El fisio de Tamara Falcó le aconseja no dormir con su marido: "No es bueno para el cuello"

Las vacaciones no duran eternamente, y Tamara Falcó lo sabe. La marquesa de Griñón volvió al trabajo este mes de septiembre, con el inicio de la nueva temporada televisiva. La colaboradora de El Hormiguero suele hablar en las mesas de debate sobre su matrimonio con Íñigo Onieva, y recientemente lo volvió hacer. Y es que, tras pasar unos días de ensueño en Colombia, cada día tiene más claro cuánto le gusta dormir junto a su marido, aunque esto le cueste algún que otro dolor de espalda.

"Una arepa más y no entro en el avión", dijo entre risas sobre su regreso a España. La hija de Isabel Preysler no se ha separado de su chico en todo el verano (también han estado en otros lugares como las Maldivas) y a la pregunta de si es partidaria que en las relaciones se ponga distancia, al menos, una semana al año, dijo: "Dependiendo de cada pareja. Mi hermana y su marido no se separan y les va fenomenal. Hay gente que necesita más espacio y gente que no". Parece que ella, de momento, sigue el ejemplo de su hermana favorita.

Sobre el momento en el que ella da por terminadas sus vacaciones (que suelen ser muy largas en su caso), comentó entre risas: "Yo tengo una teoría. El descanso se ha concluido cuando ya no te caben los pantalones y tienes ganas de volver. Ese es el momento en el que sabes que has desconectado de verdad".

Cierto es que a ella no le gusta separarse de Íñigo ni durmiendo. Tanto es así que no se despegan ni un centímetro durante la noche porque a Tami le encanta y así lo hizo saber, desvelando cuál es su postura favorita para dormir: "A mí lo de dormir juntitos es que me encanta... Y abrazados... De hecho mi fisio me dijo que no era bueno para el cuello y me dio exactamente igual".

Tamara también habló de otros aspectos de su día a día, como cuando deciden salir a pasear: "Íñigo me dijo al principio de la relación que él era como un perro que había que sacarle todos los días y dar un paseo. A mí para dar un paseo me lo tienen que decir una hora antes. Primero para que me tome el café, segundo para que encuentre el modelito. Para que encuentre los pantalones que van con el modelito con los que pueda caminar. Es todo un proceso. Ya de por sí, un domingo cualquiera se me hace bola...". Y bromeó, sobre las cosas que lleva encima: "Ahora lo he simplificado porque si no me costaba el matrimonio".

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