Cada día que pasa supone un gran avance en la vida de Paola Olmedo, que hace un tiempo decidió dejar su pasado atrás. La exmujer de José María Almoguera anunció la pasada semana, a golpe de exclusiva, que había pasado por quirófano para cambiar radicalmente su aspecto. La exnuera de Carmen Borrego se sometió a comienzos de febrero a una complicada operación de estética maxilofacial de la que poco a poco se va recuperando. Tras informar sobre su decisión con un sorprendente reportaje fotográfico donde dejaba ver su rostro hinchado, en la calle solo pudimos verla con mascarilla. Ahora, sin embargo, ya descubre su rostro, todavía algo hinchado y dolorido.

Olmedo no era un rostro conocido hasta que se casó con el nieto de María Teresa Campos y sobrino de Terelu. Por ósmosis, la familia Campos la absorbió y, de pronto, gracias a una exclusiva de boda negociada por Carmen Borrego, su nombre empezó a sonar en los ecos de sociedad. Pero tan rápido como entró en escena, desapareció. Se separó de su marido y el telón mediático pareció cerrarse sobre ella. O eso creíamos. Porque ahora Paola ha regresado. No la Paola que conocimos, sino una versión diferente y relanzada al mercado de las exclusivas. Todo el mundo está expectante de los nuevos avances en su recuperación, el inicio de un camino que podría llevarla a la fama, entre platós, realities y proyectos compartidos con la que fuera su familia política.

No sería la primera ni la última en lograrlo. En ese submundo donde los realities son fábricas de famosos instantáneos, basta con una historia bien vendida para garantizarse un lugar en los platós. Y Paola ha sabido encontrar su senda hacia la fama primero por emparentar con un nieto de María Teresa que prefirió ser anónimo y ganarse la vida detrás de las cámaras y después se ha lanzado en plancha a la búsqueda del éxito bien pagado de televisión, como ha visto en su casa desde siempre.

Foto: Europa Press

Olmedo llevaba años en la lista de espera para someterse, por la Seguridad Social, a una cirugía ortognática. Fue una intervención que, como ella misma contó a Lecturas, duró cerca de seis horas y media. En un primer momento, la intención era realizarse una reconstrucción de mandíbula, pero los médicos también tuvieron que retocar nariz. La esteticista acusaba desde hace años problemas de audición que podrían agravarse. Esta operación corrige la posición de los huesos faciales para lograr una mordida correcta. Los médicos también buscan encontrar la armonización facial completa de la cara, pudiendo afectar a otras partes como los pómulos o la nariz.

Ella misma se quedó impactada con el resultado. No esperaba que fuera a llegar tan lejos: "No me lo esperaba. No me esperaba tanto cambio, es muy brusco". De hecho, su familia también tuvo que adaptarse a este "cambiazo". "Ya no hay marcha atrás", afirmó.

Foto: Europa Press

"Es una operación muy delicada porque hay muchas terminaciones nerviosas", explicó. Y es que incluso se arriesgaba a sufrir una parálisis o incluso un rechazo a las placas de titanio en la mejilla o los tornillos. El postoperatorio fue muy doloroso y la recuperación complicada, pues Paola ha tenido que aprender de nuevo a hablar y comer. "Eso ha sido de lo peor", reconoció. Una decisión difícil que, sin embargo, en su entorno celebran. El propio José María se quedó atónito ante su nueva imagen, admitiendo que su ex está "muy guapa" (no obstante, hace unos días abandonaba el plató de TardeAR por los últimos dardos de ella). Carmen Borrego contó que se alegraba por su operación, ya que llegó por una cuestión de salud, no estética.

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