Este miércoles se cumple el décimo aniversario del fallecimiento de la Duquesa de Alba y su hijo, Cayetano Martínez de Irujo, ha organizado una misa en su honor en el Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Nuestra Señora de las Angustias Coronada, en Sevilla. Como avanzó Informalia, Carlos Fitz-James Stuart, que de Alba, sí estuvo, pero hubo ausencias.
La Iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, lugar de profunda devoción para Cayetana Fitz-James Stuart, acogió la misa en su memoria a una década de su fallecimiento. Este templo, donde reposan las cenizas de la duquesa desde 2014, fue escenario de un emotivo acto que recordó a una de las figuras más icónicas de la aristocracia española. Su pérdida no solo dejó un vacío en su familia, sino que marcó un antes y un después en la sociedad, donde Cayetana representaba un símbolo de tradición y modernidad.
A las 20:00 horas comenzaron a llegar los asistentes al homenaje. El primero en hacerlo fue Cayetano Martínez de Irujo, quien ha jugado un papel central en la preservación del legado de su madre. En diversas ocasiones, Cayetano ha destacado públicamente la relevancia histórica de Cayetana, a quien define como "la figura femenina más importante de España en los siglos XX y XXI". Acompañado por su novia, la joven Bárbara Mirjan, su presencia reafirmó su compromiso con la memoria de la duquesa.
Poco después llegaron dos de sus hermanos, Carlos Fitz-James Stuart, actual Duque de Alba, una presencia que ya avanzó Informalia, y Fernando Martínez de Irujo, marqués de San Vicente del Barco. Pese a los desencuentros familiares que han trascendido desde la muerte de Cayetana, los tres hermanos se saludaron con cordialidad, demostrando unidad en un día significativo. También estuvieron presentes Carmen Tello, íntima amiga de la duquesa, y Alfonso Díez, su viudo, quien mantiene el perfil discreto que caracterizó su relación con Cayetana.
La etapa compartida entre Cayetana y Alfonso fue una de las más felices para la duquesa, desafiando las expectativas negativas que surgieron debido a su diferencia de edad. Contra todo pronóstico, su matrimonio se mantuvo estable y libre de controversias, incluidas las relativas a la herencia, donde Alfonso no protagonizó disputas tras el fallecimiento de su esposa.
Ausencias notables
Sin embargo, no todos los hijos de Cayetana estuvieron presentes. Alfonso y Jacobo Martínez de Irujo no acudieron a la ceremonia, al igual que Eugenia Martínez de Irujo, quien mantiene una relación distante con su hermano Cayetano. Este distanciamiento, que se remonta a diferencias personales y económicas, ejemplifica las tensiones que han marcado la Casa de Alba desde la partida de la duquesa. La relación entre Carlos, el actual cabeza de la familia, y Cayetano también se ha deteriorado con el tiempo, en parte por el control del patrimonio familiar y la gestión de los títulos nobiliarios. A esto se suman desacuerdos económicos, como un préstamo de tres millones de euros que Cayetano habría solicitado a través de una sociedad compartida con sus hermanos, según la periodista Paloma Barrientos.
A pesar de su ausencia física en el homenaje, Eugenia Martínez de Irujo dedicó unas palabras emotivas a su madre en redes sociales. "Siempre conmigo mamá… siempre juntas… siempre en mi corazón", escribió en Instagram, donde publicó dos fotografías entrañables junto a Cayetana. Eugenia, la menor y única hija mujer de los seis hermanos, continúa honrando la memoria de su madre a su manera, reforzando el vínculo especial que compartían.
A diez años de la partida de Cayetana Fitz-James Stuart, su influencia sigue siendo evidente en la Casa de Alba y en la sociedad española. Su carácter singular, su amor por Sevilla y su papel como matriarca de una de las familias más emblemáticas de Europa la han convertido en una figura inmortal. Aunque las fricciones familiares persistan, el homenaje en la Hermandad de los Gitanos demostró que la memoria de la duquesa sigue viva y que su legado continúa marcando a las generaciones presentes y futuras.
Un día "muy especial"
Cayetano dijo que se trata de un día "muy especial" y que este reconocimiento anual "es lo menos que se merece". Además, ha afirmado que "estará muy contenta porque vengan Carlos y Fernando", ya que el resto no ha acudido.
Cayetano ha querido poner en valor que todos los hermanos "tenemos la gran suerte de haber nacido en una de las familias más importantes de España y del mundo, de haber tenido una educación privilegiada y, sobre todo, de haber heredado, no dinero, pero sí propiedades".
A pesar de las ausencias que ha habido por parte de ellos, no sabe si esta misa será el inicio de la reconciliación entre todos ellos: "Dios dirá, pero ojalá" porque "siempre he estado abierto, yo no he tenido nunca ningún problema, todo mi problema ha sido ser el escogido y valorado por mi madre".
En cuanto a su hermana Eugenia, ha comentado que "siente las cosas de una forma muy peculiar" y que "la respeto, pero no lo comparto"... pero sin duda, la parte más dura se la ha llevado Jacobo, del que ha asegurado que "no sé quién es".
Por último, Cayetano ha aclarado que "Genoveva no ha podido venir, ni ella ni los niños, que están en Londres", pero que "me ha mandado un mensaje muy bonito, diciéndome que siente mucho no poder estar hoy aquí".
Además, se ha deshecho en elogios hablando de Alfonso Díez: "Ha sido un grandísimo marido, una gran persona y, además, un gran señor... además, le hizo feliz a mi madre en sus últimos años de vida, quiso disfrutar de un hombre excepcional, que es Alfonso", ha asegurado.
Tras llegar Cayetano, lo ha hecho su hermano Carlos, el Duque de Alba y le ha estrechado la mano... pero sin embargo no ha querido posar con él ante las cámaras que les reclamaban para inmortalizar el momento.
Fernando Martínez de Irujo tampoco ha querido faltar a esta misa, homenajeando a su madre: "Bueno, la recordamos, ya son diez años... no mucho más". Por su parte, Alfonso Díez ha aclarado que la carta que le ha dedicado a su difunta esposa "es un recuerdo" bonito para ella.