Acaban de cumplirse dos semanas de la muerte de Caritina Goyanes y su familia sigue sumida en un profundo duelo. También sus amigas. Precisamente ellas han organizado este martes una misa para recordarla en la Basílica de La Milagrosa a la que han acudido la madre de la empresaria, Cari Lapique, su viudo Antonio Matos y sus dos hijos, Pedro y Mini Cari: "Los niños están más tranquilos pero la madre sigue devastada", nos cuentan.
Cari, que perdió a su marido y a su hija en solo 20 días, está sumida en un profundo dolor y se ha entregado en cuerpo y alma al cuidado de sus nietos. Prácticamente viven juntos, pues la familia estaba tan unida que Carlos Goyanes y su mujer compraron, hace unos años, un piso en el mismo edificio en el que vivía Caritina: "Estaban todo el día subiendo y bajando", nos aseguran. Los abuelos participaban en el día a día de los niños y se forjó una relación muy especial entre ellos, sobre todo entre el empresario y Pedro, de 13 años: "Era el hijo que no tuvo. Le hacía el desayuno, lo llevaba al colegio, a entrenar, al fútbol...". Ahora, Cari "no se separa de ellos".
La misa de este martes, adelantada por Informalia, ha sido organizada por Emaús, el movimiento religioso al que pertenecía la empresaria y que la ayudó a superar algunos momentos complicados. Ahora se han convertido en una tabla de salvación también para el resto de la familia, que acudió a la iglesia el pasado domingo para rezar por el alma de Caritina, tal y como desvelaba Beatriz Cortázar.
Caritina falleció el pasado 26 de agosto a los 47 años en su casa de Marbella. Veraneaba con su familia, con los que solo 19 días antes había tenido que enterrar a su padre, Carlos Goyanes, fallecido por un infarto fulminante. La empresaria, que dirigía el catering SixSense, llevaba días mareada y el malestar se agudizó al mediodía, cuando pidió a su marido que la llevara al hospital. Los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida.
