Apenas 24 horas después de que el jet privado del emérito tomara tierra en Vigo, su esposa, doña Sofía, ha reaparecido. Eso sí, a casi 600 kilómetros de distancia de su marido. La madre de Felipe VI ha acudido este martes a la clausura del curso académico en la Escuela Superior de Música que lleva su nombre y ha hecho la entrega de diplomas y medallas de honor a docentes y alumnos en compañía de su gran amiga Paloma O'Shea, fundadora de la escuela.
La emérita ha llegado al Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía para demostrar, una vez más, su inquebrantable vínculo con la música y las artes. Tras la ceremonia, solemne pero muy emotiva, han disfrutado del concierto para piano y orquesta n.º 9 en mi bemol mayor, conocido como Jeunehomme, de Wolfgang Amadeus Mozart, dirigido en esta ocasión por el maestro Pablo González, una verdadera delicia para los amantes de la clásica.

La emérita ha lucido un look veraniego formado por un pantalón fluido en verde agua a juego con una llamativa casaca ligeramente satinada que presentaba un precioso estampado floral en tonos morados que imitaban la aquarela. Como complementos, ha optado por un clásico collar de perlas, zapatos de salón plateados y un bolso de mano con pedrería.
La reaparición de la reina en Madrid se ha producido solo un día después de que su marido, don Juan Carlos, aterrizase de nuevo en España, concretamente en Vigo, donde le esperaba su gran amigo Pedro Campos, director del Club Náutico de Sanxenxo, para recogerlo a pie de pista. Con él permanecerá durante toda esta semana, que culmina con una nueva competición de regatas en la que está previsto que participe el emérito.