Pedro Sánchez pasó este miércoles por el trago de su comparecencia para explicar sus medidas anticorrupción entre los ataques tanto del PP y Vox y el teatrillo de sus socios, que protestan y tensan la cuerda y el precio de sus apoyos pero sostienen la continuidad del Ejecutivo al considerar que con Feijóo les irá peor.
Tras los debates, queda poca actividad parlamentaria y apenas tres semanas antes de parón de agosto. Será entonces, tras la tormenta política y judicial contra el Partido Socialista, cuando Pedro Sánchez y su mujer se den un respiro. El presidente ha decidido mantener sus planes estivales y desplazarse nuevamente a Lanzarote para disfrutar de unos días de descanso junto a su familia. El presidente del Gobierno ha elegido, como en años anteriores, la exclusiva residencia de La Mareta, en el municipio de Teguise, un enclave privilegiado que conjuga arquitectura tradicional canaria, privacidad y vistas espectaculares al Atlántico.
La elección de La Mareta se ha convertido ya en una constante en los periodos de descanso del jefe del Ejecutivo, como hicieron algunos de sus predecesores. Se trata de una construcción emblemática diseñada por el artista César Manrique, máximo exponente del estilo arquitectónico de la isla. El complejo fue un regalo del rey Hussein de Jordania al rey Juan Carlos I en 1989, aunque el monarca jordano nunca llegó a ocuparla. Desde entonces, ha sido usada por figuras destacadas y jefes de Estado, y forma parte del catálogo de residencias gestionadas por Patrimonio Nacional.
El recinto no es un hotel de lujo ni una finca privada: está reservado a visitas institucionales o vinculadas con la promoción de la imagen de España. Felipe VI, en un intento por racionalizar su uso, estableció en 2015 un convenio que permite al Gobierno emplearlo en momentos señalados. Desde entonces, su utilización ha estado sujeta a criterios oficiales, aunque no exenta de polémicas mediáticas.

Con dos piscinas, amplios jardines, un lago ornamental y un helipuerto
La Mareta cuenta con diez bungalows independientes, dos piscinas, amplios jardines con vegetación autóctona, un lago ornamental y hasta un helipuerto. Todo ello distribuido en una superficie de más de 30.000 metros cuadrados. El espacio edificado, de unos 1.900 metros, alberga estancias de gran confort y zonas pensadas para preservar la intimidad de sus ocupantes.
Tanto Pedro Sánchez como Begoña Gómez estarán deseando darse un respiro tras las últimas semanas o meses, marcados por una cadena de escándalos que afectan directamente al PSOE. La trama Koldo, que salpica al exministro José Luis Ábalos, los vínculos comprometidos de Santos Cerdán y las investigaciones que involucran a cargos como Salazar han impactado de lleno en la estabilidad del partido. Estos casos, sumados al desgaste acumulado por el Ejecutivo en otros frentes, como los que salpican a su mujer o su hermano, han convertido el descanso presidencial en motivo de escrutinio.

La elección de La Mareta también se justifica también por motivos de seguridad y logística, dado que se trata de una instalación dotada de todas las garantías para una figura de Estado. Además, la propia Presidencia del Gobierno ha defendido en ocasiones anteriores que estos periodos de descanso no implican una desconexión absoluta, ya que Sánchez mantiene contacto constante con su equipo y retoma su actividad oficial si la coyuntura lo exige.
El mantenimiento mensual de La Mareta ronda los 10.000 euros, una cifra que se justifica en parte por su singularidad arquitectónica y el esfuerzo por preservar el diseño original de Manrique. La finca se ha utilizado también como instrumento diplomático y ha recibido visitas institucionales de otros mandatarios europeos.