Una novela, un festival de música, noches de flamenco, dos hijas, un marido de varias décadas… María de la Luz del Prado es eso y mucho más. Ahora debuta con su primera novela La buena sombra y disfruta como una niña recordando cada momento de este "parto literario". Casada con Pablo de Hohenlohe desde hace 24 años, sabe lo que supone pasar del enamoramiento al amor pero también lo que te pasa por la cabeza cuando a los 32 años te dicen que tienes cáncer. De todo ha aprendido mucho y de todo hablamos mientras nos tomamos un café en la terraza del Trocadero, local al que está unida desde hace varias temporadas. No en vano, ella inventó el festival de verano de Sotogrande y las noches de flamenco de Madrid.
¿Me explica de dónde le ha salido esta vena literaria para debutar con una novela cargada de emociones y vivencias?
Desde siempre me ha gustado escribir relatos cortos y hasta me he presentado a concursos regionales algunos de poesía. Hace cuatro años empecé a colaboraren la revista "Hola Living", donde escribo de temas cotidianos y es que confieso que lo que más me gusta del mundo es escribir. Empecé a esbozar mi primera novela y justo me llamaron de la editorial Espasa para proponerme un libro porque me seguían por mis colaboraciones.

Les dije que ya estaba con una novela en marcha y acabaron publicándomela. Confieso que ha sido una de las épocas más felices de mi vida. Para mí escribir nunca ha sido una obligación. Es verdad que tengo mucho trabajo pero escribir significa ir al recreo. Por eso, no creo que tenga ningún mérito. Es mi desahogo, un placer, magia. Ojalá pudiera dedicarme solo a escribir. Es verdad que lo he hecho sin presiones ni plazos y tal vez por eso ha sido tan gratificante.
Describe un mundo que está lleno de cosas que le gustan: su pasión por el flamenco, los salones donde se mueve, escenas que podrían forma parte de su vida
Reconozco que soy un tanto perezosa, ya que no me gusta dedicarme a investigar un tema. Por eso, me resultaba más sencillo escribir sobre lo que conozco. Tal vez, en el futuro tenga que investigar pero, para esta novela, me he recreado en el mundo de los artistas que manejo por el festival. Voy con los gitanos a todas partes y también hay escenas de mi entorno, como por ejemplo, todo lo relacionado con el narcotráfico que conozco bien porque trabajo en el campo de Gibraltar.
En este aspecto, me interesaba también describir la demanda social que hay en esa zona que está alejada de la mano de Dios, ya que no hay recursos, educación o cultura por lo que la gente o cruza la verja y se va a Gibraltar o no tiene muchas otras salidas. Es bueno conocer la historia de por qué hay quien se dedica al narcotráfico y confieso que quería hacer cierta denuncia social.
Trato dos épocas, una en los años 80 cuando era el tráfico del tabaco y su evolución al hachís o cocaína. Los artistas de mi libro están inspirados en los gitanos que trato, sus costumbres, su manera de vivir, cómo respetan a sus mayores, como se acogen los unos a los otros, las mujeres... No entiendo cuando hablan del machismo porque es la cultura que hemos tenido todos hasta hace unos años. Como tantas otras de mi generación, yo también he tenido que ir rompiendo moldes de ideas que nos habían inculcado y, por eso, a mis hijas las he educado de otra forma. Insisto que es un tema cultural general. Me apetecía tirar del hilo de esas mujeres, su forma de pensar y vivir y, por eso, hay parte que he escrito en caló.
Se nota que se mueve como pez en el agua entre los gitanos
Mi mano derecha es gitano que es como parte de mi familia. Mis hijas y mi marido le adoran y hacemos mucha vida en común.
Hasta el punto que su protagonista se enamora de un artista gitano
Efectivamente. Un gitano artista muy tradicional que me ha permitido reflejar lo que sienten los artistas antes de actuar, cuando viajan, los nervios… Es una historia de amor entre una pija y un gitano.
¿Le ha pasado a usted?
No, y a estas alturas de mi vida, te aseguro que no podría llevar la vida de un artista. Evidentemente, he novelado muchas cosas porque hay que poner pimienta en las páginas y necesitaba una historia así.
Esta semana hemos vivido la polémica que ha generado la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada con la comunidad gitana tras decir que vivía como una gitana, sin cocina, sin baño, sin nada…
Algo he oído y sé que los gitanos están muy enfadados, pero el novio lo ha estropeado más. De todas formas, no creo que sea culpa de Agatha y sí de una manera de hablar que hemos heredado y hay que cambiar. Son frases hechas, Carmen Lomana también dijo algo parecido una vez, pero estoy segura que sin mala intención.
Además, no corresponde con la realidad porque nunca he visto nadie que se ocupe más de sus ropas, casas y perfumes que los gitanos. Hay una idea errónea que debe ser cuando emulan a los nómadas que viajaban por el mundo porque te aseguro que las casas de los gitanos que conozco están súper limpias y brillantes y les importa muchísimo la imagen. Evidentemente, les molestan esos comentarios, pero creo que no deberían enfadarse con Agatha porque seguro que no era consciente de lo que decía y no había ninguna maldad.
Hay mucho de usted en su novela y, sobre todo, de los lugares donde se mueve. Como me decía, es el resultado de la comodidad de hablar de lo que ya conoce
Mezclo sobre todo mis escenarios con los artistas. El barrio del Retiro, que es donde crecí en la calle Alfonso XII; el barrio de las Letras, donde ahora tenemos una casa ya que vivo a caballo entre Madrid y Marbella. Evidentemente, todo lo de Marbella, Sevilla y la Casa de Pilatos, que forma parte de la Fundación de la familia de mi marido Pablo, el festival que organizo los veranos en el Trocadero de Sotogrande… Son mis sitios y también todos los personajes tienen algo de mí porque me acabo poniendo en el papel de cada uno y, aunque haya fijado una estructura, acabas sintiendo cosas nuevas y ese personaje va cogiendo su propio camino. Hay emociones, vulnerabilidad, incertidumbre, pérdidas… creo que es un libro más profundo que una simple historia de amor entre una paya y un gitano.
Historia tiene usted cuando a los 32 años le anuncian que tiene un cáncer de mama y su vida se tambalea
Me cambió la vida entera porque era muy joven para una leche tan grande. Mis hijas eran muy pequeñas e intenté gestionarlo como pude. Tuve un miedo horrible. Para mí quedarme sin pelo me afectó mucho y eso que no era lo más importante pero todo resultó muy duro. En pocos años me pasaron demasiadas cosas. Mis padres tuvieron unas enfermedades muy malas y murieron y, por eso, hoy cuando miro atrás me doy mucha ternura porque era muy jovencita para tantos palos.
También es verdad que hoy sería otra persona de no haber pasado por todo esto. Piensa que me casé con un señor que era mayor y todo un playboy de la época. Hubo mucha movida, cosas buenas y malas. Creo que si hoy me dedico a la música o escribo mis artículos es también gracias a todo lo vivido. No voy de rollo positivo porque me parece muy falso y simplemente pienso que la vida es lo que es, con sus altos y bajos, y se trata de aceptar lo que te llega y entender que no puedes cambiar todo. Si lo aceptas al final las piezas suelen encajar.
En esos años estudié muchas terapias. Tuve un cáncer de mama sin antecedentes familiares y seis meses de tratamiento más una mastectomía radical. Es verdad que luego te reconstruyen muy bien pero hay que pasar por ese trauma. El dolor con aceptación da mucha paz y lo peor es resistirse a lo que te toca porque es cuando sufres. Esto me dio tablas de la vida y entendí que esto es un visto y no visto y hay que hacer lo que a cada uno le gusta.
Lleva 24 años de unión con Pablo Hohenlohe con quien tiene dos hijas. ¿Cómo se consigue superar las décadas?
Confieso que todo era más difícil de recién casada que ahora. La juventud, los hijos, los planes… me resultaba más complejo. En esta época somos amiguísimos, hacemos muchos planes. Me encanta estar en el porche de casa mientras yo escribo y Pablo diseña sus casas de campo. Nuestras hijas ya no viven con nosotros (Cecilia estudia en St. Andrews, Escocia, y Alegra en el IE deMadrid) y tenemos una casa que es un paraíso en lo alto de la montaña desde donde vemos el Estrecho. Salimos a pasear con nuestro perro, vamos al cine… es que somos muy amigos. Lo bueno es que Pablo jamás me ha frenado en mis proyectos e incluso me ha animado a que haga un montón de cosas y se alegra muchísimo de verme así.


Creo que Pablo está muy involucrado en la Fundación Medinaceli
Es vicepresidente adjunto y le hace mucha ilusión porque es un legado de su familia del que se siente muy orgulloso. Es muy generoso de su parte asumir que todo el legado forma parte de una Fundación con lo que eso supone de renunciar a muchas cosas. Pero le encanta recuperar y restaurar el patrimonio familiar. El deseo de su abuela fue que todo estuviera junto en esa Fundación y respeta esa decisión.
En un año celebrarán sus bodas de plata. ¿Siguen con la misma ilusión?
Hay que saber diferenciar el enamoramiento del amor. Lo primero es una alteración de la corteza cerebral. Estás borracho de dopamina pero no es real y dura un tiempo que como mucho son 3 años. Luego está el amor de verdad y eso es lo que se aprende. Amar a pesar de la rutina, de los defectos de cada uno, querer de verdad. Estoy muy orgullosa de llevar tantos años casada en unos tiempos donde las relaciones no duran tanto. Orgullosa y más enamorada que nunca aunque sea otro tipo de amor.
Es la autora de los jueves de flamenco en Madrid y eso la ha traído de nuevo a la capital
Nos va fenomenal en Trocadero los jueves. Lo estamos petando. Le dije a Pablo que teníamos que comprar un piso en Madrid porque las niñas habían crecido y en Marbella, aunque vivamos en un paraíso, ellas necesitaban otro ambiente diferente del que tenían. Cuando vi que sus amiguitas del colegio iban con bolsos de Dolce & Gabbana entendí que había que cambiar.

Me encanta que se hayan educado en un ambiente internacional, pero decidimos mandarlas a un internado en Inglaterra y ahora con nuestro piso Alegra se instaló en Madrid y Cecilia va y viene desde Escocia. Ya teníamos un pie en Madrid y como llevo cinco años haciendo el festival de Sotogrande se nos ocurrió animar los jueves con las noches de flamenco en Trocadero, donde hemos creado un ambiente genial que parece estas en el salón de tu casa. No veas las que montamos y cómo se animan todos a cantar. Me apasionar crear y emocionar. Ya sea escribiendo o con la música. Estoy en una fase muy creativa y en un momento de la vida que tengo tiempo y ganas.
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