El multimillonario Juan Antonio Pérez Simón, residente en México pero de origen asturiano, se convirtió el pasado domingo en el invitado estrella al cumpleaños de la abogada Teresa Bueyes. Pérez Simón a sus 83 años, no quiso perderse la fiesta que se celebró en una propiedad del rey de la chatarra, Luis Miguel Rodríguez, íntimo amigo a su vez de la cumpleañera. El multimillonario empresario y propietario de la que dicen es la mejor colección privada de arte del mundo estrena soltería y es que tras más de 13 años junto a Silvia Gómez Cuétara, exmujer de Hermosilla y viuda de Luis García Cereceda, ha dado por finalizada una relación que nunca culminó en boda pero que a los efectos era como si estuvieran casados. Lo cierto es que el empresario se separó de su única mujer legal, Josefina Carreras, con quien tiene una hija y una relación de lo más cordial, pero sin romper del todo ese vínculo, ya que no dio el paso de firmar el divorcio. Junto a Josefina, Pérez Simón creó el imperio de arte y negocios que hoy posee y que comenzó cuando se convirtió en la mano derecha del multimillonario mexicano Carlos Slim, íntimo amigo a su vez de Felipe González, quien fuera el artífice de presentar a Silvia y Juan Antonio una vez ella enviudó.
Han sido muchos años de unión y muchos viajes y largas estancias entre México y España pero las circunstancias actuales han dado, de momento, por rota una relación que era de conocimiento absoluto, tanto dentro como fuera de nuestro país. En estos momentos, Silvia Gómez Cuétara atraviesa por un delicado momento de salud y sigue al margen de lo que es la primera línea del escaparate, postura que siempre ha tenido por bandera y eso que muchos son los la consideran como una de las mujeres más atractivas y elegantes del panorama social, pudiendo desbancar a la mismísima Isabel Preysler.
En esta nueva estrenada soltería Pérez Simón se convirtió en el invitado más saludado de la fiesta. Un hombre discreto, sencillo de modales y hasta con una seguridad que podría parecer ridícula frente a los numeritos que otros, mucho menos poderosos, montan cada vez que aparecen en público, disfrutó del flamenco y hasta de la voz de la cantante Isabel Luna, que interpretó algunos de sus temas más conocidos. No se arrancó a bailar, pero se nota que le gusta las buenas costumbres de nuestro país. A fin de cuentas su origen asturiano le unía a muchos de los asistentes, que se quedaron con las ganas de poder sacarse una imagen con el magnate, ya que en su conocida discreción también entra vivir al margen de las redes, los dimes y diretes.
Quién sabe si este verano Pérez Simón se convierta en uno de los solteros de oro más buscados del panorama social. De momento y hasta donde pude ver, de la fiesta se fue tal y como llegó: con su escolta y la mejor de su sonrisas. Veremos cómo acaba esta historia que promete dar nuevos titulares.
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