Bárbara Rey, siempre polémica y decidida, ha abierto un nuevo capítulo en la turbulenta relación con su hijo, Ángel Cristo Jr., al interponer dos demandas: una pos los comentarios vertidos en Mediaset, adelantada por Informalia, y otra para establecer un régimen de visitas que le permita mantener contacto con su nieta. El enfrentamiento familiar, que ya lleva años alimentándose de acusaciones cruzadas y distanciamientos irreconciliables, suma ahora elementos judiciales que prometen acaparar (de nuevo) titulares durante semanas.

La macrodemanda millonaria, admitida a trámite, difícilmente podría inclinarse a favor de la vedette. Pero su derecho a ejercer como abuela sí pinta bien: precedentes legales respaldan los derechos de los abuelos en casos similares. Bárbara Rey, como otras figuras públicas antes que ella, busca que la justicia le permita mantener el vínculo con su nieta, incluso contra la voluntad de su hijo. Sin embargo, Ángel Cristo Jr. no parece intimidado ni mucho menos dispuesto a ceder ante lo que considera un movimiento calculado de su madre.

Lejos de mostrar preocupación, el hijo del mítico domador Ángel Cristo asegura estar tranquilo. Según su entorno más cercano, citado por Saúl Ortiz, ve esta acción judicial como una "provocación más", un intento de llamar la atención que no tiene sustancia detrás. En palabras de uno de sus amigos más cercanos, Ángel no se siente amenazado ni presionado por esta nueva batalla legal, porque está convencido de que la verdad está de su lado, algo que, en su opinión, su madre no puede reclamar.

"Es que la gente se pensará que Ángel está pasándolo fatal, superasustado y no tiene nada que ver. Está muy bien asesorado y tiene algo que no tiene su madre: la verdad", dice uno de sus amigos íntimos.

A pesar del drama que envuelve a este nuevo conflicto, Ángel se ha mostrado firme en su decisión de acatar lo que dictamine la justicia. "Lo que sea mejor para mi hija, eso es lo que haré", ha dicho a quienes le rodean, según el citado periodista, manteniendo una postura de aparente serenidad que contrasta con el perfil más explosivo de su madre. Para él, este enfrentamiento judicial no es más que un episodio más en una larga cadena de tensiones familiares que ya no le sorprenden.

La relación entre Bárbara Rey y su hijo lleva tiempo marcada por la frialdad y el distanciamiento. Para Ángel Cristo Jr., la demanda no parece surgir de un interés genuino por recuperar un vínculo perdido, sino de un patrón de comportamiento que ha visto repetirse a lo largo de los años. Mientras tanto, Bárbara Rey insiste en que su único objetivo es garantizar que su nieta crezca manteniendo un contacto cercano con su abuela, algo que, para ella, trasciende los conflictos familiares.

En esta guerra de versiones, la verdad se perfila como el argumento más contundente de ambas partes. Sin embargo, la distancia emocional entre madre e hijo parece haberse consolidado como un abismo difícil de salvar, dejando a la justicia la tarea de decidir si Bárbara Rey podrá o no formar parte de la vida de su nieta. Una batalla legal más que pone a prueba los lazos de sangre en uno de los clanes más mediáticos de España.

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