Segunda aparición de la emérita esta semana en Madrid. Tras acudir a la clausura del curso académico de la Escuela Superior de Música Reina Sofía el pasado martes, la madre de Felipe VI ha participado en el cierre del II Congreso Internacional sobre investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica 'Manolo Barros' este jueves. Reafirma así su apoyo al mundo de las artes y las ciencias, para los que siempre tiene un hueco en su agenda.

Ha llamado la atención el estilismo elegido para la ocasión: un conjunto de pantalón y top blancos, ambos de corte clásico y tejido fluido para combatir las altas temperaturas en la capital, y una chaqueta roja que ha decorado con un delicado broche de nácar en forma de flor. No era la única joya del outfit, porque doña Sofía también ha lucido una buena colección de collares, dos cortos y dos largos, perfectamente combinados, entre los que destacaban una ristra de ojos turcos y griegos. Se trata de uno de los talismanes favoritos de la madre de Felipe VI; el más popular es el azul, que protege contra el mal de ojo, pero ella los lleva de todos los colores: rojo (energía, la pasión y la vitalidad), amarillo (felicidad, prosperidad y buena suerte), verde (esperanza, el crecimiento y la naturaleza) y blanco (pureza y la claridad). Tampoco el broche floral estaba elegido al azar: la piedra nácar se considera una piedra poderosa de intuición y apertura mental, que purifica el alma y fomenta la circulación de la energía.

La emérita ha llegado al Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía muy sonriente y ha participado en un encuentro con expertos y familiares de afectados, donde han compartido los últimos avances e impresiones en la lucha contra la ELA.

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