Los rumores de crisis entre Michelle y Barack Obama cobraron fuerza recientemente tras varias ausencias de la ex primera dama que no pasaron desapercibidas en importantes actos públicos: la primera, en el funeral de Jimmy Carter; la segunda, en la investidura de Donald Trump. Sin embargo, ha sido la propia Michelle quien ha negado ahora que su matrimonio esté en crisis, así como una posible separación o divorcio.
A la ex primera dama le molestó que relacionaran su ausencia a la investidura de Trump con problemas en su matrimonio: "La gente no entiende mi decisión". Y lamentó, en el podcast que comparte con su hermano, Craig Robinson: "La gente no podía pensar en cualquier otra razón que no fuera que se estaba desmoronando mi matrimonio".
La mujer de Obama decidió no asistir a la investidura por motivos ideológicos, y quiere así sentar un precedente en sus hijas, Malia y Sasha: "Quiero que mis hijas empiecen a practicar distintas estrategias para decir que no".
En este sentido, explicó: "Después de todo lo que he hecho en este mundo, si todavía les muestro que debo mantener la compostura, demostrar constantemente que amo a mi país, que estoy haciendo lo correcto, que siempre tengo que estar a la altura incluso frente a la hipocresía y la contradicción... Entonces lo único que hago es seguir alimentando esa vara de medir que nuestras madres y abuelas ya tuvieron que soportar".
El propio Barack Obama ya trató de aplacar estas voces con una romántica felicitación de cumpleaños a su mujer, en enero, a través de las redes sociales.
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