Casas Reales

La primera decepción de Kate Middleton con Guillermo cuando descubrió que no era romántico haciendo regalos

  • El príncipe Guillermo recuerda la metedura de pata de un regalo nada que le hizo a Kate Middleton y la dejó muy decepcionada
  • Cuando comenzaban su relación le obsequió con unos prismáticos y ella no podía creerlo
Kate Middleton en su época de estudiante en en la universidad de St. Andrews

Al principio de su relación, el príncipe Guillermo ofreció a Kate Middleton un regalo que no fue del todo bien recibido por quien iba a convertirse en su mujer. Ella, una estudiante joven en vías de enamorarse, esperaba algo romántico: un detalle, una joya, una poesía, algo que dejara entrever que su pretendiente estaba por ella. Pero Guillermo no atinó.

Tenemos la historia de Kate Middleton y el regalo que nunca ha dejado que el príncipe William olvide en sus más de dos décadas de relación. Los príncipes de Gales han compartido innumerables momentos especiales y anécdotas curiosas. Una de las más recordadas por el primogénito de Lady Di es el peculiar regalo le dio a Kate al inicio de su relación y que ella, según sus propias palabras, no le ha permitido olvidar jamás. En una entrevista para BBC Radio Five Live, el príncipe ha revelado el que probablemente sea el mayor "desacierto" en regalos que ha hecho a su esposa. "Un día, le compré a Kate un par de prismáticos. Ella no me ha dejado olvidarlo nunca", dice entre risas.

Tenemos que trasladarnos a los primeros días de su romance mientras ambos eran estudiantes en la Universidad de St. Andrews, en Escocia. Fue allí y en esa época cuando pasó lo del regalo que no tuvo el efecto esperado. "Honestamente, no tengo idea de por qué pensé que sería una buena idea. Simplemente, en ese momento, me pareció algo acertado", se justifica el heredero al Trono de Inglaterra. Kate no esperaba un detalle práctico y poco romántico y los prismáticos la dejaron desconcertada. Aunque nunca se confirmó cómo reaccionó en aquel momento, fue un episodio que quedó grabado en la memoria de ambos, y que se ha convertido en una especie de broma recurrente entre ellos.

Hoy, más de 20 años después, el matrimonio se ha consolidado como uno de los pilares de la familia real británica. Desde su boda en abril de 2011, el príncipe y la princesa de Gales han formado una familia con tres hijos: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis. Pero incluso con la madurez y la experiencia acumulada, esa anécdota de los binoculares sigue siendo motivo de risas y recordatorios cariñosos.

Las tradiciones y los regalos de la familia real

Curiosamente, en la familia real británica existe una tradición de intercambiar regalos humorísticos o poco convencionales en Navidad. Aunque los regalos caros están vetados bajo el árbol navideño de Sandringham, las pequeñas bromas y obsequios extravagantes son una manera de mantener el ambiente ligero y divertido durante las festividades. Por ejemplo, en su polémico libro de memorias, el príncipe Harry cuenta que su tía, la princesa Margarita, le regaló una vez un bolígrafo en forma de pez. Pero quizá uno de los regalos más famosos fue el gorro de ducha que el propio Harry diseñó para su abuela, la reina Isabel II, que llevaba la frase ¿No es la vida una p---a?"

En este contexto, la anécdota de los binoculares de Guillermo podría considerarse casi como un presagio de este tipo de intercambios humorísticos, y eso que en aquel entonces su relación con Kate estaba apenas comenzando y aún no compartían las bromas características de las tradiciones familiares. A pesar de ese comienzo algo accidentado en el ámbito de los regalos, la historia de amor entre Guillermo y Kate ha sido sólida. Ambos han crecido juntos, enfrentado retos como la enfermedad de Kate, y trabajado en proyectos conjuntos que los han convertido en un matrimonio admirado en el Reino Unido y el mundo. Han aprendido a complementarse y a manejar las tensiones propias de la vida real, manteniendo siempre un enfoque en su familia y en sus responsabilidades oficiales. Desde iniciativas como la salud mental hasta la crianza de sus hijos en un entorno lo más normal posible, los príncipes de Gales han demostrado ser muy compatibles (si dejamos a un lado el episodio de los binoculares).

El hecho de que William haya compartido esta anécdota públicamente es un recordatorio del papel que juega el humor en su relación. En una vida marcada por el protocolo y las obligaciones reales, mantener un espacio para las risas y las bromas es crucial. Para Kate, ese par de prismáticos quizás simboliza algo más que un regalo fallido. Puede ser una muestra de cómo, a pesar de sus diferencias o desaciertos, Guillermo siempre ha tenido la intención de sorprenderla y agradarle, incluso si su ejecución no siempre fue perfecta. Hoy se encuentran en una etapa madura de su relación, codo con codo contra la enferedad de Kate, habiendo superado los altibajos iniciales y fortaleciéndose como equipo. Aunque el príncipe probablemente haya mejorado considerablemente sus habilidades para elegir regalos en las dos décadas que lleva junto a Kate, aquel primer desacierto seguirá siendo una de las historias favoritas para recordar y compartir con sus hijos y sus seguidores. La anécdota de los binoculares no solo refleja la evolución de la relación entre ellos sino también la importancia de las pequeñas imperfecciones que hacen que una relación sea auténtica. En un mundo lleno de expectativas y miradas públicas, la capacidad de reírse de los errores y convertirlos en recuerdos entrañables es, sin duda, una lección que los príncipes de Gales han sabido transmitir con gracia y naturalidad.

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