La preocupación por el estado de salud del príncipe Ernesto de Hannover ha alcanzado un nuevo y alarmante nivel. Tal y como han comentado en su entorno familiares del alemán, Claudia Stilianopoulos, su novia desde hace tres años, está "muy preocupada" porque el aristócrata se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Ruber Internacional de Madrid, donde permanece bajo estrecha vigilancia médica desde el pasado 3 de abril. Lo más llamativo es que, según la información que nos llega de fuentes hospitalarias, esta grave situación "no tiene nada que ver con la cadera", en referencia a la operación que se le practicó en diciembre de 2024 tras una aparatosa caída.
Hasta ahora, el entorno más cercano del príncipe, incluyendo a la propia Claudia, había transmitido cierta calma. Hace apenas unas horas, la artista y escultora aseguraba que Ernesto "estaba reaccionando bien al tratamiento" y que su estado de ánimo era positivo. Sin embargo, la evolución de las últimas horas ha obligado a ingresar al príncipe en Cuidados Intensivos, lo que ha encendido todas las alarmas entre sus allegados.
La enfermedad no está relacionada con su cadera
Aunque en un principio se pensó que el deterioro de su salud estaba vinculado a las complicaciones derivadas de la fractura de cadera sufrida en diciembre —y a la posterior intervención quirúrgica, que se repitió ante la falta de consolidación de la fractura—, fuentes cercanas a la familia han desmentido esta conexión. "No tiene nada que ver con la cadera", insisten con rotundidad, dejando entrever que el problema médico es de otra índole.
Aunque no ha trascendido un diagnóstico oficial, las mismas fuentes apuntan a que las dolencias podrían estar relacionadas con el páncreas. Esta posibilidad, unida al hecho de que Ernesto de Hannover es diabético, dibuja un cuadro clínico delicado que justificaría su traslado a la UCI.
Una salud cada vez más frágil
Desde hace años, la salud del príncipe, esposo de Carolina de Mónaco (siguen casados) y figura central de la nobleza europea, ha sido motivo de preocupación constante. Su historial médico se complica con sus conocidas adicciones al alcohol y otras sustancias, que lo han llevado en repetidas ocasiones a centros de desintoxicación sin éxito duradero. Su comportamiento errático y sus episodios violentos en público lo convirtieron en un personaje habitual de la prensa sensacionalista, pero en los últimos meses los titulares giraban más hacia su salud que hacia sus escándalos.
El pasado marzo, medios alemanes como Bunte ya alertaban del deterioro de Ernesto. Las imágenes del príncipe, de 71 años, caminando por Madrid con ayuda de un andador, mostraban a un hombre frágil, delgado y muy alejado de la figura que fue durante años. A finales de marzo, incluso se vio obligado a cancelar su agenda social y varios viajes previstos para centrarse exclusivamente en su recuperación.
Claudia Stilianopoulos, su mayor apoyo
Desde que se conocieron en 2021 en una fiesta en Ibiza, Claudia Stilianopoulos se ha convertido en el mayor sostén emocional y afectivo del príncipe. La hija de la recordada Pitita Ridruejo y del diplomático filipino José Manuel 'Mike' Stilianopoulos ha demostrado una lealtad férrea, acompañándolo en los momentos más complicados y tratando de ofrecerle una estabilidad emocional que él no había encontrado en años.
A pesar del historial turbulento de Ernesto, Claudia ha apostado por esta relación, manteniéndose a su lado incluso cuando las circunstancias médicas o mediáticas se tornaban insostenibles. En estos días de incertidumbre, su presencia constante en la clínica Ruber, al igual que la de su hijo Christian de Hannover y su nuera, Sassa de Osma, refuerzan el mensaje de unidad familiar y apoyo incondicional.
Un silencio inquietante desde el entorno oficial
Hasta el momento, no ha habido un comunicado oficial por parte del equipo médico ni de la Casa Real de Hannover. La discreción ha sido la tónica general en torno a este ingreso, algo que ha contribuido a aumentar el misterio y la inquietud sobre su verdadero estado de salud. La información ha fluido a través de su círculo más cercano, que si bien confirma la gravedad de la situación, insiste también en que se está haciendo todo lo posible para estabilizar al príncipe y guiarlo hacia una posible recuperación.
Una figura controvertida que despierta compasión
A pesar de su historial polémico y de una vida marcada por excesos, peleas familiares y conflictos legales —incluidas batallas judiciales con su propio hijo por el patrimonio familiar—, Ernesto de Hannover sigue siendo una figura que despierta un peculiar respeto y, ahora, una compasión generalizada. Detrás del escándalo, hay un hombre envejecido, con una salud frágil y rodeado por una familia que, pese a todo, permanece a su lado.
La esperanza, ahora, se centra en la capacidad de Ernesto de superar este nuevo bache médico, con el apoyo de sus seres queridos y los cuidados intensivos del equipo médico que lo atiende. Mientras tanto, su entorno y quienes lo conocen bien, como Claudia, mantienen la fe y piden discreción y respeto en un momento tan sensible.
Habrá que esperar nuevas actualizaciones para conocer el rumbo que tomará esta historia, pero lo cierto es que el príncipe de Hannover se enfrenta hoy a uno de los desafíos más duros de su vida.
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