Internacional
Crece el optimismo sobre un nuevo acuerdo del Brexit para este miércoles
- El punto clave sigue siendo el estatus de Irlanda del Norte
- Hay optimismo, pero en Westminster sigue habiendo incertidumbre
Víctor Ventura
En medio de la incertidumbre, crecen los rumores de un posible acuerdo del Brexit para este miércoles. Desde este mediodía, ministros y secertarios de Estado de los Veintisiete están reunidos en Luxemburgo con el ministro del Brexit, Stephen Barclay, intentando fijar negro sobre blanco los acuerdos perfilados por el primer ministro británico, Boris Johnson, y su homólogo irlandés, Leo Varadkar, la semana pasada. Y las filtraciones que indican que hay posibilidades de cerrar un texto antes del Consejo Europeo del jueves han disparado la libra cerca de un 1%.
Los datos que salen de la reunión en Luxemburgo y desde Bruselas, aunque a cuentagotas, apuntan a una cesión de Reino Unido importante que habría permitido acercar posturas. Sin embargo, aún quedan por cerrar los detalles legales de un tratado que regulará las relaciones entre ambas partes durante el futuro próximo, y varios negociadores de países europeos piden no lanzar aún las campanas al vuelo, hasta que el último punto esté colocado. Si todo va bien, los embajadores de los Veintisiete podrían dar su visto buen el miércoles a partir de las 14.00 horas, antes de su ratificación definitiva por los jefes de Gobierno el jueves.
La clave está en la llamada 'salvaguarda' de Irlanda del Norte, la cláusula que mantendría a la pronvincia británica atada al sistema aduanero europeo de forma permanente para evitar una frontera dentro de la isla. A cambio, habría controles aduaneros dentro del propio Reino Unido, entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña. Los unionistas norirlandeses (DUP), cuyos votos son imprescindibles, han rechazado esta solución y exigido una alternativa que les mantenga en la misma zona aduanera que el resto del país.
En los últimos días, Johnson ha propuesto una serie de alternativas, como la de que haya dos zonas aduaneras simultáneas en Irlanda del Norte. Este martes habría presentado una propuesta nueva, cuyo contenido aún no ha trascendido. Pero parece que esa propuesta estaría cerca de ser la clave: "Podemos ver una zona de aterrizaje", dijo el negociador jefe europeo, Michel Barnier, antes de la reunión. Eso sí, dejó claro que cualquier acuerdo debe cerrarse hoy para poder ser aprobado por el Consejo Europeo del próximo jueves: "Es urgente que las buenas intenciones se conviertan en un texto legal".
Poco después de que los rumores desataran la euforia en la libra, Varadkar intentó templar el entusiasmo. "Las primeras señales son que está habiendo avances. Pero que seamos capaces de concluir un acuerdo antes del jueves todavía está en el aire", dijo el primer ministro irlandés. En su opinión, "la distancia todavía es bastante grande" en el tema aduanero, el principal obstáculo con el que se han chocado las negociaciones desde un principio.
Dudas en Londres
Aun así, los comentarios en Westminster son principalmente de incertidumbre. El DUP y el ala más dura del partido 'tory' se muestran procupados por la posibilidad de que Johnson se rinda a la salvaguarda. El lider de los 'brexiters', Steve Baker, fue a Downing Street advirtiendo de que están dispuestos a "votar por un acuerdo tolerable, pero no uno intolerable". A la salida, explicó que habían tenido "conversaciones francas" (es decir, duras) "para identificar los objetivos básicos" del acuerdo y que "es posible llegar a un acuerdo tolerable para que podamos votar a favor". Pero insistió en tener un texto legal claro, y no un borrador, antes de decidir su postura.
Por su parte los norirlandeses insistieron en que no aceptarán un pacto que les imponga un estatus legal diferente al de Inglaterra, Gales o Escocia. "No estamos dispuestos a ceder más de lo que ya hemos hecho", dijeron fuerntes del partido a The Huffington Post. Si alguno de estos dos grupos da la espalda al acuerdo, su aprobación sería casi imposible.
Pero los incentivos del primer ministro británico son muy diferentes: esta es su última oportunidad para evitar tener que solicitar una prórroga larga a la UE de la fecha de salida. La legislación británica le da hasta este sábado para llegar a un acuerdo. De lo contrario, tendría que solicitar a Bruselas al menos tres meses más para negociar. De todas formas, es muy probable que Johnson tenga que pedir una breve extensión para ratificar el acuerdo, ya que no hay tiempo para cumplir todos los requisitos legales antes del 31 de octubre, la actual fecha límite. Pero políticamente, sería muy diferente pedir un retraso de una o dos semanas con el final ya a la vista o verse obligado a dar una patada hacia adelante de tres meses sin ninguna salida en el horizonte, más allá de elecciones o un segundo referéndum.