Mientras que este martes El Hormiguero traía a dos grandes estrellas de proyección internacional: Anthony Mackie y Danny Ramírez, La Revuelta sorprendía con una invitada muy conocida en la televisión informativa de nuestro país. La periodista Almudena Ariza (61 años) llegó al plató de Broncano después de cubrir el conflicto entre Israel y Palestina para hablar del papel del periodismo y el de la mujer en esta profesión, haciendo énfasis en todos los problemas que deben sortear.
La profesional de la información, ganadora del Premio Iris a mejor reportera, quiso dejar claro un principio que debería tener todo periodista: "El periodista no inventa. Si el periodista inventa, no es buen periodista, será otra cosa. El periodista busca la verdad".
Sin embargo, no ha sido la única reivindicación que ha hecho en el espacio de La 1: "Hay una cosa que nos pasa a las mujeres periodistas sobre todo en redes sociales. Nos acosan como en otras profesiones. Las mujeres lo pasamos muy mal con estas cosas y pasa mucho con las periodistas. Nos insultan y nos dicen 'periolistas'"
Almudena explicó que a raíz de este término decidió aprovechar el tirón y apropiarselo para todas las mujeres dedicadas al periodismo haciendo un logo: "Una manera de ponernos en valor y reivindicarnos porque somos periodistas y dando la batalla. 'Periolistas' y a mucha honra".
La conversación entró en materia hablando de los corresponsales y la cobertura que se hacía de las guerras. "¿Hay algún país ahora tranquilo?", incidió el presentador. "Ahora hemos vuelto de Siria, que ha caído la dinastía Ásad después la dictadura y 14 años de guerra civil. Ha habido un cambio de gobierno. Hay nuevas autoridades y parece que la gente está más tranquila pero hay que ver qué va a pasar", le explicó la invitada que actualmente está cubriendo Oriente Medio y vive actualmente en Jerusalén.
Además, puso en valor las corresponsalías que tenía TVE: 17 en total, lo que tradujo Almudena: "Significa que nos preocupa también lo que pasa fuera de España". De todas estas hay algunas que pueden llegar a ser más "intensas" que otras, pero la invitada lo tenía claro: "Yo es que prefiero la intensidad, el barro, la calle. Las historias de la gente con situaciones complicadas. Me manejo bien y me gusta mucho la curiosidad. Se me da bien (...) No, no me gustaría Luxemburgo. Yo prefiero un poco de lío. Hay compañeros que prefieren otro tipo de historias".
La dura experiencia de Almudena Ariza
"Son muchos años, muchos conflictos y muchas calamidades. Muchos recuerdos también. Cuando veo los vídeos recuerdo todo lo mal que lo ha pasado esa gente. Recuerdo el peso que llevo en esa mochila. Las historias que conté, las personas que conocí. Es todo muy fuerte", explica después de que en el programa se mostrara un recopilatorio de algunos de sus trabajos como corresponsal.
Ante estas palabras el presentador quiso incidir entre la diferencia entre hombres y mujeres en los países que cubre. "Ahora mismo por ejemplo que hemos estado en Siria no, ninguno. No he tenido grandes problemas. No en esta época. La época más dura fue hace años en Afganistán o Pakistán, que si entrevistabas a alguien ni te miraba, ni te tocaba... Una vez con mi compañero cámara al lado estábamos hablando con un líder talibán y vino y me puso un saco de harina en la cabeza y me tapó. Sin preguntar me lo puso y me dijo que así sí hacía la entrevista. Los más radicales no pueden contestar a mujeres. Me pasa que pregunto a uno de los talibanes y ni te mira porque para él es rebajarse", desveló este complicado momento de su profesión.
Cuando @almuariza entrevistó a un líder talibán.
— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) January 28, 2025
Si ya de por sí debe imponer y sentir el peligro, imagina que ordenan que te pongan un saco en la cabeza para evitar que te miren ni te respondan directamente solo por el hecho de ser mujer. #LaRevuelta pic.twitter.com/D61yPMeNKF
"Grabamos esa entrevista con el saco y debe estar por ahí en TVE. Esas cosas hay que dejar que se vean porque son la mejor forma de denunciar lo que ocurre. Es más poderosa esa imagen. Era para una pieza del Telediario, que suele durar un minuto y medio o así pero contando el tiempo cuando vino su asistente y tal fue suficiente. Era muy potente la imagen". Ha querido revelar un último detalle para que se vea bien la diferencia entre sus inicios en la profesión y la actualidad: "Ahora cada vez más se han acostumbrado a ver a mujeres trabajando pero recuerdo cuando empecé a ser periodista de guerra que era una rareza. De las primeras veces que salí a un conflicto no había chalecos antibalas de mi tamaño".
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