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Michelle Obama culmina sus vacaciones en Mallorca a bordo del yate de Steven Spielberg: junto a sus hijas, Sasha y Malia

Michelle Obama ya ha puesto rumbo de vuelta a casa tras unos días de desconexión en Mallorca. La ex primera dama, que suele elegir España como destino para sus vacaciones estivales, ha disfrutado de unos días de tranquilidad pero con algún que otro pequeño lujo, está vez en compañía de sus hijas, Sasha y Malia Ann, y sin su marido, Barack Obama, como ya es habitual. Fiel a sus costumbres, Michelle se ha alojado en la finca de Llubí, propiedad de su gran amigo James Costos, exembajador de EE.UU. en España, y su marido, el interiorista Michael Smith. Un refugio en plena isla donde la privacidad y el confort son sagrados, y que ya se ha convertido en su rincón mallorquín favorito.

El broche de oro a esta escapada lo ha puesto el paseo por la costa mallorquina a bordo del 'Seven Seas', el megayate del mismísimo Steven Spielberg, también muy amigo del matrimonio Obama. Acompañada del director y su esposa, Kate Capshaw, Michelle y sus hijas recorrieron las aguas cristalinas del Mediterráneo en esta joya flotante de 109 metros de eslora, valorada en más de 250 millones de dólares. Con helipuerto, piscina, cine privado y siete suites de lujo.

Entre chapuzones, puestas de sol y sobremesas con sabor balear, la exprimera dama también ha tenido tiempo para uno de sus imprescindibles, el deporte. Como gran aficionada, ha aprovechado cada rincón de la isla para hacer ejercicio en plena naturaleza. Tampoco ha faltado la buena mesa. la mujer de Barack Obama ha disfrutado sin prisas de la gastronomía local, siempre en buena compañía, saboreando cada instante de unas vacaciones que, desde que descubrió Mallorca en 2010, se han convertido en una especie de escapada personal.

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