Cayetana Rivera y Martínez de Irujo cumplió años el 16 de octubre y este sábado lo celebró en Círculo de Bellas Artes de Madrid con una fiesta a la que asistieron su padre, su madre y muchos amigos y familiares. Es una joven moderna, elegante, guapa, y su hermosa sonrisa nos dice que es feliz. Ha tenido días malos (¡quién no!) pero, por lo general, ha sabido asumir los inconvenientes de su pedigrí casi con la misma naturalidad que los privilegios de ser nieta de la duquesa de Alba y de Carmina Ordóñez, de Paquirri y del primer marido de Cayetana Fitz-James Stuart. El padre de Tana Rivera dio a entender no hace ni un año que la mujer que este sábado celebraba su primer cuarto de siglo con una fiesta no llegó al mundo como consecuencia del amor de sus padres. Pero ella ha sabido ser más madura que su progenitor, a quien adora.
Fran Rivera siempre ha vendido su vida a revistas o platós pero hace menos de un año el hijo de Carmina Ordóñez pasó todas las líneas rojas en una exclusiva tan lucrativa como innecesaria; porque, tras acusar a la madre de su hija Cayetana de dar pie a que le "despellejasen como padre", llegó a negar públicamente que Tana naciera como fruto del amor entre su padre y su madre, dando a entender que no se casaron enamorados.
Fran Rivera cargaba contra Eugenia Martínez de Irujo y destapaba cierto sufrimiento recordando la dura separación con la madre de Tana Rivera y la lucha por la custodia de su hija. El torero y ex marido de la duquesa de Montoro vendió por unas monedas aquellas terribles declaraciones.
Las hizo durante una entrevista grabada y las repitió y agravó en un plató especializado en escenificar desgarradoras guerras familiares. Al hijo de Paquirri y Carmina Ordóñez no le bastó con recuperar la eterna guerra con Isabel Pantoja o 'exhumar' las adicciones de una madre muerta veinte años atrás.
En el paquete de exabruptos que Fran Rivera ofreció a sus empleadores se refirió a la única hija que tuvo con Eugenia Martínez de Irujo. No importó que en los últimos años la hija de la duquesa de Alba haya tratado de mantener una relación cordial y respetuosa entre ellos. Pesaron entonces más las monedas entregadas a cambio del show. Ni su hija ni su ex le replicaron en público. Por dos razones: porque a ellas no les hace falta el dinero de Mediaset y porque saben que contestar era dar pie a más exclusivas de Fran, más platós y más airear los trapos sucios. Tanto Eugenia como Tana han sido siempre más señoras que Fran.
Fran y Eugenia, juntos por su hija: la fiesta de la corrección familiar
Así lo demuestra la duquesa de Montoro cuando no le queda más remedio que juntarse con su ex marido, como este sábado por la noche durante la fiesta de máscaras venecianas organizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde su hija se rodeaba de familiares y amigos en un evento que comenzó sobre las ocho de la tarde.
Tana llegó junto a su madre y por allí vimos que acudían las hermanas Vicky y Rocío Martín Berrocal, el torero Andrés Roca Rey, más recuperado de su cogida, Boris Izaguirre, o Tomás Páramo y María García de Jaime (influencers). Por su lado llegaron Francisco Rivera y su mujer, Lourdes Montes, que espera otro hermano (paterno) de la cumpleañera.
También estaba Manuel Vega, el novio de Cayetana, quien fue fotografiado junto a Narcís Rebollo, marido de la duquesa de Montoro, y Fernando Martínez de Irujo, tío de Tana. La fiesta tiene algo de márketing: estuvo organizada por la empresa de eventos para la que trabaja Tana en Sevilla desde 2023: Grupo Pacífico, un empleo que adelantó en primicia Informalia.
Llamó la atención el elegante 'dress code' de antifaces. A Tana la vistió para la ocasión Nicolás Montenegro, artífice del traje para la comunión de su hermana (paterna) Carmen, el día 6 de este mes. La hija de Eugenia y Fran lucía un traje negro, recto, con la espalda al aire y cuello alto. Su máscara negra de pedrería y estructurada en 3D, era la firma Vivas Carrión Artmilliners, la marca de sombrereros que popularizada por tener como clientas a Madonna o Lady Gaga.
25 años maravillosos a pesar de no ser fruto de amor de sus padres
La hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo nació el 16 de octubre de 1999 en Sevilla un año después de la boda de sus padres, que se casaron el 23 de octubre de 1998 en la catedral de la capital andaluza. Dos meses después de su nacimiento, la única hija del matrimonio fue bautizada en la localidad sevillana de Gerena, el 21 de diciembre de 1999.
Su tío Cayetano Rivera y la duquesa de Alba, de la que recibió su nombre, fueron su padrino y madrina. Vivió siendo muy pequeña la separación de Francisco y Eugenia, que se separaron en 2002, cuando ella tenía 3 años. Ya de adulta decidió mudarse a Sevilla por razones sentimentales y laborales. Vive a caballo entre las dos capitales.
