Han pasado ya nueve meses desde su muerte. Shannen Doherty, la mítica actriz de Sensación de vivir, perdió la batalla contra el cáncer de mama, enfermedad con la que luchó durante varios años. Este sábado 12 de abril, habría soplado las velas de su 54 cumpleaños, pero el destino no permitió que fuera así.
Y su madre, Rosa Doherty, parece no haber superado su partida. En los últimos meses se ha mantenido ausente, sin aparecer en el podcast de su hija, ni en sus redes sociales, lo que podría indicar el vacío que la actriz ha dejado en sus seres queridos. Por su parte, Kurt Iswarienko, con quien estuvo casada, tampoco ha dejado evidencia de ningún gesto público en su memoria.
La intérprete de Embrujadas dejó todo preparado antes de su partida. Sus últimas voluntades se centraron en su funeral. Quería que su muerte se celebrara con amor, sin falserío ni personas hipócritas.

"No quiero que la gente llore o que en privado digan: 'Gracias a Dios, esa perra ya está muerta'. No quiero a gente hipócrita. La lista, cuanto más corta, mejor. No puedo dar una lista de quién no quiero que vaya porque es demasiado larga", expuso Shannon en un escrito.
Y añadió: "Hay mucha gente que creo que se presentaría, pero no quiero que estén allí. Aborrezco la falsedad. En realidad, no les agrado lo suficiente como para que aparezcan allí", concluyó.
Su lucha contra el cáncer
La actriz de Girls Just Want to Have Fun fue diagnosticada de cáncer de mama en 2015 y se sometió a una operación que coincidió con su divorcio del fotógrafo Kurt Iswarienko, con el que llevaba diez años de relación. Un complicado divorcio en que la intérprete reclamaba al fotógrafo 15.434 dólares al mes -unos 14.440 euros- en manutención conyugal con "efecto retroactivo desde el 1 de junio de 2024".
Le extirparon del pecho tras encontrarle múltiples tumores y en 2018 se sometió a una cirugía de reconstrucción mamaria. Sin embargo, en 2020 la tormenta cayó de nuevo sobre su persona: volvió a padecer la enfermedad, pero con mayor gravedad.