No hay nada organizado a nivel social para celebrar el primer aniversario de la muerte de Caritina Goyanes. Y es que toda su familia aún no se encuentra con fuerzas como para volver a recibir el pésame de tantos amigos que les tienen muy presentes en este final de verano. Evidentemente son muy religiosos y son muchas las misas que llevan pedidas, tanto por Carlos Goyanes como por su hija Caritina, pero lo que se ha evitado es un funeral público y un desfile de rostros conocidos y anónimos que volverán a emocionar con esos largos y profundos abrazos donde se dice todo sin necesidad de articular palabra.
En silencio y fuera de los focos es como Cari Lapique, su hija Carla, sus yernos y nietos intentarán que el día de mañana sea lo más llevadero posible. No están en Marbella ni en Sotogrande sino en otro punto de España, pero queriendo que no se haga público para evitar así ser el centro de atención. Y es comprensible. Cari apenas ha hecho declaraciones en estos doce meses sin marido e hija y únicamente da las gracias cuando le muestran su afecto. Ni siquiera pudo recoger el homenaje que a principios del verano la revista Elle Gourmet rindió a su hija porque sabía que no iba a poder contener el llanto. Fue Carla quien se encargó. Al igual que ha sido Carla quien este verano ha creado un premio de pádel, en homenaje a su padre, que espera se repita en próximas ediciones.
Antonio Matos se rompe y no puede evitar las lágrimas
Es el viudo de Caritina, Antonio Matos, quien nos concede una entrevista sin poder evitar las lágrimas en varios momentos en los que se rompe y recupera en una sensación de auténtica noria que es lo que lleva en el interior desde que Caritina murió cuando se encontraban juntos en la casa de Marbella. "No queremos hacer nada público. Estamos toda la familia unida pero preferimos no decir el destino. Es dentro de España porque en un primer momento queríamos irnos lejos pero no ha podido ser", adelanta Matos. No ha sido un año fácil para nadie y el tiempo sólo ha ayudado a empezar a encajar la situación. "Al principio no te crees lo que te está pasando y vives en un shock. Te dedicas a cumplir con tus obligaciones pero con el piloto automático y casi como un cadáver andante. Después de unos meses es cuando empiezas a darte cuenta de la realidad", asegura antes de romperse.
Son muchas emociones y las fechas hacen que todo se vuelva más complicado aunque ningún día es fácil para ninguno. "No quiero esconder mi dolor ni aparentar que soy un macho alfa duro que no puede llorar. No me importa que vean mi dolor. No tengo que esconderme", añade.
Matos decidió que la empresa de catering que con tanto esfuerzo lanzó Caritina iba a seguir adelante y de ahí que se pusiera al frente. "Profesionalmente ha sido un año de no parar y hemos tenido muchísimo trabajo. Caritina estaba más enfocada a la producción y que todo funcionara, pero yo me he encargado de la parte de finanzas y recursos humanos. Por suerte, dejó un barco que navega muy bien pero había que ajustar algunas cosas. La empresa es de mis hijos y yo soy el albacea y velaré para que todo siga adelante y este proyecto siga siendo un buen negocio para mis hijos", comenta. Los dos hijos del matrimonio aún son muy pequeños para saber qué quieren en el futuro, pero el hecho de que "Sixsense siga funcionando es una buena opción": "Supongo que comenzarán de camareros mientras estudian sus carreras y luego ellos decidirán lo que quieran. Evidentemente cuando un negocio es tuyo se ve con otros ojos pero ya se verá en su día". Matos confiesa que "tengo la suerte de que mi suegra es mi vecina" y por eso están juntos en la educación y hacer las cosas más fáciles a los niños. "Estamos muy arropados por familia y amigos. Me siento afortunado".

"Es el primer año de todo sin Caritina"
Matos sabe que cada día hay que salir adelante y por eso su primer pensamiento cuando abre los ojos es "que la vida sigue". "Es el primer año de todo sin Caritina y te aseguro que todavía no he podido reposar del todo lo que nos ha ocurrido. Intento vivir el presente y hacer todo lo que tenga en el día a día sin parar a pensar más", finaliza antes de reunirse con los suyos y vivir el primer año sin mujer con el calor de la familia y la alegría de los más pequeños, que siempre son los que hacen que estos momentos sean más llevaderos.