Kylian Mbappé (París, 20 de diciembre de 1998) no solo brilla en el terreno de juego, sino que también está construyendo un imperio empresarial con la misma determinación que muestra en cada partido. Lo que comenzó como una simple gestión de derechos de imagen ha evolucionado en una estrategia de diversificación financiera con inversiones en sectores que van desde la tecnología hasta el deporte profesional. Lejos de ser un simple embajador de productos, Mbappé se está consolidando como un empresario con visión de futuro, dispuesto a dejar una huella en sectores clave de la economía digital y deportiva. Si sigue por este camino, no sería extraño que, al final de su carrera deportiva, su éxito en los negocios rivalice con los títulos y récords que logre en el césped.
A sus 25 años, el delantero francés no solo es uno de los jugadores más cotizados del mundo, sino que también se está consolidando como un hábil hombre de negocios. Desde su participación en una empresa emergente de cromos digitales hasta su incursión en la vela de alta competición, Mbappé sigue los pasos de figuras como LeBron James, quien ha convertido su fortuna deportiva en un conglomerado de inversiones estratégicas. LeBron James es un referente en este modelo de diversificación. Con más de 1.000 millones de euros acumulados en contratos, derechos de imagen e inversiones, se convirtió en el primer jugador de la NBA en activo en ingresar en la lista de los milmillonarios de Forbes. Mbappé parece estar siguiendo una trayectoria similar, aunque con su propio sello personal. Vincent Chaudel, experto en marketing deportivo, señala que el delantero francés tiene una "cultura deportiva a la americana", lo que implica un enfoque empresarial donde los atletas no solo son embajadores de marca, sino inversores activos en sectores estratégicos. Sin embargo, a diferencia de otras estrellas, Mbappé selecciona sus proyectos con un criterio más allá del rendimiento financiero: busca aquellas marcas que se alinean con sus valores y proyección pública.
Un portafolio diversificado y estratégico
Mbappé no deja nada al azar cuando se trata de negocios. Su filosofía es clara: quiere controlar todo el proceso y asegurarse de que cada inversión tenga un impacto más allá del beneficio económico. Uno de sus primeros movimientos fue invertir en Sorare, una plataforma francesa de cromos digitales basada en tecnología blockchain y criptomonedas. Con esta apuesta, Mbappé no solo se introduce en el creciente mercado de los NFT y las monedas virtuales, sino que también refuerza su conexión con un público joven y nativo digital. Dentro del ámbito tecnológico, también adquirió una participación en Loewe, la histórica empresa alemana de sistemas de sonido y audiovisuales (sin relación con la marca de moda). Esta inversión lo vincula con el mundo de la música y la innovación tecnológica, sectores clave en la nueva economía digital. Pero su vínculo con el deporte no termina en el fútbol. Mbappé se convirtió en accionista mayoritario del Stade Malherbe de Caen, equipo de la segunda división francesa, en el que estuvo a punto de jugar cuando era adolescente. Esta adquisición no solo le permite mantenerse cerca del fútbol más allá de su carrera como jugador, sino que también refuerza su imagen de compromiso con el desarrollo del deporte en su país. Su última aventura empresarial lo ha llevado del césped al mar. A través de su fondo de inversión Coalition Capital, Mbappé ha entrado en el mundo de la vela con su participación en el equipo francés del SailGP, una competición que muchos consideran la "Fórmula 1 de la vela" debido a las altísimas velocidades que alcanzan las embarcaciones. Con esta inversión, el futbolista se posiciona en un nicho de élite donde la tecnología y el deporte se combinan en un espectáculo global.
Más que inversiones: una marca personal en expansión
Mbappé no solo apuesta por empresas ya establecidas, sino que también ha creado su propio sello. En 2022, lanzó Zebra Valley, su propia productora de contenidos, centrada en el deporte, los videojuegos y la música. Este proyecto refuerza su imagen como una figura influyente más allá del fútbol y le permite ampliar su alcance en la industria del entretenimiento. Aunque las cifras exactas de sus inversiones no se han hecho públicas, el enfoque de Mbappé parece más orientado a fortalecer su imagen y diversificar su carrera a futuro que a obtener rendimientos inmediatos. Según Chaudel, "Mbappé tiene más interés en la imagen que le aporta entrar en estas firmas que en el retorno financiero en sí". No obstante, su capacidad para generar ingresos sigue siendo impresionante. Su último contrato con el Paris Saint-Germain, firmado en 2022, le reportó 72 millones de euros brutos anuales, convirtiéndolo en uno de los futbolistas mejor pagados del mundo. Aunque su llegada al Real Madrid en 2024 significó una reducción en su salario base (se estima que aproximadamente a la mitad), compensó esta diferencia con un mayor control sobre sus derechos de imagen y una expansión de sus ingresos comerciales.
Mbappé representa la evolución del futbolista moderno. Ya no se trata solo de talento en el campo, sino de inteligencia para gestionar su carrera como una marca global. Con una estrategia bien planificada y asesorado por expertos como su madre, Fayza Lamari, y la abogada Delphine Verheyden, el delantero del Real Madrid se está asegurando un futuro próspero más allá del fútbol.