Ana Obregón cumple este martes 18 de marzo 70 años y lo hace como siempre: rodeada de preguntas sin respuesta, con una sonrisa imperecedera y convertida en el centro de todas las conversaciones. A Antoñita La Fantástica le gusta más una cámara que a un periodista una percha como una cifra tan redonda para escribir de la actriz, presentadora, bióloga y, sobre todo, estrella mediática. Ana ha sabido hacer de su vida un guion de telenovela donde las alegrías y las tragedias se exponen a plena luz del día, con peaje para el espectador o para el comprador de la revista que dé la exclusiva; pero dejando siempre en la sombra algunos enigmas que alimentan el debate público, como aquella gestación subrogada que puso del revés el Parlamento. Ana Obregón cumple 70 años con muchas preguntas aún sin respuesta, pero quizás ahí resida parte de su encanto. Porque más allá de los misterios, de los debates y de las polémicas, sigue siendo la protagonista absoluta de su propia historia. Y como toda estrella que se precie, sabe que el mayor secreto del espectáculo es dejar siempre algo a la imaginación. Estos son solo algunos de los misterios de Ana Obregón que, a sus 70 años, aún alimentan su leyenda.
Primer misterio: Se conserva muy bien… pero ¿de cuántas cosas se ha operado?
A sus 70 años, Ana Obregón luce una imagen envidiable. En cada aparición pública, su rostro impecable y su figura esbelta desafían el paso del tiempo. ¿Cuál es su secreto? ¿Genética, cuidados extremos o bisturí? Si bien ella ha reconocido haberse sometido a ciertos retoques, nunca ha detallado el listado completo de cirugías o tratamientos a los que ha recurrido para mantenerse en la eterna juventud. Los expertos en estética y los curiosos en redes llevan años analizando cada cambio, pero la verdadera dimensión de sus retoques sigue siendo un misterio. Últimamente dice que no va a operarse más.
Segundo misterio: ¿Por qué fue madre-abuela a los 68 años sin el permiso del abuelo Lequio ni de la que era novia de Álex cuando el joven le confió sus muestras biológicas?
Cuando Ana Obregón anunció que había sido madre por gestación subrogada a los 68 años, el país entero se detuvo. El giro argumental era de tal calibre que ni las revistas del corazón ni los programas de televisión ni la calle ni el Parlamento supieron cómo abarcar el notición. Pero con el tiempo empezaron a surgir las preguntas. La decisión de traer al mundo a la pequeña Anita, presentándola como la hija póstuma de Aless Lequio, se tomó sin el visto bueno del abuelo biológico, Alessandro Lequio, ni de la que fue novia de Aless, Carolina Monje. Mientras Ana defendía su decisión como el último deseo de su hijo, quienes estaban más cerca de él en sus últimos años nunca confirmaron tal versión. No tenemos noticia de que Carolina tenga relación con Ana y por lo que sabemos, Lequio mantiene en mínimos su relación con Ana y no consta siquiera que conozca personalmente a la bebé que, en teoría, es la hija de su hijo fallecido.
Tercer misterio: ¿Realmente Ana Obregón tenía permisos legales para utilizar la semilla de su hijo?
Uno de los mayores enigmas sigue siendo el proceso por el cual Ana Obregón pudo acceder a los gametos de su hijo Aless para gestar a la pequeña en Estados Unidos. En España, la legislación sobre la reproducción asistida establece normas estrictas respecto al uso del material genético de una persona fallecida. ¿Cómo logró Ana esquivar estas restricciones? ¿Tenía un documento firmado por Aless autorizándola? ¿O fue simplemente un vacío legal aprovechado en el extranjero? Hasta el momento, no se ha presentado ninguna prueba concluyente que despeje las dudas. Sin embargo, este digital informó hace tiempo de que la depositaria de tales muestras designada por Aless fue Carolina y que ella, hoy felizmente casada y madre, renunció ate notario a aquellas muestras que, según varios expertos, debieron haber sido destruidas tras la renuncia porque, de acuerdo con fuentes familiares, Aless las obtuvo para ser padre en vía en caso de que el tratamiento contra el cáncer le dejara estéril, pero nunca para ser padre póstumo.
Cuarto misterio: ¿Es realmente la niña que ahora cumple dos años nieta biológica de Ana Obregón?
