José Pablo López alimenta en RTVE la guerra fratricida entre Podemos y Sumar enchufando a Pablo Iglesias y su entorno

En la batalla por el dominio del espacio mediático de la izquierda, Podemos ha logrado imponerse frente a Sumar. El partido fundado por Pablo Iglesias ha incrementado su presencia en la RTVE dirigida por José Pablo López, colocando a figuras afines en tertulias clave tanto en televisión como en radio. Este movimiento ha generado tensiones con el entorno de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que ve cómo su espacio político pierde visibilidad en el ente público, a pesar de contar con más representantes en un Consejo de Administración que, sin embargo, carece por completo de poder ejecutivo. Todo ello, tras ampliarse a 15 el número de consejeros, cada uno con una retribución cercana a los 100.000 euros anuales.

Pablo Iglesias es consciente de que ese consejo sirve de poco, más allá de repartir favores y engordar bolsillos vinculados a los partidos que aprobaron la ley que "elevó al Olimpo" de la presidencia a un hombre señalado por José Miguel Contreras para gobernar una RTVE al servicio del PSOE.

El exvicepresidente no oculta su estrategia en ese ecosistema de favores, compensaciones y folclore que rodea a una RTVE cada vez más politizada y con un coste cercano a los 1.300 millones de euros anuales.

Durante su intervención en la última Asamblea Ciudadana de Podemos, Iglesias fue tajante: "En las sociedades mediatizadas, el campo de batalla político es la comunicación. Quien controla el relato, controla el poder". Su declaración no es solo teórica. Desde comienzos de 2024, ha incrementado su participación en espacios como Mañaneros (donde ahora se incorpora Javier Ruiz), La Hora de La 1 (con Silvia Intxaurrondo) y, más recientemente, Malas lenguas, conducido por Jesús Cintora y emitido exclusivamente en La 2. En estos foros, Iglesias mantiene debates acalorados con representantes de otras formaciones, como Eduardo Rubiño, de Más Madrid, al tiempo que arremete contra lo que denomina la "progresía mediática".

Su creciente influencia se refleja también en la presencia de otros rostros vinculados a su órbita. Laura Arroyo, periodista peruana y presentadora de El Tablero en Canal Red, se ha convertido en tertuliana habitual gracias al respaldo de José Pablo López. En la asamblea de Podemos, presentó a Iglesias como "el sujeto más odiado por la progresía", subrayando así el discurso de falta de pluralismo en los medios públicos.

Junto a Arroyo destaca Manuel Levin, antiguo redactor de discursos para Iglesias y actual colaborador del programa La Base. Levin, filólogo y cercano a Irene Montero, ha conseguido también un espacio como tertuliano en las mañanas de La 1, reforzando el relato del partido. A ellos se suma Raúl Sánchez Cedillo, filósofo y activista con pasado en movimientos sociales, que colabora en RNE y escribe en Diario Red.

Sumar, por el contrario, ha perdido peso en RTVE. Pese a contar con mayor representación institucional en el consejo, su presencia mediática se reduce a intervenciones esporádicas. Analistas como Ruth Ferrero-Turrión, prima de Iglesias y colaboradora habitual de RNE, se desvinculan públicamente del partido de Yolanda Díaz.

La confrontación entre ambas formaciones ha pasado del Parlamento a los platós. Iglesias ha acusado a Ferrero de rechazar la creciente visibilidad de figuras afines a Podemos. Ella, por su parte, ha criticado que la estrategia de su antiguo partido se limite a "quemar el espacio" sin aportar propuestas de fondo, repitiendo eslóganes vacíos.

Mientras tanto, las encuestas reflejan una transferencia de votos desde Sumar hacia Podemos. Según el CIS, el 26 % de los votantes que abandonan la formación de Díaz optan por Iglesias, lo que sugiere que la batalla mediática está empezando a tener efectos electorales.

José Pablo López mantiene un vínculo personal con Pablo Iglesias: ambos fueron víctimas de Isabel Díaz Ayuso. El actual responsable de comunicación del Gobierno en RTVE fue cesado por Ayuso en Telemadrid, mientras que Iglesias sufrió una contundente derrota electoral a manos de la presidenta madrileña, que lo llevó a abandonar la política. O al menos, eso dijo.