Salva Reina reaparece con muletas tras ganar el Goya y bromea con el paradero de su 'cabezón': "La noche se complicó y debe estar..."

David Broncano ha recibido este lunes en La Revuelta a uno de los grandes protagonistas de los premios Goya, Salva Reina. El actor, que ganó el galardón en la categoría de Reparto por la película El 47, ha desvelado cómo vivió la noche del pasado sábado: "No quería subir al escenario, quería correr. De hecho, vi a Antonio Banderas y le di un abrazo. No le conocía de nada... Es posible que pensara '¿quién es este tío?'. Al primero que me mostró cariño, ahí me enganché".

El actor ha entrado al escenario con una muleta, para sorpresa de todos los presentes: "Venía tocado del menisco y la fiesta de los Goya lo empeoró. Yo fui al médico y le dije 'Por favor, no quiero ir como Fraga', y me infiltró. En la gala no me dolía pero por la mañana sí", ha confesado.

Pero eso no era todo, porque en lugar de ofrecer a Broncano el 'cabezón' a Mejor Actor de Reparto, troleó al presentador con la cabeza de un Budda: "La cosa se fue complicando. En casa de algún granadino tiene que haber algún Goya", ha dicho entre risas, dando a entender que no sabía dónde estaba el premio. Además, una vela y una jeringa de agua con la que sorprendía al presentador, mojándolo en directo; un 'encargo' de su novia, Kira Miró, que estaba entre el público: "Traicionera. Estás sentenciada, novia traicionera. Era un plan para que yo no me espere el chorrazo en la cara. Enhorabuena", admitía el humorista sobre su broma con la actriz canaria, que viene de lejos. "¿Algo más? ¿Quieres insultar a mi madre?", continuaba.

Tras el show, Reina se sentaba en el sofá para contarle a Broncano cómo vivió aquel momento emocionante: "En el último segundo… No lo esperaba nadie. Al cuarto que me dijo 'tío, no se lo esperaba nadie' dije, 'tan malamente no lo he hecho'. Yo era el primero que no se lo esperaba", ha dicho entre risas. "Como visteis hice bastante el ridículo, lloré... Hice todo lo que pude. Me emocioné muchísimo. No quería subir al escenario, quería correr. De hecho, vi a Antonio Banderas y le di un abrazo. No le conocía de nada... Es posible que pensara '¿quién es este tío?'. Al primero que me mostró cariño, ahí me enganché", ha bromeado. "¡Qué vergüenza más grande! Me hubiera quitado la ropa, pero me habían prestado el traje, estaba feo".

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