Suponemos que sí por la sencilla razón de que cada vez se parece más a Aless cuando era pequeño. Pero no hay certeza. Desde el momento en que Ana Obregón presentó a Anita como "su nieta", se dio por hecho que la niña era biológicamente descendiente de Aless Lequio. Sin embargo, en ausencia de pruebas genéticas, siempre quedará un resquicio de duda. ¿Se sometió realmente la pequeña a una prueba de ADN que lo confirme? ¿O simplemente confiamos en el relato de Ana sin cuestionarlo? La ciencia permite verificar este tipo de cuestiones sin margen de error, pero la abuela no parece tener intención de compartir los resultados. Legalmente, es hija de Ana Obregón. Nada más.
Quinto misterio: ¿Por qué Ana Obregón no ha mostrado públicamente los papeles que demuestran que la pequeña Ana Lequio es biológicamente su nieta?
Quizás el mayor misterio de todos es por qué, ante tanta especulación, Ana Obregón no ha mostrado (públicamente) ningún documento oficial que confirme la filiación genética de la pequeña. Si realmente es la hija biológica de Álex Lequio, un simple papel resolvería la polémica de un plumazo. Sin embargo, esa prueba nunca ha visto la luz pública, lo que ha llevado a algunos a preguntarse si existe algún motivo por el cual no se ha hecho.
Sexto misterio: ¿Cuál es verdaderamente la relación de Alessandro Lequio con Ana Obregón y por qué, dos años después, no ha conocido a la niña?
Alessandro Lequio y Ana Obregón han compartido más de tres décadas de historia en la esfera pública, primero como novios y después como padres de Aless Lequio. Sin embargo, desde la muerte de su hijo, su relación ha estado marcada por cierta distancia y, en algunos momentos, por el desacuerdo evidente. Si bien en las primeras etapas del duelo parecían unidos por el dolor, la decisión de Ana de traer al mundo a la pequeña Anita mediante gestación subrogada rompió definitivamente muchos vínculos. Lo más llamativo es que, dos años después del nacimiento de la niña, Lequio sigue sin conocerla. No ha habido encuentros públicos ni privados —al menos confirmados— entre el que debería ser su abuelo biológico y la pequeña. ¿Por qué? Hay quienes creen que Alessandro simplemente ha decidido mantenerse al margen de una situación que nunca apoyó, mientras otros sospechan que hay algo más detrás de su negativa a formar parte de la vida de Anita. ¿Es solo una cuestión de principios o sabe algo que el resto desconocemos? Lequio, al igual que Carolina Monje, no ha confirmado jamás que efectivamente fuera deseo de su hijo Aless, expresado en vida, ser padre después de muerto, como asegura Ana Obregón.
Séptimo misterio: ¿Realmente Ana Obregón donó todo aquello que dijo que iba a donar a la Fundación Lequio?
Cuando Aless Lequio falleció en 2020, Ana Obregón prometió dedicar todos sus esfuerzos a cumplir el sueño de su hijo: ayudar a otros jóvenes con cáncer. Así nació la Fundación Aless Lequio, un admirable proyecto que desde su inicio fue presentado como la gran causa de su vida. Pero, con el tiempo, las dudas han empezado a surgir. En varias entrevistas, Ana aseguró que donaría todos los beneficios obtenidos con el libro El chico de las musarañas, escrito por ella a partir de unas pocas páginas, textos y reflexiones de su hijo. Sin embargo, hasta el día de hoy, no se ha hecho pública ninguna cifra exacta sobre cuánto dinero se ha donado. La credibilidad de Ana Obregón se tambaleó con las distintas versiones que fue dando Ana Obregón cuando se cuestionaron sus compromisos públicos sobre el destino de los cachés de sus numerosas exclusivas y portadas. De comprometer públicamente todo lo obtenido para cuestiones altruistas a decir "tengo una hija que mantener", dando a entender que se guardaba para ella al menos una buena parte de sus cachés, la opinión pública fue testigo de la evolución de sus propias declaraciones. También presumió de haberse dejado una fortuna en costear viajes y tratamientos para su hijo pero con el tiempo se publicó que la aseguradora le abonó aquellos gastos.
¿Se han cumplido todas las promesas que Ana hizo en nombre de su hijo? ¿Son ciertas y nos las creemos a pesar de no estar confirmadas por quienes, según Ana, también las escucharon? Como en tantos otros aspectos de la vida de Ana Obregón, la respuesta sigue envuelta en misterio.
A sus 70 años, Ana Obregón sigue siendo un enigma en sí misma. Cada paso que da, cada declaración que hace y cada portada que protagoniza generan más preguntas que respuestas. Lo único seguro es que, mientras haya dudas sobre su vida, seguirá siendo el centro del espectáculo. Y quizás, en el fondo, ese haya sido siempre su mayor talento: convertir su propia existencia en un guion abierto, donde el misterio nunca se resuelve del todo.