Casas Reales

El escándalo de Marius Borg pone a la realeza noruega contra las cuerdas: los expertos apuntan a una separación entre Haakon y Mette-Marit para salvar la Corona

El 2024 se ha convertido en el Annus Horribilis de la Casa Real Noruega con dos escándalos que han dado la vuelta al mundo y a los que aún les queda mucho recorrido judicial. Por un lado, la acusación de abusos sexuales contra Durek Verret, el chamán que contrajo matrimonio con la princesa Marta Luisa el pasado mes de septiembre, y por otro, la prisión preventiva de Marius Borg, hijo de Mette-Marit, tras dos arrestos y varios delitos en instrucción, como robo, posesión de sustancias ilegales y múltiples violaciones. Y la situación puede empeorar, porque ambos casos se encuentran en fase de instrucción pero, ¿y si llega a juicio y son declarados culpables? Los expertos lo tienen claro: la Corona pende de un hilo.

Y es que, si bien Durek y Marta Luisa quedan fuera de la línea de sucesión (ella renunció a sus derechos), Haakon y Mette-Marit son los herederos al trono. Tras la jubilación o el fallecimiento de los actuales reyes, serán ellos los máximos representantes del país y no pueden hacerlo salpicados de semejantes escándalos. Todo apunta a una dirección: "Los príncipes tendrán que sacrificar su relación para preservar la monarquía noruega". Lo dice Tove Taalesen, la Pilar Eyre noruega, al portal Nettavisen.no. "La pareja real tuvo la oportunidad única de distanciarse de la violencia, las drogas y, ahora, también de las acusaciones de violación. Lamentablemente no aprovecharon esta oportunidad", asegura.

Una opinión en la coinciden muchos otros compañeros de profesión y expertos en comunicación, como Øystein Pedersen Dahlen, profesor de comunicación estratégica en Kristiania University College: "Están sucediendo tantas cosas en torno a esto que hubiera sido prudente tomar más control de la historia y no dejarla solo en manos de aquellos que saben un poco. Tendrían que ser más proactivo. No tiene muy buena pinta". Critica el ostracismo de la Casa Real frente a la polémica y asegura que la transparencia sería mejor estrategia en este momento: "Mette-Marit debe contar honesta y abiertamente lo sucedido para que la sociedad comprendiera que es difícil ser madre y princesa heredera al mismo tiempo. Lo empeoran al tratar de mantenerlo oculto. Una futura reina tratando de ocultar cosas al público es inaceptable".

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