Casas Reales

Tony Bonet, el diseñador que 'blanqueó' a Letizia en Marivent: intrahistoria de un vestido precioso

La noche de recepción en Marivent dejó muchas imágenes, gestos y detalles para el análisis, pero hubo uno que acaparó buena parte de los focos: el vestido blanco que lució la reina Letizia. Fresco, elegante, artesanal, con ese aire mediterráneo tan propio de la isla de Ibiza, el modelo deslumbró a los presentes y se convirtió en una declaración de intenciones.

Si la guayabera se convirtió en prenda oficial para muchos hombres, incluido el monarca, Letizia también "blanqueó" con elegancia la recepción de Marivent. Y lo hizo vestida de Ibiza, con raíces, con historia y con una sonrisa. La autora intelectual de esa decisión fue ella, pero detrás del vestido está Tony Bonet, el diseñador ibicenco que, sin saberlo, firmaba una de las apariciones más comentadas del verano.

Doña Letizia había adquirido ese vestido hacía ya unos años. Lo tenía guardado, esperando la ocasión adecuada. Y no pudo elegir mejor. Para un encuentro cargado de simbolismo como son el besamanos y la velada de Marivent, Letizia apostó por el talento local y por una estética vinculada a la tradición, la frescura y la artesanía: la moda adlib ibicenca. El vestido no pasó desapercibido para nadie. Pero lo curioso es que, a diferencia de otras ocasiones en las que las periodistas de moda recurren a buscadores inversos para identificar marcas en segundos, esta vez ni Google reconocía el diseño.

La pista, como tantas veces, estaba en el propio lugar de los hechos. Entre los 600 invitados al evento se encontraba Tony Bonet, ajeno hasta entonces a la sorpresa que la Reina le tenía preparada. "Hace dos o tres años que lo tiene, y me acabo de enterar de que lo lleva", confesaba el diseñador en los corrillos. El momento fue aún más especial cuando, tras saludar a la reina, Letizia le dedicó un gesto cómplice y un abrazo cariñoso. "Tú tienes que venir de Tony Bonet, ni dress code ni nada", le había dicho la mujer de Felipe VI días antes.

Un vestido con alma y raíces

El vestido pertenece a la colección Arrels (raíces, en catalán), de hace dos temporadas. Está confeccionado en batista bordada, con un patrón estructurado y una espalda elástica que le aporta comodidad. La falda, ligeramente acampanada, remata con delicadas puntillas de bolillo 100% algodón. "Es una línea más clásica, atemporal, pensada para durar y formar parte del fondo de armario", explica Bonet.

El diseño desprende ese aire etéreo y fresco tan característico de la moda Ad Lib, pero con el toque refinado que define las creaciones del diseñador ibicenco. Un escote en pico adornado con un leve volante, hombros al descubierto y un corpiño ceñido que realzaba la figura de Letizia sin excesos. En los pies, unas espardenyes doradas apenas visibles bajo el largo de la falda, y en el rostro, un maquillaje natural acompañado de ondas suaves en el cabello y unos discretos pendientes dorados. Todo en el look hablaba de armonía, de conexión con el entorno, de elegancia sin artificios.

El diseñador que mezcla tradición con irreverencia

Tony Bonet no es un nombre cualquiera en la moda balear. Natural de Ibiza, lleva años reivindicando la artesanía local con una estética propia que mezcla la tradición textil con un espíritu rebelde y rockero. Él mismo acudió al besamanos luciendo una camisa bordada blanca, a medio camino entre la clásica guayabera y un manifiesto punk. Crucifijos, calaveras y bordados tradicionales convivían en su atuendo, como si quisiera dejar claro que el estilo no entiende de normas fijas.

Con una personalidad arrolladora y un discurso propio, Bonet ha sabido ganarse un lugar destacado en la escena de la moda Ad Lib sin traicionar sus principios. "La moda de Ibiza no es solo blanco y encaje; es también una actitud, una forma de ver la vida", ha dicho en más de una ocasión. Y eso es precisamente lo que conecta tan bien con Letizia, una reina que ha hecho de la mezcla entre clasicismo y modernidad una de sus señas de identidad.

Un flechazo inesperado

La escena más comentada de la noche fue, sin duda, la que protagonizó el propio Bonet cuando reconoció el vestido sobre el cuerpo de la Reina. "Ando mal de la vista, y hasta que no la tuve delante, no me di cuenta", confesaba entre risas. Emocionado, contó cómo leS explicó a las hijas de los Reyes que él era el creador del vestido que llevaba su madre. "Creo que me voy a morir aquí delante", dijo, todavía sin creérselo del todo.

Ese momento no fue solo una anécdota simpática: fue la confirmación del poder que tiene la moda cuando se entrelaza con el afecto, la autenticidad y el contexto. El vestido de Letizia fue un gesto de apoyo a la moda local, una manera de proyectar un mensaje institucional con sensibilidad estética y territorial.

La reina y su apuesta por el talento español

No es la primera vez que Letizia apuesta por diseñadores españoles menos conocidos en eventos de alta visibilidad. En los últimos años ha consolidado una estrategia de visibilización de la moda nacional que ha dado protagonismo a jóvenes creadores y a firmas con valores sostenibles y artesanales. Su aparición en Marivent con un vestido de Tony Bonet es la última —y quizá más simbólica— muestra de esa línea.

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