulgaremos mensualmente los nombres y detalles de los participantes en cada programa; las cantidades prestadas y las tasa de interés cobrada; además de los costes, ingresos y honorarios de cada uno de ellos", ha añadido.

La Fed echa mano de su caja de herramientas

Desde el pasado 3 de marzo, cuando la Fed instigó su primer recorte de emergencia en los tipos de interés (50 puntos básicos), el banco central estadounidense se ha convertido en uno de los pilares para garantizar que la actual crisis económica no termina por contagiar al sistema financiero.

De hecho, doce días más tarde volvió a actuar por sorpresa con una rebaja en el precio del dinero de 100 puntos básicos, que llevó las tasas federales a un rango del 0% y el 0,25%, niveles que instauró por primera vez en diciembre de 2008 y mantuvo durante siete años para combatir los efectos de la crisis financiera y posterior Gran Recesión.

Al hilo de esta decisión, Powell y el resto de funcionarios del FOMC reanudaron explícitamente una nueva ronda de flexibilización cuantitativa (QE), es decir, la compra de bonos del Tesoro a largo plazo y activos respaldados por hipotecas cuyo objetivo es reducir las tasas a largo plazo. El programa inicialmente se comprometió a engullir 500.000 millones de dólares en treasuries y otros 200.000 millones de dólares en hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). No obstante, el 23 de marzo apostilló que estas compras se llevarían por cantidades ilimitadas "como fuera necesario".

Tres días más tarde expandió su catálogo de tenencias activos respaldados por hipotecas de agencias federales y activos respaldados por hipotecas comerciales. El balance de la Fed engordó durante la crisis financiera desde los algo más de 700.000 millones de dólares hasta los 4,5 billones. Actualmente ya supera los 6,6 billones.

La Fed también ha expandido su "ventana de descuento", que ofrece a las instituciones de depósito 90 días de financiación con tipos de solo 25 puntos básicos a cambio de un amplio rango de colateral. Y se ha convertido en el banco central del mundo, al instaurar líneas de intercambio (swap) con otras instituciones para garantizar la liquidez en dólares. Más allá de este hecho ha establecido un Mecanismo de Recompra Temporal para las Autoridades Monetarias Extranjeras e Internacionales (conocido como la FIMA Repo Facility) que ayuda a respaldar el buen funcionamiento de los mercados.

Amplia gama de programas para garantizar el crédito

Powell y su equipo han rescatado programas de la crisis financiera y creado otros nuevos que ponen incluso en entredicho su mandato que, bajo el permiso actual del Congreso, solo permite la compra de bonos del Tesoro y activos respaldados de hipotecas. En la sopa de letras anunciada desde el 17 de marzo se incluyen el Fondo de Financiación de Papel Comercial (CPFF) que respalda este mercado a través de la compra de papel comercial. La Línea de Concesión de Crédito Primario (PDCF): una ventana de descuento que permite otorgar préstamos a 90 días contra una amplia gama de garantías. El Mecanismo de Liquidez en el Mercado Monetario (MMLF), por su parte, absorbe los activos principales de los fondos monetarios.

A estos planes hay que añadir la Facilidad de Crédito Corporativo del Mercado Primario (PMCCF) y su homólogo en el secundario (SMCCF); el primero otorga préstamos directos o compra la emisión principal de deuda empresarial y el segundo, lo mismo pero mediante distribuidores. Paralelamente, el Mecanismo de Préstamos de Valores Respaldados por Activos a Plazo (TALF) otorga préstamos a los bancos para comprar activos respaldados por créditos de consumo y cierta deuda hipotecaria comercial.

Como colofón, el 9 de abril, la Fed tomó medidas adicionales para proporcionar hasta 2,3 billones de dólares en préstamos para ayudar a los hogares y empleadores de todos los tamaños y reforzar la capacidad de los gobiernos estatales y locales para brindar servicios críticos durante la pandemia del coronavirus.