Gente

Aún no lo sabes todo sobre el nuevo Papá: 69 años de secretos en torno a Robert Francis Prevost: ¿Parejas del mismo sexo?

El humo blanco que emergió el 8 de mayo del 2025 marcó el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. El elegido, Robert Francis Prevost, un cardenal estadounidense de 69 años, no es un nombre desconocido en los círculos eclesiásticos, pero su ascenso al trono de San Pedro ha despertado numerosas preguntas y una creciente curiosidad.

Si algo está claro, es que, a pesar de su largo recorrido en la Iglesia, el mundo apenas comienza a descubrir quién es realmente el nuevo Papa. ¿Quién es realmente este nuevo Papa? ¿Qué visiones trae consigo? Y, sobre todo, ¿por qué su elección marca un punto de inflexión?

Nacido en Chicago en 1955, Prevost ha vivido gran parte de su vida fuera de Estados Unidos. A los 27 años fue ordenado sacerdote, y poco después inició su labor misionera en Perú, país del que luego se naturalizaría ciudadano. Allí no solo sirvió como párroco y docente, sino que también fue nombrado obispo, ganándose el respeto del clero y de las comunidades más desfavorecidas. Su trabajo, centrado en la justicia social y la cercanía con los marginados, refleja un fuerte paralelismo con la visión pastoral del Papa Francisco.

Miembro de la Orden de San Agustín, Prevost se ha destacado por su humildad, su enfoque comunitario y su disposición a encontrarse con las personas "donde están", según sus propias palabras. En una entrevista concedida al portal oficial del Vaticano en 2024, afirmó que "el obispo no debe ser un pequeño príncipe sentado en su reino", una declaración que revela su oposición a cualquier forma de clericalismo.

Su rol previo como prefecto del Dicasterio para los Obispos —el órgano vaticano encargado de seleccionar y supervisar a los obispos en todo el mundo— lo colocó en una posición de poder silencioso pero influyente. Desde ese puesto, ayudó a moldear la dirección pastoral de la Iglesia global, reforzando criterios de servicio, escucha y discernimiento en la elección de líderes eclesiales.

Aunque su perfil público ha sido moderado y reservado, el nuevo Papa no ha estado exento de controversias. En 2012, en un discurso dirigido a otros obispos, expresó su preocupación por la influencia de los medios occidentales y la cultura popular, señalando que promovían "creencias y prácticas contrarias al Evangelio", entre ellas el "estilo de vida homosexual" y las "familias alternativas" compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos. Esta declaración ha generado interrogantes sobre cuál será su postura frente a la comunidad LGTBQ+, especialmente en comparación con la apertura mostrada por su predecesor.

Por otro lado, su historial también muestra signos de resistencia al nacionalismo religioso. Durante los años de la administración Trump en EE. UU., una cuenta en redes sociales atribuida a Prevost compartió críticas contra las políticas migratorias del entonces presidente, evidenciando su compromiso con los derechos de los migrantes y su desacuerdo con una visión militante del cristianismo en la esfera política.

No obstante, como muchos otros miembros de la jerarquía católica, ha sido criticado por su gestión de casos de abuso sexual dentro del clero. A pesar de su experiencia, su trayectoria no ha estado completamente libre de sombras en este tema crucial para la credibilidad de la Iglesia.

Su elección ha sido producto de un cónclave que comenzó el 7 de mayo, donde 135 cardenales menores de 80 años —la cifra más alta en la historia de la Iglesia— ejercieron su derecho al voto. Alrededor del 80 % de ellos fueron nombrados por el Papa Francisco, lo que sugiere una continuidad general en la visión eclesial. El proceso duró dos días, alineándose con la duración de otros cónclaves recientes, como el que eligió a Francisco en 2013.

Este nuevo papado comienza en un momento especialmente polarizado para la Iglesia Católica. Las divisiones internas no se ajustan del todo a las clásicas categorías de "progresistas" y "conservadores". Hay debates intensos sobre la participación de las mujeres, la bendición a parejas del mismo sexo, la posibilidad de ordenar sacerdotes casados, y, de forma perenne, la transparencia y justicia en torno a los abusos sexuales.

El Papa Prevost hereda una Iglesia con profundas heridas y esperanzas. Su estilo sobrio y reflexivo podría ser percibido como una ruptura estilística respecto a Francisco, pero los analistas creen que su sustancia será menos rupturista de lo que algunos temen o esperan. Es probable que continúe el proceso de sinodalidad —la consulta abierta y deliberativa con los laicos— impulsado por Francisco, aunque bajo una tonalidad más contenida.

A sus 69 años, Robert Francis Prevost (casi diez años más joven que su compatriota Donald Trump) llega al papado con una mochila cargada de experiencias misioneras, conocimientos académicos, sensibilidad social y una red internacional de relaciones eclesiales. Pero también trae consigo décadas de secretos, silencios estratégicos y decisiones cruciales que ahora se someterán al escrutinio global.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBeloudBluesky