Efusión, subidón, alegría y mucho orgullo. Ha sido el momento en que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha recibido a las ganadoras del Campeonato del Mundo en el Palacio de la Moncloa. Ha sido este martes 22 de agosto a las 9:00 de la mañana. Tras este encuentro, Sánchez ha expresado su rechazo al polémico beso que Luis Rubiales le dio a la jugadora Jenni Hermoso mientras recogían el trofeo del Mundial. "Es inaceptable", ha dicho.
El jefe del Ejecutivo les ha dedicado unas palabras de agradecimiento y admiración. "España está orgullosa de vosotras, de lo que habéis logrado. Este siglo XXI es el siglo de las mujeres y de la igualdad en el deporte rey, el fútbol femenino", ha recalcado Sánchez. "Sois un referente", ha dicho. Además, el presidente ha anunciado que les va a entregar la medalla de Oro al Mérito Deportivo.
El momento de mayor tensión informativa ha tenido lugar cuando Luis Rubiales se ha acercado a estrechar la mano del presidente. Ha sido un saludo casi glacial. Serios, tensos y con la mirada esquiva. Un encuentro frío que se ha producido solo unas horas después de que el caso Rubiales diera la vuelta al mundo por el beso en la boca a Jenni en el pódium del estadio de Sídney mientras celebraban la victoria. No solo el beso, los insultos del presidente de la federación a los que le criticaron y su tibia disculpa posterior. Un cúmulo de desastres que llevaron a Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deportes, a instarle a pedir ese perdón público; y a Yolanda Díaz a exigir su dimisión.
Tras el encuentro con la Selección Española, Sánchez, en una comparecencia ante los medios, ha subrayado que ese beso "es un gesto inaceptable" y que "sus disculpas no son suficientes ni adecuadas". Y ha añadido: "Debe seguir dando pasos".
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