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Galicia espera la llegada de Julio Iglesias: el cantante se reencontrará con sus raíces para conocer su nueva propiedad en Orense

Julio y su mujer, Miranda Rijnsburger

Julio Iglesias cumplirá en septiembre 82 años y, salvo sorpresa, lo hará entre Miami y Punta Cana, donde lleva décadas residiendo. Sin embargo, el artista de lengua hispana con más ventas en todo el mundo nunca ha dejado de mirar hacia España con nostalgia. El legendario cantante ha vuelto a dar muestras de ese fuerte vínculo emocional con su país natal, concretamente con Galicia, la tierra de la que procede, donde ha adquirido recientemente una espectacular propiedad en la aldea de Vilariño, en el municipio orensano de Piñor, tal y como adelantó La Región, el medio que confirmó que Julio es el nuevo propietario de la impresionante mansión que se construyó hace algo más de 20 años y que se encuentra en perfecto estado. La residencia cumple con todos los requisitos que el cantante necesita para poder pasar alguna temporada en la tierra de su padre. Un enclave de apenas unos cientos de habitantes, ubicado a tan solo 29 kilómetros de la ciudad de Orense, que ahora acoge uno de los últimos caprichos inmobiliarios del padre de Enrique Iglesias.

La nueva finca, valorada en cuatro millones de euros, cuenta con 1.500 metros cuadrados construidos, extensos jardines, piscina e incluso un lago artificial. La propiedad, que anteriormente pertenecía a Manuel Cabezas, representa algo más que una inversión: es una vuelta simbólica a los orígenes. No hay que olvidar que a tan solo 10 kilómetros se encuentra A Peroxa, la localidad donde nació su padre, Julio Iglesias Puga, el recordado doctor conocido popularmente como "Papuchi" y famoso por su particular carisma televisivo.

Aunque no se ha confirmado la fecha en que Julio Iglesias se instalará en la zona, todo apunta a que el cantante podría visitar este verano Galicia, reencontrándose con sus raíces y disfrutando de la tranquilidad de la campiña orensana. De momento, su mujer, Miranda Rijnsburger, ha sido la primera en regresar a España este verano, aunque ha optado por otro destino muy distinto: Marbella, a casi 1.000 kilómetros de distancia de la nueva propiedad gallega.

La finca Cuatro Lunas, en Ojén, a diez kilómetros de Puerto Banús, donde Miranda disfruta junto a sus hijos del sol andaluz

Allí, en la exclusiva finca Cuatro Lunas, Miranda disfruta junto a sus hijos del sol andaluz y del lujo sin renunciar a la privacidad. Situada en el municipio malagueño de Ojén, a pocos minutos de Puerto Banús, la finca está valorada en más de 150 millones de euros y es, sin duda, una de las joyas inmobiliarias más espectaculares del Mediterráneo.

Con más de 400 hectáreas, la finca alberga una mansión principal con siete habitaciones, ocho baños, una biblioteca, capilla privada, estudio de grabación y una suite de 400 metros cuadrados. Además, hay espacio para cinco dormitorios para el servicio, pistas de tenis, tres piscinas —una de ellas tipo infinity con vistas al mar—, helipuertos y un gimnasio privado. También dispone de cuadras, un picadero para caballos, huertos ecológicos y senderos para largos paseos. La propiedad incluye además varias construcciones adicionales: la Casa del Lago, diseñada para recibir invitados; la Casa de la Huerta, con cinco dormitorios, piscina privada y comedor con bodega; y un apartamento independiente con cocina, salón, terraza y lavandería propia.

"Sin ninguna presunción, puedo decir que era una de las fincas más bellas del Mediterráneo", decía el propio Julio en una entrevista para la revista Hola. Y añadía que Miranda estaba especialmente encariñada con el lugar, al que describía como su refugio favorito. Esa afirmación parece seguir vigente, como han demostrado sus hijas Cristina y Victoria, quienes recientemente compartieron en redes sociales varias imágenes familiares tomadas en Cuatro Lunas: paseos a caballo, baños en la piscina con vistas al mar y románticos atardeceres sobre las colinas andaluzas.

Esta distribución geográfica entre Galicia y Andalucía refleja bien el estilo de vida de los Iglesias-Rijnsburger: lujo, naturaleza y discreción. Julio Iglesias no se exhibe y suele alejarse del foco público. Le vemos en contadas apariciones y sin giras recientes, pero sí vemos a Miranda y sus hijos, que mantienen la conexión con España viva, sin renunciar a sus raíces. La adquisición en Orense ha sorprendido a muchos, pero no resulta tan extraña si se considera el peso emocional que Galicia tiene en la historia familiar del artista. Para Julio Iglesias, volver al entorno donde nació su padre es una forma de cerrar el círculo. La casa en Vilariño no solo será un lugar para descansar, sino también un homenaje silencioso a su linaje y su infancia marcada por recuerdos de esa "terra galega" que tantas veces ha mencionado con cariño.

Julio, hasta la fecha, solo conoce el lugar por referencias, imágenes, vídeos y comentarios de los que han podido visitarla. No nos consta que ni él ni Miranda hayan acudido a tomar posesión de esta mansión. Lo bueno de esta casa es que apenas ha necesitado reformas, unos toques en la piscina, en el jardín y algunas cosas de decoración muy del gusto del cantante, pero no se ha necesitado un gran despliegue de medios ya que la casa, realizada en granito de la zona, se encuentra en perfecto estado de mantenimiento. Julio adquirió la vivienda hace tres meses, pero tampoco necesitó viajar ya que estas compras hoy en día no exigen ni la asistencia personal del nuevo propietario. Los que le conocen saben que está feliz de poder volver a recorrer algunos de los parajes que forman parte de su memoria de la infancia y de estar más cerca de la tierra que tanto quiso su padre, al que recuerda a diario. No estará mucho en Galicia, seguramente serán escapadas en verano porque a él no le gusta el frío, pero cuando viaje lo hará para volver a sus raíces, disfrutar del marisco que tanto echa de menos en Bahamas y enseñar a sus hijos de dónde le viene lo de Un canto a Galicia.

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