Bolsa, mercados y cotizaciones

El riesgo de impago en Europa alcanza máximos de 2016

  • La amenaza de que las empresas incumplan sus compromisos crediticios se dispara
Miedo a una crisis de deuda.

Daniel Yebra
Madrid.,

El riesgo de impago de las compañías europeas se ha disparado en los últimos días de pánico en el mercado hasta niveles de 2016 por el impacto de la propagación del coronavirus en la economía de la región.

Los principales índices que reflejan el precio de los seguros sobre el cumplimiento de los compromisos crediticios (conocidos como CDS) de las empresas más líquidas con grado de inversión del Viejo Continente han escalado verticalmente como consecuencia del frenazo de la actividad por las medidas de contención que están tomando ya los distintos países donde los contagios están creciendo exponencialmente, como Italia, España o Alemania.

El coronavirus está haciendo crujir la economía europea, para la que, a falta de que se conozcan los indicadores adelantados de marzo, los mercados ya están descontando una caída en recesión, al menos en la primera parte del año. Pero el problema más grave que subyace en la amenaza de pandemia no es que en Italia o Alemania se contraiga el PIB por el shock de oferta, sino que profundice en uno de demanda y acelere una crisis de deuda.

"Nos estamos acostumbrando a utilizar el 'jamás' se había visto este nivel", lamenta Enrique Lluva, gestor de Imantia Capital, quien advierte de que "tiene que haber una respuesta desde la política monetaria coordinada con planes fiscales de los gobiernos porque no se puede permitir que el circuito financiero se vuelva a atrofiar como en 2008".

El BCE se reúne este jueves

Ese es el escenario hacia el que está apuntando el índice iTraxx Europe, que mide el riesgo de impago de las empresas -ver gráfico-, y el principal riesgo que debe afrontar en su reunión de este jueves el Banco Central Europeo (BCE).

La lista de palancas que los expertos esperan que active la institución monetaria incluye una bajada de los tipos de interés, otra de la tasa de facilidad de depósito, la extensión de las operaciones de refinanciación para la banca, uno nuevo para pequeñas y medianas empresas y la ampliación del programa de compras, actualmente en 20.000 millones de euros al mes hasta al menos 40.000 millones, incidiendo el mercado corporativo, donde precisamente se están viendo las mayores tensiones.