Don Juan Carlos celebró sus 87 años el pasado fin de semana con una fiesta privada en un hotel de Abu Dabi y no en su residencia, como se dijo. En la celebración estuvo acompañado por sus hijas, Elena y Cristina, y algunos de sus nietos, como Froilán y Victoria Federica o los hermanos Urdangarin, Juan y Pablo. Este último acudió junto a su novia, Johanna Zott, con la que ha aterrizado este martes en el aeropuerto del Prat, en Barcelona, ya de regreso. Relajado y sonriente, ha atendido a la prensa de forma escueta al ser preguntado por la reunión familiar en Emiratos: "Todo muy bien".
Tan educado como reservado, el hijo de la infanta e Iñaki Urdangarin no ha querido desvelar ni un solo detalle del gran festejo de su abuelo, que contó con un espectáculo de drones. Es falso que hubiera tortilla de patatas, como se publicó. Pablo no habló sobre los días que han pasado en Victoria junto a su padre y la novia de este, Ainhoa Armentia, las primeras en tres años: "No tengo nada que decir".
Johanna Zott, muy tímida, caminaba un paso por detrás de su novio portando una gran maleta y evitando las cámaras. Los jóvenes salen juntos desde hace ya dos años y su relación está muy afianzada, como demuestra su presencia en las reuniones familiares. Además, es muy habitual ver a Johanna junto a la infanta y su hija Irene en las gradas del polideportivo donde juega Pablo, todas animando al deportista que siguió los pasos de su padre.
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