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La nueva vida de José Antonio Avilés tras el ictus que superó nos deja helados: "Tengo el hígado graso"

A sus 37 años, José Antonio Avilés parece haber encontrado en la hostelería un espacio para reconciliarse consigo mismo. Aquel colaborador que levantaba pasiones y odios en los platós ha dado paso a un empresario humilde que, tras superar un ictus y lidiar con una enfermedad crónica, ha optado por el camino del silencio, el esfuerzo y, por qué no, el sabor dulce del helado.

José Antonio Avilés, conocido por su controvertida trayectoria en la televisión del corazón, ha dado un giro inesperado a su vida que ha dejado a muchos con la boca abierta. Tras años de polémicas, mentiras reconocidas y desgaste mediático, el excolaborador ha decidido alejarse del foco público y reinventarse completamente, esta vez lejos de los platós y muy cerca del mostrador de una heladería.

José Antonio Avilés

El colaborador cordobés se hizo popular en programas como Sálvame o Viva la vida, donde sus intervenciones solían provocar todo tipo de reacciones. Participó en Supervivientes 2020, reality en el que quedó en evidencia su facilidad para la mentira, llegando a inventarse incluso una carrera universitaria y la muerte de su abuela. Ese episodio marcó un antes y un después en su credibilidad, y aunque intentó reconducir su imagen con nuevas colaboraciones televisivas, el desgaste fue evidente.

El golpe definitivo llegó en 2022, cuando Avilés sufrió un micro ictus. Un episodio de salud que, sumado a su lucha contra la enfermedad de Crohn, le obligó a replantearse sus prioridades. Según contó él mismo en el programa Viva la vida, su cuerpo reacciona de forma muy agresiva cuando supera cierto peso: "Tengo el hígado graso y cuando rebaso los 90-91 kilos, mi cuerpo empieza a engordar y engordar. Mi metabolismo se ralentiza y lo que a ti te engorda un bollito, a mí me engorda tres veces".

Consciente de que su salud estaba en juego, y cansado de una exposición pública que ya no le aportaba estabilidad emocional, José Antonio Avilés decidió cambiar de vida. Cerró su etapa como tertuliano y se volcó en un proyecto personal que le ha devuelto la ilusión: abrir su propia heladería en el centro de Córdoba.

La Heladería de la Judería es hoy su nuevo refugio. El local, además de ofrecer helados artesanales, cuenta con una carta de cafés, zumos naturales y bebidas frías. Situado en una zona emblemática de la ciudad, el negocio ha sido descrito por quienes lo han visitado como un rincón acogedor y tranquilo, muy distinto al ritmo vertiginoso de la televisión.

Desde entonces, su vida ha adoptado un tono más pausado y discreto. Avilés ha desaparecido de las redes sociales —no publica en Instagram desde hace un año— y mantiene un perfil bajo, centrado en su salud y en su negocio. Lejos del personaje histriónico que interpretaba en televisión, hoy se muestra como un hombre sereno, consciente de sus errores y agradecido por esta segunda oportunidad.

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