El reencuentro del pasado viernes entre Ágatha Ruiz de la Prada y Luis Miguel Rodríguez, publicado en la revista Semana, ha dado lugar a especulaciones sobre si la diseñadora y el dueño de Desguaces La Torre estaban retomando su relación. Ya se comentó su otro reencuentro, aquel más casual, en un cumpleaños al que llegaron por separado y se saludaron, a finales de febrero.
La verdad de la relación actual entre Luismi y Ágatha
Después de romper un noviazgo de tres años, motivado por las infidelidades de Luismi, nunca dejaron de tenerse cariño ni de mantener una buena relación. Ni siquiera dejaron de hablarse de vez en cuando cuando la ex de Pedro J. Ramírez empezó un nuevo romance con el abogado José Manuel Díaz Patón, que ha durado otros tres años.
La buena amistad entre Ágatha y Luismi ha sido evidente públicamente. Uno de sus saludos en la plaza de Las Ventas —ella con Patón y Luismi, con la guapa de turno— casi acaba en pelea cuando Patón increpó al empresario por haberle dado un beso amistoso a su novia. Afortunadamente, Luismi es un hombre pacífico y no le dio importancia a la agresividad del abogado. En la fiesta de cumpleaños del empresario Arturo Fernández, celebrada a finales de febrero, otro saludo con un beso de Luis Miguel Rodríguez a Ágatha, que acudía con unos amigos, también generó rumores sobre una posible reconciliación, porque ella ya había roto con Patón. Sin embargo, fue un encuentro puramente protocolario. Como desvelamos entonces, testigos presenciales contaron que Ágatha y sus amigos cenaron en una mesa alejada de la que ocupaba Luis Miguel, y no volvieron a cruzarse en toda la noche.
También es cierto que, aunque Ágatha afirma últimamente que está aprendiendo a disfrutar de estar sola y sin compromiso, le resulta difícil vivir en el anonimato mediático. Necesita estar presente en los medios, llamar la atención, que se hable de ella. Aunque sea para bien, adora el protagonismo y nunca ha negado que le encantan las entrevistas, y si es una exclusiva, mejor. Tiene ese punto de anaobregonismo que no puede evitar y que además le aporta de vez en cuando suculentos ingresos vía portada o plató remunerado.
Por su parte, a Luis Miguel le divierte hacerse notar, jugar al conquistador, aparecer en los toros con mujeres conocidas o al menos llamativas, una para cada plaza. El viernes pasado. Luismi y Ágatha quedaron para cenar. Invitaba él, pero no iban a estar solos: se sumarían amigos comunes. Sin embargo, la pareja los acompañantes que tenían previsto ir con ellos, acabaron tarde su trabajo y no llegaron a la cita. Cenaron solos y, "casualmente", un fotógrafo los "pilló" a la salida del restaurante. Salieron por separado, algo sin mucho sentido, a no ser que se tratara de una puesta en escena para fingir que no estaban juntos… ¿Quién avisó al paparazzi?
En el entorno de Ágatha le han preguntado si realmente ha vuelto con Luis Miguel. "Ni de coña", ha respondido ella. En todo caso, esa cena y esas fotos seguramente acabarán en una entrevista en televisión, para volver a estar en el candelero.
