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Lágrimas y emoción en el tanatorio: la viuda y la hija del expresidente Javier Lambán reciben el cariño de vecinos, amigos y familiares

El corazón de las Cinco Villas se tiñó este viernes de tristeza. El expresidente aragonés Javier Lambán falleció en su localidad natal, Ejea de los Caballeros, tras más de tres años de lucha contra un cáncer de colon. Tenía 67 años y el próximo martes habría cumplido 68. Su marcha, discreta y en silencio, como siempre quiso, provocó un aluvión de muestras de cariño que se hicieron sentir en el tanatorio, donde su viuda, María Luisa Lázaro, y su hija, Teresa, recibieron el abrazo sincero de vecinos, familiares, compañeros de partido y representantes políticos.

Un adiós íntimo y sencillo

Lambán ingresó el jueves por la tarde en el hospital de Ejea. No quiso ser trasladado a Zaragoza ni a ningún otro centro: deseaba permanecer en casa, cerca de los suyos. Allí se apagó al día siguiente, sin estridencias, de la misma manera que había vivido.

Por expreso deseo suyo, no habrá capilla ardiente ni grandes actos de despedida. Su familia ha optado por un velatorio sencillo en el tanatorio de la localidad, abierto a quienes han querido rendirle homenaje. Desde las 18.30 horas del viernes, decenas de personas comenzaron a llegar para acompañar a su mujer e hija. Entre abrazos, lágrimas y palabras de afecto, se fue componiendo una estampa cargada de emoción.

Una vecina, con voz quebrada, lo resumía a las puertas del recinto: "Se nos ha ido lo mejor". Ese sentimiento compartido recorrió las calles de la capital de las Cinco Villas, donde Lambán era mucho más que un político: era un paisano, alguien cercano y accesible que nunca se despegó de sus raíces.

Cientos de muestras de cariño

El goteo de visitas fue constante. Amigos de la infancia, antiguos compañeros de clase, vecinos y militantes del PSOE quisieron dar el pésame personalmente. También lo hicieron dirigentes políticos de primer nivel. Uno de los primeros en acudir fue Darío Villagrasa, vicesecretario general del PSOE Aragón, que no pudo contener la emoción al recordarlo: "Javier fue un hombre bueno, un extraordinario político que llevó siempre Aragón en la cabeza y en el corazón. Nos deja un enorme vacío, pero también un legado de servicio público y de afecto personal".

Jesús Sarría, estrecho colaborador y amigo del expresidente, lo definió como "una figura histórica del socialismo aragonés". Y añadió: "Era un político de casta, de consenso, un gran hombre de Estado y, sobre todo, un gran ejeano. Hasta el último día mantuvo su humor somarda y esa energía inagotable que parecía sacada de ninguna parte. Madrugaba mucho, esa era su receta".

Presencia política unida en el adiós

La despedida en el tanatorio reunió a representantes de diferentes partidos, reflejo del respeto que Lambán despertó incluso entre adversarios políticos. El presidente de Aragón, Jorge Azcón, acudió acompañado de la exvicepresidenta Luisa Fernanda Rudi y otros cargos del PP. "Más allá de las diferencias, hoy Aragón pierde a un gran servidor público, una persona que dedicó su vida a su tierra con entrega y lealtad", señaló Azcón.

Desde las filas socialistas, además de Villagrasa y Sarría, acudieron la senadora Mayte Pérez, el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, y Carlos Pérez Anadón, entre otros. Todos coincidieron en destacar su capacidad para escuchar, dialogar y buscar consensos, una cualidad poco frecuente en la política actual.

El orgullo de ser ejeano

Para la alcaldesa de Ejea, Carmen Herrarte, lo más significativo era que Lambán nunca olvidó de dónde venía. "Siempre presumió de ser aragonés y ejeano. Uno de los títulos que más orgullo le produjo fue el de hijo predilecto de la ciudad, que recibió en 2020. No quería calles con su nombre ni grandes homenajes, pero llevaba a su pueblo en el alma", afirmó.

Ese amor por sus raíces explica que eligiera pasar sus últimos días en Ejea, rodeado de los paisajes y las gentes que lo vieron crecer. La noticia de su fallecimiento, en pleno 15 de agosto, cogió a muchos de vacaciones o de puente, pero quienes no pudieron acudir ayer tendrán la oportunidad de despedirse este sábado en horario de mañana, entre las 10.00 y las 13.00.

Un legado imborrable

Más allá de la emoción del momento, el fallecimiento de Javier Lambán abre la reflexión sobre el legado que deja tras de sí. Como presidente del Gobierno de Aragón entre 2015 y 2023, fue un firme defensor de la cohesión territorial, del fortalecimiento de los servicios públicos y del papel de la comunidad en el contexto nacional. Sus vecinos lo recuerdan como alguien cercano, directo y siempre dispuesto a escuchar.

La imagen de su viuda e hija recibiendo con lágrimas y gratitud el cariño de cientos de personas quedará grabada como símbolo de la huella que Lambán dejó en su tierra. Un hombre de consenso, un servidor público entregado y, sobre todo, un aragonés orgulloso de sus raíces.

En Ejea, donde el dolor se mezcla con el orgullo de haber tenido a uno de sus hijos más ilustres, el recuerdo de Javier Lambán seguirá vivo. Y aunque este martes ya no podrá soplar las velas de su cumpleaños, su memoria quedará encendida en cada rincón de Aragón.

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