Infraestructuras y Servicios

Ferrovial negociará con Maryland para hacerse con una autopista de 3.000 millones

  • La renuncia de Transurban abre la opción para el grupo español, que quedó segundo en la puja
  • El proyecto consiste en el desarrollo y operación de carriles de peaje dinámicos en la I-495 e I-270
Autopista de peaje

Javier Mesones

Una segunda oportunidad. Ferrovial se ha topado con una decisión inesperada que le abre la puerta para aspirar a sumar una nueva autopista de relieve en Estados Unidos. Los australianos Transurban y Macquarie han desistido del contrato de ampliación y mejora de las autopistas I-495 e I-270, en Maryland, que se adjudicaron en 2021.

Un proyecto por el que el grupo que dirigen Rafael del Pino e Ignacio Madridejos pujó con máximo interés en su momento, pero su oferta quedó en segundo lugar. Ahora, la retirada del consorcio australiano propicia que la compañía pueda postularse para ejecutar este contrato, cuyo valor supera los 3.000 millones de euros.

El consorcio Accelerate Maryland Partners (AMP), liderado por Transurban y participado también por Macquarie Capital, se impuso en 2021 en el proceso para desarrollar, a través de una asociación público-privada, el Plan de Descongestión del Tráfico del Nuevo Puente de la Legión Americana, que incluye el diseño, la construcción y la explotación a través de peajes dinámicos de la autopista I-270 con la I-70 en conexión con las ampliaciones de la I-495 (Capital Beltway), en Virginia. Los trabajos implican 60 kilómetros de nuevos carriles express con los que se pretende ofrecer nuevas opciones de viaje que alivien el tráfico en el área metropolitana de Washington.

El Departamento de Transportes de Maryland (MDOT) acaba de recibir la comunicación por parte de Transurban, uno de los mayores operadores de autopistas del mundo, de su renuncia al contrato para convertir la I-495 y la I-270 en managed lanes con la incorporación de cuatro carriles de peaje dinámicos y la reconstrucción del puente de la Legión Americana.

Transurban ha tomado la decisión de no continuar con el proyecto Maryland Express Lanes al enfrentar retrasos de las autorizaciones medioambientales, un panorama político cambiante y litigios sin resolver. "Transurban lamenta no haber podido llegar a un acuerdo con Maryland para ofrecer el alivio crítico de la congestión que los viajeros de toda la región necesitan y desean. Respetamos la decisión de Maryland de buscar alternativas, ya sea en cuanto al alcance del proyecto, la entrega o la asociación", señaló Tanya Sheres, portavoz de Transurban North America.

Por el momento, las autoridades no han informado de las medidas que tomarán, si bien el secretario de Transportes de Maryland, Paul Wiedefeld, declaró en un comunicado que su agencia estaba "comprometida a entregar un nuevo puente de la Legión Americana y soluciones de transporte que alivien la congestión del tráfico en todo este corredor y promuevan la equidad y la protección del medio ambiente".

El MDOT podría ahora abrir una negociación con Ferrovial y sus socios en el consorcio que participó en la licitación original o, en su defecto, con el tercer postor en el proceso, una alianza liderada por ACS. También podría retomar el procedimiento desde el principio y lanzar un nuevo concurso. La decisión es por el momento una incógnita. No en vano, uno de los motivos que ha pesado en la espantada de Transurban ha sido el contexto político generado a raíz de que en enero el principal impulsor del proyecto, el Gobernador Larry Hogan, republicano, fuera sustituido por el Gobernador Wes Moore, demócrata, quien había expresado dudas sobre la iniciativa.

Ferrovial, ACS y FCC

Para Ferrovial la derrota en la puja por el proyecto de Maryland supuso un jarro de agua fría. Su interés era máximo. De hecho, la compañía impugnó el resultado de la adjudicación, pero las autoridades locales lo desestimaron a comienzos del verano de 2021.

En el nuevo escenario, Ferrovial está abierta a negociar con el MDOT y asumir el proyecto, si bien tendrá que analizar los motivos que han llevado a las firmas australianas a desistir del contrato. La oportunidad surge en un momento en el que la compañía española ha anunciado el traslado de su sede social a Países Bajos para cotizar, en última instancia, en Estados Unidos y abordar así con mayor fortaleza su apuesta prioritaria por el mercado estadounidense.

El grupo español concurrió a través de sus filiales de concesiones, Cintra, y construcción. En su consorcio también participaron el fondo galo Meridiam, el británico John Laing y la ingeniería estadounidense Aecom. Mientras, ACS encabezó, a través de ACS Infrastructure Development y de Dragados USA, una tercera alianza de la que también formaron parte Parsons Transportation Group, Jacobs Engineering Group and HDR Engineering.

La salida de Transurban deja sin opciones para FCC, que había sido seleccionado por el consorcio AMP para competir, frente a otras dos alianzas encabezadas respectivamente por Lane y Tutor Perini, por el contrato de construcción -el consorcio no incluía constructora-. La compañía controlada por Carlos Slim se había unido a Fay, Allan Myers, Aldridge Electric, Gannett Fleming y Jannsen & Spaans Engineering.