Susanna Griso se desmelena hablando de sexo y amor: "He encontrado a mi Indiana Jones"

La periodista ha pasado de entrevistar a ser la entrevistada este miércoles en el podcast Drama Queen, donde ha repasado algunas de las anécdotas más divertidas de su larga carrera profesional: "Las reinas de las mañanas nos reuníamos para comer una vez al mes", ha desvelado. Pero no se ha quedado solo en el trabajo. Susanna Griso también ha hablado de su divorcio, de sus hijos y de su nuevo novio, Íñigo Afán de Ribera: "Ahora quiero divertirme".

La periodista y el empresario llevan saliendo seis meses: "Es muy aventurero y es una persona que ha viajado durante muchísimos años por el mundo y por eso está muy desconectado de todo. De mi propio mundo. También tiene un interés relativo en lo que yo hago y eso me me gusta, me divierte porque al final todo lo que a mí me saque de lo que yo hago y donde yo no sea el centro, eso es maravilloso", ha contado. "No hay nada que me espante más que alguien que se me acerca porque me ha visto en la tele. Para mí, es un bajón de libido total". Susanna está feliz: "Hay un momento que buscas un compañero de viaje y el padre de tus hijos. Ahora, por ejemplo, que yo tengo ya mi vida muy hecha y mis hijos ya encaminados, pues yo lo que busco es vivir y vivir cierta aventura. O sea, me apetece divertirme. He encontrado a mi propio Indiana Jones".

Atrás quedan ya los días tristes en los que decidió separarse de su marido y padre de sus hijos, Carles Torras. Llevaban casados 23 años: "Yo no viví el divorcio con rabia. Lo viví con dolor porque es un proyecto que termina. Pero me dije que lo que me quedaba era un cariño inmenso", ha contado. "Al final es una persona con la que has compartido muchos años". Su relación ahora es "modélica": "Pensé que siempre iba a estar ahí. Es el padre de mis hijos, al que quiero mucho y que yo tenía que cuidar y me propuse cuidarle y creo que él también a mí. También fue porque nosotros éramos un muy buen equipo como pareja y entonces hemos intentado también ser buen equipo cuando nos hemos separado". Eso sí, reconoce que decírselo a sus hijos, Jan, Mireia y Dorcette (adoptada en Costa de Marfil en 2018): "Lo que más me preocupaba era el tema de mis hijos. Era un momento difícil porque mi hija estaba en Estados Unidos y nunca sabes cómo decirlo".

La presentadora confiesa, eso sí, que entre su divorcio y su relación actual con Íñigo también se ha divertido mucho: "Me he desquitado un poco", ha dicho entre risas. "De todas formas, siempre he sido de relaciones largas, incluso antes de casarme. Es como que yo el 'aquí te pillo, aquí te mato' no sé hacerlo. Yo sé que soy así y que no podría desvincular el sexo del amor, entonces ya ni lo intento".

Orgullosa de sus hijos

Susanna también ha roto la norma de la discreción para hablar de sus hijos: "Jan está estudiando en Francia, en la Sorbona. Es un chaval impresionante, con la cabeza muy bien amueblada... con unas ganas de aprender tremendas", ha contado orgullosa. "Mireia está estudiando filosofía, derecho, política, economía... Con ella es con la que estoy conviviendo más".

Por último, la pequeña Dorcette: "Yo tenía muy claro que quería adoptar. No sé exactamente por qué, pero me llevo bastante por las intuiciones". El proceso duró varios años: "Empecé en Etiopía, luego me derivaron a a Costa de Marfil, donde había una guerra civil, por eso también todo se retrasó". Estaban a punto de tirar la toalla cuando recibieron la llamada: "Es una de las experiencias más bonitas de mi vida. La conexión y el apego con ella fueron inmediatos, que era lo que a mí más me preocupaba. Se pasó dos años pegada a mí todo el rato, a todas horas, y luego ya se fue soltando". Ahora, la niña es la alegría de la casa: "Todo lo baila. La alegría te la baila, la tristeza te la baila y es sumamente contagiosa. Para mí ha sido una bocanada de aire fresco en mi vida. A mí me ha desmelenado bastante".

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