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Shannen Doherty se sincera sobre su funeral: estas son las personas a las que prohíbe acudir

Shannen Doherty afronta con naturalidad su delicado estado de salud. La actriz de 52 años padece un cáncer de mama en estadio 4, por lo que hace unos meses lanzó un podcast para hablar de su enfermedad y abordar temas como la muerte. En la última entrega de Let's Be Clear with Shannen Doherty habló de ello con su invitado Chris Cotazzo.

Doherty le pidió a Cotazzo que fuera el albacea de su testamento. Ambos mantienen una estrecha amistad, por lo que les fue fácil hablar con confianza y sin tapujos sobre el futuro funeral de la también productora y directora estadounidense.

La artista espera en su entierro a su círculo cercano, en el que, subraya, no entra todo el mundo. No confía en las intenciones de algunas personas: "Hay gente que creo que se presentarían y que no quiero allí".

"No los quiero allí, porque sus razones para presentarse no son las mejores", opinó, admitiendo que, aunque estas personas tendrían "sus razones" para acudir, estas no serían suficientes: "No les gusto lo suficiente como para asistir a mi funeral. Pero lo harán porque es lo políticamente correcto y no quieren quedar mal".

Su entierro, "una fiesta de amor"

La intérprete de Sensación de vivir desea que su entierro sea "una fiesta del amor". No quiere "que la gente llore" ni que haya allí personas hipócritas. Según la actriz, hay quienes acudirían al funeral y después, en privado, dirían frases como "gracias a Dios esta perra ya está muerta".

Cotazzo le pidió una lista con los vetados al funeral, pero Doherty respondió con sorna: "No puedo darte una lista de quién no quiero porque es demasiado larga". "Aborrezco la falsedad y no soporto a las personas que fingen que encontraron a Jesús y afirman estar muy arrepentidos de cualquier cosa mala que hayan dicho sobre ti", sentenció.

La actriz de Embrujadas lleva ocho años luchando contra un cáncer de mamá que, en 2020, evolucionó al máximo nivel de gravedad. Tras recibir el diagnóstico se sometió a una operación que coincidió con su divorcio del fotógrafo Kurt Iswarienko, con el que llevaba diez años de relación. Sin embargo, Doherty apuesta por el optimismo. Sabe cuál es su destino, así que pelea por ser feliz hasta el final. Eso sí, rodeada de su núcleo duro. El resto que se queden fuera.

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