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Enanos de la fiesta de Lamine Yamal defienden su trabajo: "Bailamos, repartimos chupitos y hacemos magia"

La celebración del 18 cumpleaños de Lamine Yamal ha abierto un intenso debate social. La fiesta, que tuvo lugar el pasado domingo en una finca privada de Olivella (Barcelona) y estuvo ambientada en el mundo de los gánsteres, ha sido criticada como hemos venido recogiendo por incluir la contratación de personas con acondroplasia como parte del espectáculo.

La Asociación de Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE) ya ha anunciado la presentación de una denuncia formal. Según explican, los figurantes contratados estaban "únicamente para actividades de espectáculo y reclamo", algo que consideran inaceptable. "Este tipo de prácticas perpetúan estereotipos, alimentan la discriminación y menoscaban la imagen y los derechos de las personas con enanismo", señalan desde la asociación. La controversia surge en un momento delicado. La actual Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en 2023, ya prohíbe expresamente cualquier espectáculo que utilice la discapacidad para provocar burla, mofa o irrisión del público. Sin embargo, la ley carece de un régimen sancionador específico en estos casos. Coincidiendo con esta polémica, el Gobierno español tiene previsto aprobar una reforma para endurecer la normativa, incluyendo multas de entre 600.000 y un millón de euros si se considera una infracción muy grave.

En el otro lado de la polémica se encuentran los propios figurantes contratados: "Somos gente normal que nos dedicamos a lo que queremos de forma absolutamente legal"

La fiesta de Lamine Yamal se realizó en un espacio privado y sin difusión pública de imágenes, ya que se prohibieron los teléfonos móviles, si bien se han producido filtraciones. Esto podría complicar la tramitación de la denuncia o al menos plantear interrogantes sobre la aplicación de la futura normativa. La Fundación Alpe Acondroplasia, una de las entidades más veteranas en España en defensa de los derechos de las personas con enanismo, estudia si procede presentar su propia denuncia. Mientras tanto, el debate sigue creciendo. En el otro lado de la polémica se encuentran los propios figurantes contratados, quienes defienden su derecho a trabajar en lo que ellos elijan.

Lamine Yamal preocupa al Barça a punto de cumplir los 18 años: sus fiestas son épicas y tratan de parar imágenes comprometidas

Uno de los participantes, que habló de forma anónima en la emisora RACI, aseguró que nadie les faltó al respeto durante la fiesta. "Bailamos, repartimos chupitos y hacemos magia… hay muchos tipos de show. No entiendo por qué se le da tanto bombo a esto. Somos gente normal que nos dedicamos a lo que queremos de forma absolutamente legal", explica. El figurante criticó además a ADEE por, según él, intentar eliminar una fuente de empleo sin ofrecer alternativas: "Desde hace años esta gente nos está perjudicando, quieren prohibir un trabajo que nos gusta y nunca han ofrecido otra salida laboral ni cursos a quienes padecemos de enanismo".

Desde el entorno asociativo, sin embargo, la visión es diferente. Daniel Aníbal García, tesorero de Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica), subraya el riesgo de normalizar este tipo de prácticas. "Aunque te traten bien, se perpetúa una imagen que alimenta el estigma", explica a este digital. "¿Se vería bien que se hiciera lo mismo con otra discapacidad? Probablemente no". Carolina Puente, presidenta de ADEE, considera que el impacto es mayor cuando el evento está protagonizado por una figura con tanta proyección pública como Lamine Yamal. "Cuando alguien con tanta influencia social participa en este tipo de situaciones, el daño es mayor. Se transmite a la sociedad, y especialmente a los jóvenes, la idea de que la discriminación es aceptable", advierte.

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