Gente

Pedro Sánchez y Begoña Gómez inician sus vacaciones en La Mareta y piden un refuerzo extraordinario de seguridad en Lanzarote

Pedro Sánchez y Begoña Gómez

El presidente del Gobierno ya se encuentra en Lanzarote para disfrutar de unas semanas de descanso junto a su familia. Pedro Sánchez ha elegido, como en anteriores ocasiones, el Palacio de La Mareta, una exclusiva residencia de Patrimonio Nacional ubicada en Costa Teguise, al este de la isla. Está previsto que permanezca allí hasta el próximo 25 de agosto.

Como medida preventiva, el dispositivo de seguridad ha sido notablemente reforzado. En los últimos días, alrededor de 40 agentes de la Guardia Civil han sido desplegados en la isla, ampliando el habitual cordón de seguridad de 200 a 400 metros alrededor del complejo. Se trata de una medida excepcional para garantizar la seguridad presidencial durante su estancia en este enclave tan particular, donde también se esperan visitas de alto nivel político. Entre los posibles encuentros de Sánchez durante sus vacaciones, destaca la prevista reunión con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, una de las figuras de mayor confianza del actual mandatario. Zapatero posee una vivienda en La Caleta de Famara, valorada en 1,2 millones de euros, desde donde se ha convertido en un asesor informal clave en momentos estratégicos. Asimismo, no se descarta que durante el mes acudan a Lanzarote figuras como el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, o el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quienes ya compartieron tiempo con Sánchez en la isla en veranos anteriores.

La Mareta es un lugar cargado de historia y singularidad. Construida por orden del rey Hussein de Jordania en los años 70, el palacio nunca llegó a ser utilizado por el monarca hachemita. En 1989, fue donado al rey Juan Carlos I y, tras años en manos de la familia real, en 2015 pasó a estar gestionado por Patrimonio Nacional para fines turísticos e institucionales, por deseo expreso del rey Felipe VI. La residencia destaca por su impresionante arquitectura blanca y su integración con el paisaje lanzaroteño, obra del reconocido artista César Manrique. Ocupa una superficie de 30.000 metros cuadrados y cuenta con todo tipo de comodidades: dos piscinas, un lago artificial, canchas deportivas, diez bungalows independientes para invitados o personal de seguridad, biblioteca, salones, helipuerto y un acceso directo al mar. Todo ello rodeado de jardines con cactus, palmeras y vegetación autóctona. A lo largo de los años, La Mareta ha acogido tanto a miembros de la familia real española como a destacadas personalidades internacionales. Entre ellas, los expresidentes Mijaíl Gorbachov, Helmut Kohl, Václav Havel o Gerhard Schröder.

Aunque el presidente del Gobierno se encuentra de vacaciones, no se descarta que mantenga algunas reuniones informales durante su estancia. Sin embargo, el objetivo principal de esta etapa será el descanso, tras un año marcado por tensiones políticas y desafíos económicos. La tranquilidad de Lanzarote, y en particular de La Mareta, ofrece el entorno perfecto para ello.

El presidente del Gobierno ha elegido, como en años anteriores, la exclusiva residencia de La Mareta, en el municipio de Teguise, un enclave privilegiado que conjuga arquitectura tradicional canaria, privacidad y vistas espectaculares al Atlántico. La elección se ha convertido ya en una constante en los periodos de descanso del jefe del Ejecutivo, como hicieron algunos de sus predecesores. Se trata de una construcción emblemática diseñada por el artista César Manrique, máximo exponente del estilo arquitectónico de la isla. El complejo fue un regalo del rey Hussein de Jordania al rey Juan Carlos I en 1989, aunque el monarca jordano nunca llegó a ocuparla. Desde entonces, ha sido usada por figuras destacadas y jefes de Estado, y forma parte del catálogo de residencias gestionadas por Patrimonio Nacional. El recinto no es un hotel de lujo ni una finca privada: está reservado a visitas institucionales o vinculadas con la promoción de la imagen de España. Felipe VI, en un intento por racionalizar su uso, estableció en 2015 un convenio que permite al Gobierno emplearlo en momentos señalados. Desde entonces, su utilización ha estado sujeta a criterios oficiales, aunque no exenta de polémicas mediáticas.

Con dos piscinas, amplios jardines, un lago ornamental y un helipuerto

La Mareta cuenta con diez bungalows independientes, dos piscinas, amplios jardines con vegetación autóctona, un lago ornamental y hasta un helipuerto. Todo ello distribuido en una superficie de más de 30.000 metros cuadrados. El espacio edificado, de unos 1.900 metros, alberga estancias de gran confort y zonas pensadas para preservar la intimidad de sus ocupantes.

Tanto Pedro Sánchez como Begoña Gómez estarán deseando darse un respiro tras las últimas semanas o meses, marcados por una cadena de escándalos que afectan directamente al PSOE. La trama Koldo, que salpica al exministro José Luis Ábalos o los vínculos comprometidos de Santos Cerdán. Estos casos, sumados al desgaste acumulado por el Ejecutivo en otros frentes, como los que salpican a su mujer o su hermano, han convertido el descanso presidencial en motivo de escrutinio.

La casa, un regalo del rey Hussein de Jordania a don Juan Carlos, ha sido reformada en varias ocasiones. La última, en 2018.

La elección de La Mareta también se justifica también por motivos de seguridad y logística, una seguridad que se ha intensificado este año. La propia Presidencia del Gobierno ha defendido en ocasiones anteriores que estos periodos de descanso no implican una desconexión absoluta, ya que Sánchez mantiene contacto constante con su equipo y retoma su actividad oficial si la coyuntura lo exige.

El mantenimiento mensual de La Mareta ronda los 10.000 euros, una cifra que se justifica en parte por su singularidad arquitectónica y el esfuerzo por preservar el diseño original de Manrique. La finca se ha utilizado también como instrumento diplomático y ha recibido visitas institucionales de otros mandatarios europeos.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky