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La pregunta tras las declaraciones ante el juez de Mouliaá y Errejón: ¿Agresión sexual o relación consentida?

El caso que enfrenta a la actriz Elisa Mouliaá y al exdiputado Íñigo Errejón por una denuncia de agresión sexual sigue generando un intenso debate tras sus recientes declaraciones ante el juez del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid. Ambos acudieron al tribunal con versiones completamente opuestas sobre lo sucedido la noche de septiembre de 2021, cuando presuntamente ocurrieron los hechos.

Elisa Mouliaá, primera en declarar, ratificó su denuncia y sostuvo que la agresión comenzó en un ascensor, continuó en una habitación durante una fiesta y terminó en el domicilio del político. Según la actriz, Errejón la besó sin su consentimiento y le realizó tocamientos no deseados. Añadió que, en un momento dado, él incluso se bajó los pantalones, mientras ella expresaba su incomodidad. La actriz dejó entrever que pudo haber alguna sustancia en su bebida, ya que tiene lagunas en ciertos momentos de esa noche. Sin embargo, fue clara en los detalles que recordaba con precisión: el forcejeo en la habitación cerrada con pestillo, el traslado a su casa en coche y la llamada que recibió avisándole de que su hija tenía fiebre, momento en el que aprovechó para marcharse.

A su salida del juzgado, Mouliaá afirmó sentirse aliviada tras revivir lo sucedido: "Ha sido muy duro, pero he contado la verdad y confío muchísimo en la justicia". Su abogado, Alfredo Arrién, confirmó que la actriz aclaró todos los puntos grises de su declaración inicial y solicitó al juez que se tome testimonio a la terapeuta que lleva tratándola desde los hechos y a los testigos que asistieron a la fiesta.

Íñigo Errejón, imputado por agresión sexual, negó las acusaciones. Según su versión, todo lo ocurrido fue consensuado. Reconoció que besó y tocó a Mouliaá, pero insistió en que nunca hubo coerción ni falta de consentimiento. Describió la relación como un encuentro entre dos adultos que decidieron libremente ir a su domicilio tras la fiesta.

El ex diputado de Sumar también refutó detalles clave del relato de Mouliaá, como la existencia de un pestillo en la habitación donde, según ella, ocurrió parte de la agresión. Además, negó que la actriz estuviera tan ebria como ella afirma. Al ser preguntado por los posibles motivos de la denuncia, insinuó que podría deberse a un intento de obtener notoriedad pública y subirse a "la ola mediática" generada tras las acusaciones en redes sociales contra su figura.

Errejón declaró sentirse tranquilo y confiado en la justicia, destacando que presentó mensajes intercambiados con la actriz antes y después de los hechos para respaldar su relato. También solicitó que se escuche a los testigos de la fiesta, convencido de que apoyarán su versión.

Lo que dicen las pruebas, el papel del juez y las próximas etapas

Según el relato de la denuncia, Mouliaá afirmó a la Policía que en el ascensor Errejón la agarró por la cintura y la besó agresivamente, dejándola sin respiración y haciéndola sentir intimidada. Una vez en la fiesta, describe cómo el político mostró un comportamiento celoso al verla bailar con otra persona, la tomó del brazo y la llevó por la fuerza a una habitación donde cerró con pestillo para realizar tocamientos sin su consentimiento. Por su parte, Errejón no negó que ambos coincidieran en el ascensor, en la fiesta o incluso en su casa. Lo que cuestiona es la interpretación de esos encuentros. Asegura que no hubo violencia ni coerción en ningún momento. El juez Adolfo Carretero organizó las declaraciones con horarios escalonados para evitar cualquier cruce entre las partes. Durante su comparecencia, se mostró incisivo con ambos, buscando aclarar los vacíos de sus versiones. También otorgó a Errejón tiempo adicional para revisar el testimonio de Mouliaá antes de ofrecer el suyo. Ambas partes confían en que los testigos de la fiesta aporten claridad. Además, la defensa de Mouliaá apuesta por la declaración de su terapeuta para demostrar el impacto psicológico que sufrió. En cambio, Errejón confía en los mensajes y los pocos testigos que menciona para validar su postura.

¿Relato contradictorio o matices de una misma noche?

El caso plantea una pregunta crucial: ¿se trató de una agresión sexual, como sostiene Mouliaá, o de una relación consensuada, como defiende Errejón? Ambos coinciden en los eventos básicos, pero sus interpretaciones divergen radicalmente. Mientras Mouliaá insiste en el daño emocional y psicológico que le causó la supuesta agresión, Errejón busca demostrar que todo fue un malentendido amplificado por el contexto mediático. El juez deberá valorar las pruebas, los testimonios y los detalles de ambos relatos para emitir una resolución que, más allá de lo judicial, ya genera un debate social sobre la verdad, la justicia y las denuncias en casos de agresión sexual.

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